Invertir en metales preciosos cada vez está más en auge, y sobre todo ahora que se postulan como activos refugio ante las guerras comerciales abiertas por Trump y la volatilidad que están generando en los mercados financieros. Pero es importante saber cómo hacerlo bien. Para ello, Daniel Marburger, director de StoneX Bullion Gmbh, desvela algunas claves fundamentales, entre ellas, su fiscalidad.
Según especifica, “el oro goza de un tratamiento fiscal especial en muchos países europeos y España no es una excepción. El oro de inversión, es decir, monedas y lingotes de oro con una ley mínima del 99,5%, está exento del IVA (IVA) en España. Esto hace que el oro físico sea particularmente atractivo para los inversores que buscan preservar la riqueza a largo plazo. Otros metales, como la plata, el platino y el paladio, están sujetos al tipo estándar de IVA del 21%, lo que los hace menos atractivos para los inversores privados en comparación con el oro. Además, las ganancias de capital derivadas de la venta de metales preciosos están gravadas a una tasa que oscila entre el 19% y el 26%, según la cantidad ganada”.
Además, señala Marburguer, “el oro físico tiene una ventaja única: es un activo tangible que existe fuera del sistema financiero. En tiempos de incertidumbre económica, los inversores de todo el mundo recurren cada vez más al oro físico como cobertura. Los volúmenes récord que hemos visto en el primer mes de este año confirman esta tendencia. Nuestros clientes utilizan activamente las fluctuaciones de precios para aumentar sus participaciones”.
El oro sigue siendo el punto de referencia para la preservación de la riqueza, ya que ha mantenido su valor durante siglos. La plata, por el contrario, tiene una demanda industrial más fuerte y tiende a ser más volátil, lo que la hace particularmente interesante para los inversores especulativos. El platino y el paladio están aún más impulsados por la industria, especialmente debido a su uso en el sector automovilístico para convertidores catalíticos. En los últimos años, hemos visto importantes movimientos de precios en estos metales, impulsados por la escasez de suministro y los cambios regulatorios.
Como especifica Marburger, España tiene una larga tradición en el comercio de metales preciosos: la confianza en el oro como activo de refugio es profunda. En tiempos de incertidumbre económica o aumento de la inflación, los inversores recurren cada vez más a activos tangibles. En este momento, con las tensiones geopolíticas y las preocupaciones sobre la inflación aumentando a nivel mundial, la demanda de oro está aumentando.
Máximos históricos
Además, el experto puntualiza, el 31 de enero, el oro alcanzó un nuevo máximo histórico. Este repunte lo impulsan las expectativas de recortes de las tasas de interés por parte de la Reserva Federal de Estados Unidos, las incertidumbres geopolíticas y la alta demanda sostenida de Asia. Los bancos centrales continúan con sus agresivas compras de oro, y solo China agregará más de 225 toneladas a sus reservas en 2023.
“Nuestros clientes, especialmente en España y en toda Europa, están respondiendo a este entorno de mercado con compras estratégicas. La volatilidad está creando atractivas oportunidades de compra. Enero ya ha sido un mes récord en términos de volumen de operaciones para nosotros. Esto lo demuestra claramente: el oro sigue siendo la moneda por excelencia en tiempos de incertidumbre”, ha concluido.