Las empresas de bienes raíces chinas han acelerado su ritmo de crecimiento fuera de sus fronteras para satisfacer el apetito de los consumidores chinos y encontrar nuevas oportunidades más allá del mercado inmobiliario nacional.
En el primer trimestre de 2014, las inversiones inmobiliarias por parte de inversores institucionales fuera de China se elevaron un 25% frente al mismo periodo del año anterior y llegaron hasta los 2.100 millones de dólares, mientras que la suma que se destinó a inmuebles residenciales creció un 80%, según Jones Lang LaSalle, empresa de servicios inmobiliarios y de gestión de inversiones global.
La inversión en propiedades residenciales de inversores institucionales chinos en el extranjero superó los 1.100 millones de dólares en el primer trimestre, rompiendo el récord del año anterior de 600 millones. Reino Unido, Australia y Estados Unidos fueron los países más favorecidos con estas inversiones.
En este sentido, los analistas sostienen que la expansión en el exterior por parte de estos inversores se vuelve más impresionante que el mercado interno debido a que el potencial es mucho mayor.
Wanda Group, uno de los promotores inmobiliarios chinos más importantes, anunció en enero que invertirá 3.000 millones de libras esterlinas (5.100 millones de dólares) en ciudades inglesas. Greenland Group también anunció a principios de año que sus inversiones en el exterior han alcanzado cerca de 5.600 millones de dólares en 2014.
Los promotores chinos, con mucho efectivo en sus carteras gracias a sus éxitos anteriores en el mercado nacional, están diversificando sus carteras, centrándose en ciudades de entrada como Londres, Nueva York, Los Ángeles y Singapur, de acuerdo a Zhu Fei, analista de Yuexiu Property Institution.
Con un entorno financiero relativamente benigno en el mercado internacional en comparación con China, algunas empresas de bienes raíces han salido a bolsa en Hong Kong o Estados Unidos, explicó Zhu.
Un apetito creciente
El aumento de la expansión en el extranjero puede atribuirse al creciente apetito de los chinos por propiedades residenciales en busca de asegurar su capital, de acceder a educación y atención sanitaria, así como a acceso a la residencia permanente y ciudadanía de los países en los que invierten, solo por mencionar algunos de los factores detrás de este fenómeno.
Cerca de 150.000 chinos emigran al extranjero anualmente, lo que se espera que genere una demanda de compra de propiedades por más de 75 millones de yuanes, explicó el director general de DTZ Real Estate Consultancy Company Guangzhou.
Los destinos tradicionales de los inmigrantes encabezan los flujos de dinero, explica Fu Zhenhuang, analista de Deloitte, añadiendo que las inversiones han sido más activas en Londres, Nueva York, Singapur, Sydney, Manchester y Hong Kong.
Las estadísticas del agente inmobiliario Savills sugieren que los consumidores chinos invirtieron cerca de 13.500 millones de dólares fuera de sus fronteras en 2013, casi el doble que en 2012.
Huang Yuewi, CEO ejecutivo de una empresa de inversión en propiedades en el exterior, dijo que su compañía vendía menos de 10 casas hace siete años, y ahora de 15 a 20 propiedades diariamente. “La inversión en propiedades en el exterior será mucho más impresionante en los próximos diez años”, subrayó.
Según cálculos basados en los activos de los ciudadanos chinos de alto patrimonio apuntan a que más de 1.100 millones de yuanes fluirán hacia propiedades en el extranjero.