A partir del próximo mes de noviembre, las AFPs de Chile podrán invertir hasta un 15% de sus activos en alternativos, abriendo un potencial de inversiones de 28.650 millones de dólares. Esta cifra situaría al país andino como el segundo en este tipo de inversión después de México, que tiene un mayor potencial (32.000 millones) pero también más restricciones regulatorias. Ricardo Morales, socio, fundador y presidente de HMC Capital, empresa con más de 7.000 millones de dólares bajo administración, conversó con Funds Society.
Estamos al borde de un cambio importante de Chile: ¿habrá un boom de los alternativos o asistiremos a un proceso escalonado de transición?
Sin duda será progresivo, habrá una transición, porque las AFPs ya estaban invirtiendo en alternativos, no parten cero. El verdadero cambio se producirá porque no es lo mismo invertir desde un vehículo local que invertir en forma directa. La responsabilidad y el proceso de inversión es muy diferente.
La propuesta de alternativos, que entraría en vigor en noviembre, plantea entre un 5 y un 15%. Si uno lo mira desde el techo (ese 15%) resulta una cifra potencial de inversión de entre 25.000 y 28.000 millones de dólares, siendo 28.000 el total, teniendo en cuenta que ya tienen actualmente 3000 invertidos. Así que hablamos de 25.000 millones de capacidad adicional.
Pero hay un problema con las comisiones, si a las empresas se las obliga a pagar parte de las comisiones de las inversiones alternativas que hagan probablemente ese potencial se esfume. No vemos que haya intención de parte de los fondos de pensiones se hacerse cargo de ese costo. Nada está zanjado, pero hasta que eso no se resuelva ese tema clave nadie se va a mover en el sector. Aquí llevamos meses sin movimiento en alternativos esperando esas definiciones, porque hablamos de activos caros por los retornos que tienen.
¿De que alternativos estamos hablando, sabiendo que, por ejemplo, las materias primas quedan excluidas explícitamente de este mercado?
Yo diría que se cubre el 95% de las estrategias invertibles, que son: real state, infraestructura, crédito, deuda privada y buyout.
Localmente, nosotros donde tenemos más conocimientos es en crédito o deuda privada, y después en el real state, un sector especialmente dinámico donde siempre hay capital. Infraestructura es un camino más largo. A nivel local, la parte más difícil es que la inversión será de forma directa, y eso tardará tiempo en desarrollarse, para que exista el vehículo más apropiado para que el fondo de pensión pueda ir.
A nivel internacional, se seguirá la misma dinámica, los buyout van a ser la principal exposición de los fondos de pensiones, junto con la deuda privada. En lo referente a la infraestructura, todos los países de Latinoamérica tienen cuellos de botella en su infraestructura, son activos a largo plazo, así que las AFPs gradualmente irán invirtiendo.
¿Este cambio va a representar una verdadera ventaja para los jubilados?
La experiencia de Colombia, Perú y recientemente la de Chile, muestran que las inversiones en private equity han rendido mejor de lo esperado, con rentabilidades altas. Estamos en un mundo sin tasas de interés, por lo tanto, es muy difícil obtener retornos de la deuda pública y líquida. Se pueden obtener buenos retornos, pero las volatilidades han subido, la rotación de portafolios es más exigente que antes. Mientras que el private equity, visto en una perspectiva de 20 o 30 años, cada mes resulta ser una buena clase de activo. Tienen poca liquidez, pero si pensamos que los fondos de pensiones invierten a largo plazo, no hay mejores activos para incrementar el retorno en las carteras. En Chile ya se ha comprobado, como en Colombia y en Perú.