BUËCOR, plataforma de financiación participativa del tipo crowdlending (financiación a través de préstamos directos por parte de inversores particulares o empresas que se devuelven con intereses), ofrece el primer proyecto sostenible de la economía real para ser financiado por los inversores.
Se trata de una plantación de almendro de alta densidad de 300 hectáreas de extensión, en la Ribera Alta del Guadalquivir, en Córdoba. 145 hectáreas plantadas en 2020 que ya han entrado en producción, y 155 hectáreas a plantar el primer trimestre de 2024, que entrarán en producción a principios de 2026.
Promotor del proyecto
El promotor del proyecto es la compañía productora de frutos secos, olivas y pistachos ISFA. La empresa es líder en España y Europa, e interviene en toda la cadena de valor, desde la plantación hasta la producción de almendra en grano. ISFA tiene un acuerdo de distribución con una de las mayores distribuidoras en España, Grupo Unió.
La compañía es una empresa de tamaño mediano que necesita financiación alternativa porque “no contamos con la capacidad de cotizar en los mercados de capitales, y tampoco podemos cubrir la totalidad de nuestras necesidades con financiación tradicional”, según su director general Asier Ugaldea.
Sostenibilidad del proyecto
El almendro de alta densidad es un tipo de árbol de menor leñosidad, con menos raíces y más superficie foliar (ramas y hojas), que produce más cantidad de almendras por planta. Requiere un clima mediterráneo, y terrenos con nutrientes necesarios y abundantes recursos de agua. La Ribera Alta del Guadalquivir tiene estas condiciones, y por ello es una de las zonas con mayor capacidad productiva de almendros en el mundo, similar a la de California.
Para mantener su alta productividad, los almendros de alta densidad necesitan un suministro de agua, fertilizantes y fitosanitarios óptimo en todo momento. ISFA cuenta con sistemas de mecanización y digitalización que permiten mantener este nivel óptimo en producción en el largo plazo, entre 25 y 30 años.
Son sistemas que se apoyan en el seguimiento continuo de las condiciones climáticas con tecnología avanzada: sensores, estaciones meteorológicas y satélites. Y que permiten afrontar cualquier escenario adverso, como sequías, olas de calor, olas de frío, y otros, sin que se resienta la productividad. La tecnología genera eficiencia en todo el proceso, ya que se ahorra el 30% de agua y el 50% de nutrientes, favoreciendo la sostenibilidad en la producción durante largo tiempo.
La compañía ISFA cuenta con el certificado GlobalGap, que distingue a las compañías de producción agrícola que respetan más el medio ambiente, y cumplen mejor con los criterios de seguridad alimentaria.
Rentabilidad en la economía real
Se trata de una plantación de almendro de alta densidad de 300 hectáreas de extensión, en la Ribera Alta del Guadalquivir, en Córdoba. La inversión mínima son 500 euros.
El modelo de explotación agrícola que aplica ISFA es “competitivo y viable en cualquier escenario”, según su director general Asier Ugaldea. Porque aporta “eficiencia en recursos, sostenibilidad en el largo plazo, y fuerte capacidad de distribución”.
Tomás Cortés, CEO de BUËCOR, opina que “estas son las claves que convierten los proyectos para financiar a través de nuestra plataforma en rentables y sostenibles en el largo plazo”. Porque “pertenecen a la economía real, y producen beneficios tangibles para los inversores, y para el medio ambiente y la sociedad”.