Las búsquedas de Google, los consejos de Siri y Alexa, nuestros gustos musicales en Spotify, lo que vemos en Netflix y hasta los tratamientos sanitarios a los que nos sometemos: la inteligencia artificial está presente en nuestro día a día sin que apenas nos percatemos de ella. ODDO BHF AM tiene la convicción de que en los próximos años va a crecer a un ritmo exponencial, motivo por el que el pasado diciembre lanzó un fondo de renta variable global de esta temática.
“El motivo principal para invertir en ella es el crecimiento: va a crecer un 23% anual entre 2018 y 2015, frente al 7% de los fondos de otro sector clave como es el de la ciberseguridad”, asegura Brice Prunas, gestor del ODDO BHF Artificial Intelligence, en un encuentro con periodistas en Madrid. Para él, la AI es “mucho más”: también va a aportar un gran valor a la economía. “Se trata de una revolución silenciosa que va a impulsar todos los sectores, cada uno de una forma distinta”, asegura.
La inteligencia artificial, señala, es la habilidad de un programa o un algoritmo de pensar como un ser humano. A esto se une que funciona como “semiconductor” para procesar los trillones de datos que se generan en la economía cada día. “También es un acelerador del internet de las cosas y de la computación en la nube”, apunta.
Según un estudio del Bank of America Merrill Lynch de noviembre de 2018, un 44% de los inversores considera que va a ser la temática más disruptiva e influyente de los próximos 5 años, por delante de la ciberseguridad (29,8%) y el cambio climático (16,7%).
Con ello en mente, el pasado diciembre la gestora lanzó el ODDO BHF Artificial Intelligence, un fondo temático de renta variable global que utiliza la AI en su mismo proceso de inversión, gracias a su alianza con la compañía de procesamiento de datos Nvidia Corporation.
A través de un algoritmo que procesa cuatro millones de datos al día, ODDO BHF AM identifica las 300 empresas, de un universo de 3.500, que están más expuestas a esta temática y que generan valor económico a través de ella, es decir, beneficios, crecimiento y efectivo. “El valor económico va a estar reflejado en el valor de las acciones”, apunta Prunas.
Con 33 millones de dólares en activos bajo gestión, el 55% del fondo está compuesto por empresas tecnológicas globales (semiconductores, software, internet…) y el 45% por otros sectores, como el sanitario o el manufacturero, que obtengan beneficios económicos gracias a la inteligencia artificial. “Por ejemplo, podemos tener una empresa de robots que realizan cirugías o un laboratorio farmacéutico que utilice la AI para encontrar un genoma”, señala Prunas.
Por regiones, un 60% de las firmas proceden de Estados Unidos, un 10% de Japón, un 10% de emergentes y “solo un 20% de Europa” porque “desafortunadamente, no está liderando el camino de la Inteligencia Artificial”.
Prunas destaca que el fondo es “una innovación en la industria de la gestión de activos”, ya que ellos mismos utilizan el big data y la inteligencia artificial a través de un análisis “semántico” y “del sentimiento”. El primero consiste en acumular información de las empresas del sector a través de 170 subtemáticas como la automatización, machine learning o el big data. “Cuando una empresa se queda fuera del algoritmo, vendemos”, asegura.
Al mismo tiempo, Nvidia procesa los contenidos que se publican en los medios de comunicación sobre firmas relacionadas en el sector, tanto pequeñas como grandes, para supervisar el alpha que generan las que se hallan en el fondo y encontrar nuevas en las que poder invertir.
Con todo, entre un 30% y un 50% del fondo está formado por pequeñas y medianas empresas, con una capitalización menor de 7.000 millones de dólares. Las más grandes (Amazon, Google o Facebook) representan menos del 15%.
A largo plazo (la gestora recomienda un horizonte de inversión de 5 años), la expectativa de rentabilidad es del 15% anual, frente al 8% de la renta variable tradicional. En cuanto a los riesgos, el más importante es “la exposición a los aranceles”, algo que se hace más notable en determinadas empresas, como, por ejemplo, las fabricantes de robots.