Los activos de mercados privados han transformado el paisaje inversor en los 14 años transcurridos desde la crisis financiera global. Las últimas cifras muestran que hoy en día hay casi 10 billones de dólares1 invertidos en los mercados privados, que se están convirtiendo en una clase de activo global y cada vez más diversificado, señala en un informe BNP Paribas AM.
Se trata de un mercado que ha crecido de forma constante durante más de una década. Y tras una breve pausa inducida por la pandemia en 2020, parece que ese impulso va a continuar. Los últimos datos del mercado sugieren que la demanda para las inversiones en el mercado privado se aceleró de nuevo en 2021, con un aumento en la recaudación de fondos de casi un 20% de un año a otro y más de 3,5 billones de dólares desplegados en todo el espectro de clases de activos del mercado privado2.
Dentro de esta clase de activos más amplia, la deuda privada ha demostrado ser especialmente resistente, más allá de de las circunstancias económicas subyacentes. Es la única clase de activos de los mercados privados que ha aumentado la captación de fondos cada año desde 2011, incluso durante la pandemia, se destaca en el análisis. El tamaño del mercado de deuda privada ha superado ya un billón de dólares, con una captación de fondos en diferentes estrategias que ascendió a 192.000 millones de dólares en 2021, un 10,4% más que el año anterior y casi cinco veces la cantidad de hace una década.
Parte de la razón de esta resistencia es que la deuda privada abarca una gama diversa y variada de diferentes estrategias de inversión. Por ejemplo, la deuda de infraestructuras y la deuda inmobiliaria corporativa han obtenido históricamente buenos resultados en entornos de inflación creciente. Estudios recientes demuestran que esta espectacular expansión de las estrategias de direct lending es la que ha representado el 73% del crecimiento de la captación de fondos en la última década.
Según BNP Paribas AM, hay claros indicios de que la demanda de inversiones en el mercado privado, y de deuda privada en particular, está creciendo en respuesta a los cambios en la actividad económica. El aumento de la inflación, el incremento de los tipos de interés, la necesidad de cumplir con requisitos de inversión más sostenibles con objetivos ambientales, sociales y de gobernanza (ESG) más estrictos o con objetivos de emisiones netas cero, juega a favor de la deuda privada.
Hasta la fecha, gran parte de la demanda de soluciones del mercado privado, especialmente en el ámbito de la deuda privada, ha procedido de los grandes inversores institucionales y de los grandes planes de pensiones. Pero una gama más amplia de soluciones de inversión más especializadas ha provocado un aumento de la demanda por parte de inversores institucionales más pequeños y otros segmentos del mercado.
Un activo diversificado
Los mercados privados abarcan un amplio espectro de opciones de inversión, como la renta variable privada, la deuda privada, infraestructuras y bienes inmuebles, así como nuevas incorporaciones como la silvicultura y el sector de la madera, que tienen credenciales ESG particularmente atractivas.
De todas ellas, la deuda privada ha sido según el informe la que ha tenido un rendimiento más constante en la última década, lo que se debe en parte a la diversidad de estrategias de inversión y subestrategias que pueden desplegarse a lo largo del ciclo económico.
Los beneficios de la diversificación comienzan con la gama de clases de activos subyacentes dentro de la deuda privada, que incluye los préstamos a empresas, pymes y otras organizaciones, la deuda inmobiliaria comercial y de infraestructuras y la financiación estructurada. Dentro de cada una de estas clases de activos se produce una diversificación adicional en base a la exposición geográfica a la divisa, junto con la de capital, ya sea en relación con la duración, las opciones de tipo fijo o flotante o el vencimiento de la deuda.
«Para los inversores que pueden permitirse tener su dinero invertido durante más tiempo, la deuda privada ha ido superando a la renta fija tradicional y a los rendimientos de la deuda pública desde la crisis financiera. Y hasta la fecha, este mayor rendimiento no ha venido acompañado de pérdidas significativamente mayores en términos de impago», indica el texto.
Esta situación no solo ha beneficiado a los inversores. Muchas empresas que buscan acceder a esta financiación han mostrado su preferencia por la rapidez y la comodidad -y a veces condiciones preferentes- que pueden ofrecer los préstamos directos, en comparación con la financiación bancaria tradicional.
Estos factores han provocado un cambio sísmico en los préstamos estructurales durante la última década. Mientras que los bancos representaban casi el 70% de la financiación del mercado de tamaño medio en 20133, representaban solo el 11% en 2021. El resto se realizó a través de direct lending.
Sofisticación y ESG
A medida que el mercado ha crecido y se ha desarrollado, más gestores de deuda privada se han involucrado, a menudo buscando diferenciarse a través de una mayor escala y flexibilidad de capital. Muchos «megafondos» han llegado al mercado como consecuencia de ello. En el otro extremo del espectro, algunos gestores de deuda privada han tratado de ofrecer soluciones de inversión más personalizadas, adaptadas a las necesidades individuales de los clientes, señalan desde la gestora.
Esta diversidad de estrategias ha respaldado un mayor crecimiento de la deuda privada y ha permitido que la clase de activos ofrezca una variedad de soluciones a los clientes a medida que cambian las condiciones económicas subyacentes.
El otro cambio fundamental que de acuerdo con el análisis apoyará el futuro crecimiento de los mercados de deuda privada es la transición hacia una economía de bajas emisiones de carbono.
En primer lugar, existe una clara necesidad de construir infraestructuras para apoyar una economía más verde. En segundo término, se ha introducido una serie de nuevas regulaciones en muchos mercados desarrollados, y, por último, existe una demanda creciente de los clientes de una mejor supervisión de los riesgos ESG en sus carteras.
Parte del reto de supervisar los aspectos ESG en la deuda privada se deriva de su propia idiosincrasia, que dificulta la aplicación de un proceso estandarizado en las diferentes estrategias y productos. Por lo tanto, se necesitan procesos ESG personalizados, algo con lo que cuenta BNP Paribas AM.
«Hemos creado marcos ESG eficaces y completos y seguimos desarrollando y mejorando herramientas propias para garantizar a los inversores que todos los riesgos ESG relevantes se aborden y gestionen de manera adecuada», señala el informe. Y añade: «Creemos que la evolución hacia una inversión más sostenible y una mayor supervisión de una serie de factores ESG será probablemente una de las fuerzas motrices que darán forma a los mercados de inversión en las próximas décadas. Esto se aplicará no sólo a las inversiones cotizadas, sino a toda una serie de inversiones del mercado privado».
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Referencias
[1]. Fuente: McKinsey & Co: el patrimonio gestionado en los mercados privados alcanzó un máximo histórico de $9,8 bill. el 30 de junio de 2021, desde los $7,4 bill. el año previo.
[2]. Fuente: McKinsey & Co: Revisión anual de los mercados privados de McKinsey 2022
[3]. Fuente: McKinsey & Co: Revisión anual de los mercados privados de McKinsey 2022