Las entidades financieras tradicionales afrontan una «cuarta fase» en la transformación digital, en la que tendrán que descubrir su modelo de negocio como plataformas «online», según el anuario del Instituto de Estudios Bursátiles (IEB). El informe propone que la banca adopte una «hoja de ruta» para la adopción de las “fintech”, ya sea mediante inversión en empresas emergentes o mediante colaboración.
En materia de empleo se prevé, además, que las “fintech” o empresas de finanzas tecnológicas emplearán cinco veces más trabajadores de aquí a 2020, en un sector que «despega» en España a través de los cambios del regulador y la transformación digital. En el año de la «consolidación» de las “fintech”, la penetración de la banca digital ha aumentado y alcanza a casi la mitad de los clientes españoles (43%), después de crecer un 10,3% el último año y llegar a 14,8 millones de usuarios (1,2 millones más que en 2015).
El estudio indica que tanto bancos como “fintech” deben aprovechar que el 71% de los españoles tiene teléfonos inteligentes para crecer en esta «revolución financiera», ha afirmado el autor del mismo, Luis Castejón. El informe también asegura que las entidades que no se transformen desaparecerán si no atienden a los nuevos productos y servicios que demanda la sociedad.
Por ello valora la colaboración con las “fintech, que son 350 en España y generan 5.000 empleos, y prevé que en tres años sean medio millar de compañías y 25.000 puestos de trabajo. Sobre las tendencias de futuro, Castejón ha destacado, entre otras, la tecnología en la que se basará la infraestructura bancaria, el uso del «big data» y la inteligencia artificial.
El autor ha señalado que las entidades tradicionales afrontan una «cuarta fase» en la transformación digital, en la que tendrán que descubrir su modelo de negocio como plataformas «online». El informe propone que la banca adopte una «hoja de ruta» para la adopción de las “fintech”, ya sea mediante inversión en empresas emergentes o mediante colaboración.
El fenómeno «fintech» en España
El anuario prevé que las entidades financieras que no se transformen terminarán desapareciendo, en caso de que no atiendan los nuevos productos y servicios que demanden los usuarios o que no sean capaces de adaptarse a la exponencialidad de la evolución tecnológica. La dinamización de la industria financiera vendrá de la competencia y la colaboración entre banca y fintech, creando ecosistemas abiertos de trabajo, que promuevan el emprendimiento y desarrollo de modelos de negocio.
«Las claves para un país fintech son la regulación, la inversión, la tecnología y el talento. España tiene una gran oportunidad para ser un polo «fintech» a nivel internacional para atraer a los que se fueron y a los que vengan, para lo que es necesario crear ecosistemas integrados y apoyados por administraciones públicas, empresas privadas y asociaciones», señala el informe.