Los inversores siguen ampliando su horizonte en la búsqueda de retornos atractivos y fiables. ¿Y qué significa esto? Según un estudio realizado por TIME Investments, esta búsqueda ha supuesto que muchos inversores se pasen a los fondos alternativos.
El estudio de esta firma especializada en fondos alternativos, basado en una amplia encuesta a asesores financieros y gestores de patrimonios, revela que el 32% de los encuestados afirma que la mitad de sus clientes han visto como el rendimiento de sus carteras disminuye debido al menor pago de dividendos que han realizado las compañías cotizadas durante la crisis desencadenada por la pandemia del COVID-19.
Un 28% de los profesionales de la inversión consultados espera que esta tendencia de menores dividendos continúe, al menos, durante otros dos años, lo que afecta especialmente a los fondos de renta variable. Sin embargo, los inversores tendrán que aguantar esta presión sobre sus expectativas de rentabilidad porque la renta fija tradicional tampoco será una fuente eficiente de rentabilidad, obligando al inversor a tomar más riesgo o a buscar activos de renta fija de más calidad.
Parecería que estamos en un laberinto sin salida, pero los asesores y gestores de cartera reconocen que están encontrado la respuesta en los activos alternativos y en los activos de la economía real una fuente de rendimiento a largo plazo. En un contexto de tasas de interés extremadamente bajas, el 46% de los encuestados reconoce haber visto un aumento del número de inversores que han decidido invertir parte del efectivo que tienen en sus cuentas de ahorro en activos alternativos, con el objetivo de mejorar sus rendimientos.
Respecto a la búsqueda de ingresos, la encuesta revela que un 32% de los asesores está recomendando una mayor exposición a los activos inmobiliarios, a las infraestructuras y los bienes raíz. Además, un 26% ha aumentado sus recomendaciones para invertir en energía renovable, y un 24% está recomendando cada vez más adquirir propiedades con un horizonte de largo plazo.
Sin embargo, el interés por la renta variable y la renta fija no ha desaparecido totalmente, sino que los profesionales de la inversión se han vuelto más selectivos. En concreto, el 50% de los asesores recomienda la renta variable del Reino Unido, ya que todavía paga dividendos, y el 38% sugiere bonos corporativos.
«Las fuentes tradicionales de rentabilidad en la cartera han sido duramente golpeadas durante la pandemia de COVID-19, y nuestra investigación sugiere que los inversionistas están dispuestos a buscar diversificación en activos alternativos que puedan pagar ciertas rentabilidades atractivas”, afirma Stephen Daniels, jefe de inversiones de TIME Investments.
En opinión de Daniels, en estos tiempos inciertos, “los activos reales menos volátiles y no correlacionados, como las infraestructuras, el real estate y las energías renovables, son cada vez más populares, ya que los inversores buscan fuentes de ingresos relativamente estables que pueden ser sustancialmente superiores a las que se pueden conseguir dejando efectivo en el banco”.