Se estima que hacen falta 4,2 billones de dólares anuales de financiación hasta 2030 para cumplir con los ODS. La necesidad de capital es especialmente llamativa en los mercados emergentes, donde los inversores institucionales todavía no han puesto el foco. El reto es aún mayor cuando se observa que la inversión pública no es capaz de movilizar este capital. Frente a esta situación, las gestoras y firmas de inversión consideran que tienen un papel dinamizador.
“Este capital no es asumible para los estados, por lo que se anima a las empresas a que atraigan financiación privada, movilizando el capital que permita cumplir con los ODS. Desde la industria, una de las respuestas que se ha dado ha sido crear vehículos de inversión que se focalicen en cumplir los objetivos y generar un impacto positivo, además de ofrecer una rentabilidad, pero también soluciones de inversión que permitan a lo privado y a lo público ir de la mano”, afirma Leticia Ferreras, gestoras de la estrategia de Financiación al Desarrollo de Allianz GI.
Según su experiencia, como gestora y como parte del departamento de Development Finance de Allianz GI, los mercados emergentes son la región donde más cuesta canalizar este tipo de inversión. “El freno es, por un lado, el nivel de riesgo que este tipo de inversores está dispuesto a tomar y, por otro, el desconocimiento sobre cómo entrar en estos mercados; lo que habitualmente solucionan posicionándose en índices”, matiza.
¿Qué alternativas ofrece la industria de inversión para movilizar capital y alcanzar los ODS? Para Allianz GI el blended finance es una opción innovadora y que, poco a poco, se está abriéndo paso entre los inversores institucionales. “Consiste en una colaboración entre el sector público y el sector privado, creando estructuras de inversión para que el capital privado pueda canalizarse. Hay muchas formas de hacer blended finance y generalmente depende de cómo sean los países y los proyectos que se financien”, explica esta experta. En este sentido, se pueden crear vehículos de inversión o invertir directamente en proyectos, haciendo direct lending.
Actualmente, Ferreras gestiona más de 3.000 millones de dólares a través de la estrategia Allianz Global Investors’ Development Finance. Desde su incorporación en 2020 a Allianz GI, se ha centrado en el despliegue y la expansión de la estrategia Credit-Enhanced EM (2021), incluyendo la captación de fondos de terceros clientes. Además, está dirige la estructuración y la captación de fondos de un nuevo vehículo de deuda de 1.000 millones de dólares centrado en soluciones climáticas en los mercados emergentes.
“Se trata de soluciones de inversión alternativa. Vamos de la mano de las conocidas como DFIs (Development Finance Institutions), que se involucra en la parte de la percepción del riesgo, del acceso a determinados mercados, de identificar los proyectos que se van a financiar y de un primer análisis de las cuestiones ASG. Por nuestra parte, la gestora crea y estructura el vehículo de inversión o del crédito directo, así como su operativa, para canalizar la inversión privada, generar un impacto y proporcionar un rendimiento a los inversores”, añade.
La idea suena sencilla, pero Ferreras reconoce que son estructuras de inversión complejas a las que, por ahora, solo pueden acceder los inversores institucionales. “Uno de los retos que plantea este tipo de soluciones de inversión tiene que ver con el riesgo, ya que los inversores institucionales tienen limitada su exposición al riesgo. En el caso de los vehículos de inversión, a través de las DFIs o dando seguros de créditos o garantías de entre el 80% o el 90% logramos reducir la percepción del riesgo, lo cual ayuda a movilizar el capital. El otro gran reto es encontrar el camino para ofrecer al inversor particular esta forma de invertir”, explica.
Según reconoce la experta, el potencial de crecimiento de estas soluciones de inversión es grande. Por ejemplo, los vehículos de inversión se pueden desarrollar en cualquier sector, pero tienen la peculiaridad de que aspiran a tener un gran capital. En opinión de Ferreras, la industria tiene que tender a desarrollar estructuras que sean lo más eficientes posibles. “De cara al capital privado, este tipo de soluciones de inversión tienen importantes ventajas: son productos con un impacto directo, con un riesgo similar al investment grade, permiten diversificar las carteras y ofrece una rentabilidad ajustada al riesgo”, concluye.