La mirada de Aberdeen Standard Investments a la hora de diversificar carteras va más allá de los activos tradicionales. En palabras de Andrea Wehner, directora de inversiones del equipo de multiactivos diversificados, hoy en día, “hay muchas más oportunidades a nuestra disposición” que no se restringen “a invertir tan solo en bolsa, deuda y activos inmobiliarios”.
La gestora vigila el riesgo, pero, por ejemplo, no cuenta con un objetivo específico de volatilidad. “Sabemos que cuando diversificamos ampliamente nuestra cartera, nuestro nivel de volatilidad baja y se sitúa muy por debajo de la de la renta variable”, afirma Wehner en una entrevista con Funds Society en la que revela que, en el actual entorno de mercado, cuentan con una alta exposición a la deuda corporativa emergente en divisa local.
“La razón no es solo que esta clase activo ofrece muy buenos cupones, de alrededor del 7% u el 8%, sino también que los mercados emergentes están mejor situados de lo que lo estaban en momentos como la crisis asiática de finales de los 90 o principios de este siglo”, señala. En ese sentido, apunta que algunos de estos países tienen una situación financiera “muy saneada,” lo que hace que esa clase de activo es “muy atractiva”, sobre todo, desde una perspectiva de largo plazo.
Mientras, en renta variable, Aberdeen Standard Investments mantiene una exposición baja y, “dado el actual entorno” no recomendarían necesariamente aumentarla, aunque siempre depende del resto de inversiones de la cartera. a este activo, pero depende de resto de inversiones que tengan en cartera. “Cuando tienes una cartera orientada al largo plazo, la renta variable todavía ofrece una prima de riesgo atractiva”, admite Wehner, aunque apunta que, pese a la corrección de finales del año pasado, “muchos mercados están muy caros, con lo que hay que ser cauteloso”.
Además, asegura que, al contar con una visión a largo plazo, no tiene previsto implementar muchos cambios en la cartera. “Cuando inviertes, por ejemplo, en infraestructuras, hablamos de un activo muy interesante que puedes tener durante un largo periodo de tiempo. Por eso la estructura general en nuestra asignación de activos no ha cambiado”, señala.
Aun así, revela que su equipo se va adaptando al entorno de mercado y, por ejemplo, tras el rebote de los mercados de renta variable, aprovecharon para recortar ligeramente su exposición a bolsa y tomar algo de beneficios.
Las inversiones alternativas suponen actualmente alrededor de un tercio de la cartera, porcentaje que se ha mantenido en los últimos años, ya que, destaca Wehner, su rentabilidad es mayor que la que aportan los activos tradicionales. “No esperamos alcanzar mucho retorno por parte de la renta variable y no tenemos bonos soberanos en cartera, pero esperamos rentabilidades atractivas de la energía renovable, del inmobiliario y de áreas nicho como los royalties sanitarios”, señala.
Además, según cuenta, todos estos activos “están muy bien diversificados en cartera” porque existe una correlación muy baja con la renta variable o los bonos, al estar algunos respaldados por el gobierno, ligados a la inflación.
Wehner recuerda que, durante la crisis financiera de 2008, no existían tantas opciones para invertir. “Los activos que tenías para diversificar en multiactivos no se salían de los tradicionales, es decir, renta variable, bonos, y quizá algo de inmobiliario, pero prácticamente nada más”.
Sin embargo, hoy en día, hay muchas más oportunidades y se puede invertir, de forma muy líquida, en infraestructuras, leasing de aviones, financiación de litigios, royalties sanitarios… “Se trata de áreas muy nicho, pero que no dejan de ser muy interesantes desde el punto de vista de la corrección”, afirma.
Actualmente, el inversor español puede acceder a dos tipos de fondos multiactivos de su gestora, el Aberdeen Standard SICAV I Multi Asset Income Fund y el Aberdeen Standard SICAV I Multi Asset Growth. A pesar de que ambos son fondos multiactivos con una misma estrategia, que se centra en un objetivo de rentabilidad de efectivo del +5% en cinco años, tienen características “muy diferenciadoras”. El primero cuenta con un yield anual del 4,5, por lo que “es muy importante distribuir ese porcentaje cada año” y la gestora, además, reparte esa cantidad de forma mensual. En el caso del segundo, el objetivo se centra en la apreciación de capital a largo plazo.