Sídney es la ciudad en la que el precio de las viviendas de lujo subirá más en 2016, hasta un 10%, según el informe de Knigth Frank “Prime cities forecast report”, que analiza los precios de las propiedades de lujo en 10 ciudades del mundo. En el extremo contrario, Hong Kong verá caer los precios de sus mejores propiedades en un 5%.
Junto con las de Hong Kong, las propiedades de Singapur y París verán bajar sus valoraciones en un 3,3% y un 3% respectivamente, mientras los inmuebles del resto de las urbes analizadas verán aumentar sus valoraciones. Entre ellas, además de Sídney, Nueva York y Mónaco verán crecer sus precios en un 5%; Shanghái el 4%; y Miami y Londres un 2%, mientras Ginebra no verá variación en sus precios.
La ciudad australiana ya encabezó el ranking de aumento de precio en 2015, con un 15%, pero la ralentización económica, un mercado de valores menos fuerte y la introducción de impuestos a las inversiones extranjeras serán las causas de un menor crecimiento –aunque mantiene el liderazgo- este año.
En su conjunto el crecimiento de precios en 2016 alcanzará el 1,7%, mientras en 2015 ha sido del entorno del 3%, en lo que la firma entiende una tendencia hacia crecimientos más reducidos a corto plazo. Sólo Londres, París, Ginebra y Singapur verán mejorar su evolución este año, pues en 2015 los precios crecieron un 1% en Londres, en París cayeron un 5%, en Ginebra un 3% y en Singapur lo hicieron un 3,5%.
Por lo que respecta a las ciudades norteamericanas analizadas, Liam Bailey –director de análisis de Knigth Frank- y Kate Everett-Allen –analista del mercado residencial global de la firma- señalan que la demanda de propiedades de lujo en Nueva York se ha tranquilizado después de unos frenéticos 2013 y 2014, debido a la fortaleza del dólar y la debilidad económica global, aunque no se espera que cambie la tendencia de los precios hasta 2017. Además, las elecciones presidenciales y federales en el mes de noviembre hacen probable un cierto compas de espera por parte de los compradores. En el caso de Miami, la fortaleza del dólar frente a divisas latinoamericanas y euro influirá en los flujos de capital y la demanda.