Con la economía brasileña en crisis, Claritas Investimentos, firma de gestión de activos basada en Sao Paulo, ha encontrado una inversión alternativa inmune a toda la agitación experimentada por los mercados financieros brasileños de los últimos años: los árboles de eucalipto.
Todo comenzó en 2008, cuando en medio de la crisis financiera global, la gestora compró varios terrenos forestales en Brasil, para después vender la celulosa producida. Los dos fondos dedicados a la inversión en árboles de eucalipto, con unos activos bajo gestión superiores a los 635 millones de reales o 177,8 millones de dólares, ha producido unos rendimientos anuales promedios de un 17,5% desde 2008, según informa Claritas. El precio de la celulosa se disparó un 42% desde su punto más bajo en 2009, mientras que, en el mismo periodo, la bolsa brasileña acumuló pérdidas por un 4,7%, según publica Bloomberg.
Claritas Investimentos está ahora buscando lanzar un tercer fondo, para el que espera recaudar más de 300 millones de reales en activos y que se centrará en cultivar en la zona sur del país. La gestora, que cuenta con cerca de 3.500 millones de reales en activos bajo gestión, cultiva árboles de eucalipto en los estados brasileños de Mato Grosso do Sul, Minas Gerais, Bahía y Tocantins.
Carlos Ambrosio, CEO de Claritas, junto con Helton Lopes, ingeniero forestal, diseñan un mapa de las zonas del país donde creen que es viable plantar nuevos árboles. El clima y la tierra de Brasil ofrecen ventajas significativas con respecto a otras regiones. Las abundantes lluvias permiten a los árboles crecer hasta la altura que les permite ser cosechados en 5 o 7 años. Mientras que alcanzar ese mismo tamaño en Estados Unidos lleva de 7 a 10 años y en Europa, más de 15 años. Además, se han comenzado a implantar en el país técnicas de bioingeniería sofisticadas.
Otra de las virtudes de la plantación de árboles de eucalipto frente a otras cosechas como la soja o la caña de azúcar, es la capacidad de poder esperar a que el precio del producto se recupere en el mercado. Si el precio de la celulosa es muy bajo, se dejan crecer los árboles hasta que el precio se vuelva a recuperar, no hay necesidad de recolectar como en el caso de los otros cultivos. La pulpa de celulosa recogida se vende a las grandes compañías exportadoras, que se han visto beneficiadas por la fuerte depreciación del real brasileño en los últimos dos años.
Claritas Investimentos no es la única gestora que ha entrado en este negocio. BTG Pactual SA también dispone de un fondo que invierte en activos forestales en el país y en otras partes de Latinoamérica con 860 millones de dólares en activos bajo gestión. Por su parte, Lacan Investimentos cuenta con otro fondo con 200 millones de reales invirtiendo en activos similares desde 2012.