El interés de los inversores en los llamados activos reales está creciendo y cada vez son más los que consideran este tipo de soluciones en sus carteras de largo plazo. Entre las razones, son una fuente de diversificación y retornos que no puede pasar inadvertida. “Los activos reales están ganando el favor de los inversores gracias a su potencial de diversificación, derivado de una falta de correlación con otros activos y entre ellos, y también por sus propiedades de cobertura contra la inflación, lo que les convierte en una herramienta poderosa a la hora de construir las carteras”, comenta Frances Hudson, estratega global temática en Standard Life Investments.
Aunque no son una panacea para los inversiones –como cualquier inversión los retornos pueden ser variables y están sujetos a movimientos en las valoraciones-, aquellos con la experiencia y paciencia para invertir directamente pueden lograr buenos resultados.
En un reciente informe, titulado ‘Real Assets, Real Potential’ (Activos reales, potencial real), la experta explica que están sucediéndose una serie de cambios en estos activos que están ampliando las posibilidades para los inversores globales, incluyendo el hecho de los bancos estén recortando drásticamente su exposición a activos inmobiliarios, de infraestructuras y de materias primas.
“Los bancos comerciales y de inversión están reduciendo exposición por motivos regulatorios. Esas salidas representan una oportunidad para otros inversores activos que pueden entrar en esos mercados, donde las ineficiencias pueden llevar a obtener retornos más persistentes”. Así, la creciente oferta de algunos activos reales en los mercados secundarios por esa desinversión de los bancos, y la consiguiente caída de precios, ha animado a inversores de largo plazo. “Con todo, aún queda un largo camino por recorrer antes de que existan mercados secundarios líquidos”, dice el informe.
Otro cambio que está llevando a oportunidades en el activo ha sido el viraje de los políticos con su actitud hacia la securitización. “Tras haber condenado el papel de la securitización en la crisis financiera, se ha dado un marcado cambio de actitud con el objetivo de financiar la economía real, incluyendo las pequeñas y medianas empresas y las infraestructuras”. En este sentido, la división tradicional entre activos reales en forma de deuda (bonos ligados a la inflaciónn, TIPS y notas flotantes) y aquellos con características similares a las de la renta variable (futuros de materias primas, infraestructuras, madera, tierras y real estate) se está difuminando en la medida que llegan a los mercados nuevos instrumentos y se abren “nuevas vías” para la inversión. Algunos ejemplos incluyen los activos de deuda relacionados con el real estate, los ETF sobre infraestructuras y la securitización relacionada con las infraestructuras.
¿Riesgo de burbuja?
Pero también hay advertencias: aunque son unos activos poderosos en las carteras, no representan una solución universal para todo el mundo y desde la gestora recomiendan una aproximación cautelosa y selectiva, que cuente además con un análisis regulatorio.
Y, mirando al futuro, la experta muestra una preocupación adicional: el desarrollo de vías más líquidas para la inversión en activos reales llega de la mano con el potencial de que en los mercados se empiecen a negociar en exceso, creando burbujas y reduciendo los retornos. “El riesgo es que la prevalencia de de políticas monetarias de bajos tipos de inverés lleve a cada vez más inversores a engancharse en una búsqueda de rentabilidad que haga disminuir los retornos disponibles”, explica.
Eso sí, considera que en mercados privados como el real estate directo o las infraestructuras donde los compromisos a largo plazo son la norma y el acceso está menos abierto, los retornos pueden ser más sostenibles, añade.
En Standard Life Investments son muy positivos con el real estate de Reino Unido (debido a que esperan una mejora del entorno de crecimiento en el país que impulse los precios a corto plazo, mientras las rentabilidades siguen siendo atractivas en comparación con otros países y ofrecen buenos números en periodos de tres años) y neutrales en real estate europeo –donde se estrecha el gap entre el activo en la periferia y los países core-, norteamericano –con las mejores oportunidades en las pequeñas ciudades estadounidenses- y de Asia Pacífico –sobre todo en Japón, donde las políticas de reflación ayudarán-.
En materias primas son neutrales, pues contarán con diferentes catalizadores como el impulso del dólar, la demanda china, las tensiones en Oriente Medio y las condiciones climáticas.