Crecimiento, sostenibilidad y flexibilidad son las tendencias que dominarán el sector de los activos alternativos durante los próximos cuatro años, según el último informe de perspectivas anuales elaborado y publicado por Preqin. En concreto, la firma estima que las gestoras de fondos de activos alternativos, que actualmente cuentan con más de 13 billones de dólares en activos bajo gestión, alcanzarán los 23,231 billones de dólares en 2026.
Según Preqin, 2021 ha sido un año crucial en la historia de los activos alternativos. “Mientras los gobiernos y las economías seguían sintiendo los efectos de la pandemia del COVID-19, las inversiones de capital privado y en hedge funds se dispararon. La captación de fondos, las inversiones y el rendimiento fueron muy positivos, y el capital privado, el capital riesgo, la deuda privada, las infraestructuras y los recursos naturales obtuvieron resultados especialmente buenos. Tras superar 2020, los activos alternativos han demostrado su capacidad para adaptarse y prosperar en el cambiante entorno de 2021”, apunta el informe Preqin.
En este contexto, una tendencia significativa es que, debido a la previsión de una menor rentabilidad de los activos tradicionales, en particular de la renta fija, los inversores institucionales, incluidos los fondos de pensiones, las dotaciones y las oficinas familiares, se han mostrado cada vez más dispuestos a invertir en activos alternativos.
Entre las tendencias que identifica el informe de Preqin destaca que el capital privado y el capital riesgo son, con diferencia, la clase de activos con mayor crecimiento, ya que se estima que alcance un volumen de 11 billones de dólares en diciembre de 2026, lo que representa el 49% del volumen de activos alternativos. Se espera que la deuda privada sea la clase de activos alternativos de más rápido crecimiento en los próximos cinco años con una tasa de crecimiento anual compuesta (CAGR) del 17,4%, lo que elevará los activos bajo gestión a una cifra estimada de 2,69 billones de dólares a finales de 2026.
El motivo, según concluye el documento, es sencillo: los inversores institucionales siguen buscando flujos de ingresos fiables. En segundo lugar, los factores ambientales, sociales y de gobernanza (ESG) han adquirido una importancia creciente entre los activos alternativos, en particular en el caso de las infraestructuras y los recursos naturales.
“Los acontecimientos en torno al COVID-19, la inflación y la inversión ESG seguirán ocupando un lugar destacado en la agenda informativa de 2022, y tendrán un gran impacto en las inversiones alternativas. Las economías de todo el mundo seguirán reajustándose a la nueva normalidad. Los activos alternativos son conocidos por adaptarse bien a las condiciones cambiantes del mercado y, en última instancia, seguirán prosperando”, explica David Lowery, vicepresidente senior y jefe de Research Insights de Preqin.
Conclusiones de la encuesta
A la hora de hablar de perspectivas, la encuesta de Preqin (realizada a 300 inversores en noviembre de 2021) revela que el 83% de los inversores institucionales tiene previsto invertir la misma cantidad o más en activos alternativos. Básicamente, valoran la diversificación, los altos rendimientos absolutos y los fuertes rendimientos ajustados al riesgo que obtienen de sus asignaciones.
Entre los productos alternativos, el 86% afirmó que el rendimiento había cumplido o superado las expectativas en 2021. Aunque las valoraciones y el aumento de los tipos de interés encabezan la lista de preocupaciones de los inversores, un 51% espera invertir la misma cantidad en alternativas en los próximos 12 meses, y un 32% tiene previsto invertir más.
Por último, los datos de Preqin revelan que las tasas de crecimiento de los mercados alternativos en las tres mayores regiones son sorprendentemente similares. Se espera que Norteamérica sea la que más crezca con una CAGR previsto del 15,4% entre 2021 y 2026. Eso sí, seguida de cerca por Asia-Pacífico (15,0%) y Europa (14,0%).
“En América del Norte, se estima que el capital privado, la deuda privada y el sector inmobiliario contarán con más de 1 billón de dólares de activos en 2026 cada uno, y que la clase de activos más importante, el capital privado, represente el 67% de los activos de capital privado. En Asia-Pacífico, los fondos de capital riesgo serán aún más dominantes que ahora, ya que sus 1,87 billones de dólares de activos representarán el 83% del total del capital privado en 2026. Además, se espera que el sector inmobiliario, con 191.000 millones de dólares de activos, ocupe un lejano segundo lugar”, matiza el informe de Preqin en sus conclusiones.
Por último, y a pesar de algunos cambios normativos, Preqin espera que los inversores minoristas se conviertan en una fuerza creciente en las inversiones alternativas en los próximos años. La evolución en este ámbito tendrá un impacto desproporcionado en el perfil y la reputación del sector de las inversiones alternativas, lo que en última instancia podría ser un hecho positivo, al contribuir a aumentar la transparencia en estos mercados tradicionalmente opacos.