La inversión en base a criterios ambientales, sociales y de buen gobierno (ESG, por sus siglas en inglés) se está generalizando y seguirá ganando terreno en la industria de privaty equity. Así lo aseguran desde la consultora Bain & Company, en uno de sus últimos estudios.
En primer lugar, el estudio señala que la mayoría de las empresas cotizadas que siguen criterios ESG superan la media de la industria y están en el primer cuartil que a su sector. Además, los datos de Bain & Company apuntan a que los inversores en fondos de private equity están haciendo que la inversión ESG sea una prioridad.
Así, el 65% de los inversores cree que el ESG se convertirá en una práctica estándar en los próximos cinco años. Además, un 56% de los inversores considera que el ESG puede ser un generador de alfa y que las estrategias ESG podrían mitigar el riesgo. Debido a la creciente presión de los inversores (LPs por sus siglas en inglés), las empresas de capital privado pueden incorporar factores ESG a lo largo del ciclo de inversión en sus operaciones.
Por otro lado, el informe subraya que, cada vez más, los fondos vinculan la deuda con el desempeño en ESG. Por ejemplo, en junio, EQT anunció una línea de crédito vinculada a criterios ESG (ESG-linked subscription credit facility), que incentiva a las empresas de la cartera a cumplir unos objetivos ESG. Con un compromiso más tangible hacia objetivos ESG, los fondos pueden tener un impacto significativo al mismo tiempo que generan retornos financieros.
“Los problemas sociales y ambientales afectan cada vez más el comportamiento del consumidor y las empresas, y los fondos están prestando atención a esta tendencia. Aunque actualmente el nivel de compromiso varía, desde empresas que se centran únicamente en la mitigación del riesgo con inversiones ESG hasta inversores de impacto, estos indicadores muestran que la incorporación de factores de ESG a las estrategias de inversión pronto serán la norma”, explica Cira Cuberes, socia de Bain & Company en Madrid.