Invertir en renta fija ya no es lo que era. El activo se comportó con solidez hasta 2009, pero el contexto de los últimos años está demostrando que ya no puede confiarse en las estrategias long-only y buy&hold tradicionales, puesto que los activos ya no se revalorizan sin más y en algún momento se producirá una reversión a la media. El mercado, en el que además aparecen retos de liquidez inexistentes en el pasado, ofrece un perfil de riesgo-recompensa muy pobre, según explica Fadi Fattouh, cogestor del fondo Permal Alternative Income Strategy (conocido por las siglas PAIS), en la gestora EnTrustPermal, filial de Legg Mason (y fondo que en España distribuyen Legg Mason y Brightgate).
“Muchos inversores buscan rentabilidades adicionales, pero ha llegado un punto en el que lo hacen a costa de entrar en nombres con calidad crediticia muy baja”, explica, en un contexto en el que la proposición de valor de los activos más seguros es muy pobre. Por ello, el experto defiende una solución distinta a aumentar el riesgo en cartera para hacer crecer los retornos: adoptar un enfoque alternativo a la hora de invertir en renta fija, algo que aplica el fondo PermalAlternative Income Strategy.
“Tiene sentido adoptar una postura muy flexible –que no obligue a estar siempre totalmente invertido, y que incluso admita exposiciones netas cortas o no tener exposición al mercado en momentos determinados- para no solo evitar las caídas sino también aprovecharlas como oportunidades de inversión”, explica en una entrevista con Funds Society. Y cree que un enfoque de este tipo es el más adecuado, de ahora en adelante.
El fondo, un UCITS con liquidez diaria y multiestrategia, aplica un enfoque alternativo para invertir fundamentalmente en crédito (que ocupa en torno al 70% de la cartera y es fundamentalmente crédito corporativo de Europa o EE.UU., con estrategias long-short, o crédito estructurado de EE.UU.). “No somos bajistas con la renta fija, solo creemos que hay segmentos del mercado muy caros, en algunos casos correctamente valorados y castigados por motivos justificados. Por eso nos benefician estrategias como long-short”, explica.
La inversión en crédito se complementa con dos estrategias descorrelacionadas del mercado: trend following (o seguimiento de tendencias, a través fundamentalmente de futuros, que aportan mucha liquidez) y event driven, para capturar oportunidades en el espacio de M&A (fusiones y adquisiciones anunciadas), algo que juega a través de acciones europeas y estadounidenses. “Existen actualmente muchas oportunidades, en un momento en el que las empresas buscan un crecimiento no orgánico, en espacios como la tecnología o la salud”, dice. Este tema se juega fundamentalmente a través de spreads, por lo que la beta a renta variable es menor a la de una inversión pura.
Varias estrategias y varios gestores
A la hora de seleccionar las estrategias del fondo, Fattouh deja claro su carácter de inversores de largo plazo: “Nos lleva mucho tiempo seleccionar las estrategias y a los gestores, e invertimos durante largos periodos. Hacer timing de mercado es muy difícil y nos mantenemos humildes, invirtiendo solo cuando vemos fuertes fundamentales”. Para seleccionar las estrategias, con el objetivo de descorrelacionarse de los mercados, utilizan una visión top-down, que les permite identificar aquellas donde hay oportunidades, y ser flexibles para retirarse cuando han desaparecido. Ahora, y de cara al futuro, destaca la de crédito estructurado (en un entorno de desintermediación bancaria hay mucho alfa que captar, dice, y un fuerte carry), y también ve oportunidades en deuda de mercados emergentes, en mercados como Brasil, Argentina, Suráfrica o Turquía. “Probablemente añadiremos un sexto gestor al fondo con esta temática en el futuro”, dice.
Actualmente, el fondo multiestrategia cuenta con el sub-asesoramiento de cinco gestores (pueden llegar hasta ocho) de alta convicción, pues, una vez seleccionan las estrategias más atractivas, el segundo paso es elegir a los gestores que las aplican. Cada gestor se encarga de una porción de la cartera, sin ser una estructura de fondo de fondos (sino de mandatos con transparencia total a las posiciones subyacentes). “Tratamos de encontrar siempre al mejor gestor en su campo, especialistas y nunca generalistas, siendo muy selectivos y eligiendo a aquellos con ADN alternativo, es decir, con experiencia más allá de las carteras long-only”, dice el experto. Los gestores son elegidos de forma cuidadosa para cada estrategia, con el fin de proporcionar una apreciación del capital a largo plazo con un enfoque de generación de rentas, a la vez que reducir el riesgo y la volatilidad.
Y siempre, teniendo en cuenta que los gestores cumplan con las normas UCITS en su porción asesorada si bien Fattouh explica que, si en un momento determinado ven oportunidades en una estrategia y creen que merece que ese gestor se salte las normas de diversificación (en su subcartera), lo permiten, porque esa porción de la cartera con respecto al total del fondo no pone en riesgo la diversificación. En definitiva, lo importante es que la cartera en su conjunto cumpla la normativa europea y permita ofrecer liquidez diaria.
Los principales riesgos
De hecho, para el experto, la liquidez es una de las principales preocupaciones en un mundo en el que gran parte de los flujos han ido a parar a productos no basados en fundamentales, como ETFs o fondos indexados; si esos flujos se retiran, dice, podría haber problemas. Por eso en la cartera la liquidez es una preocupación clave a la hora de gestionar el riesgo: “El control de la liquidez empieza con la selección de los gestores. No es una ciencia: pensamos que no basta con una perspectiva mecánica que se base en volúmenes, etc, sino que miramos que la exposición de cada gestor tenga en cuenta la liquidez de cada nombre, que analice los compradores y vendedores que hay detrás de cada uno”, explica el experto. Y, además de esa actitud a la hora de seleccionar el crédito, las otras dos estrategias añadidas (trend following y event driven) también aportan liquidez, a través de la inversión en futuros y la posición en empresas de altísima capitalización, que suelen ser los protagonistas de movimientos de M&A.
El otro gran riesgo es el de subidas de tipos: por ahí va la tendencia, aunque el cambio no será brutal, sino gradual. Por eso, el experto lo ve como “buenas noticias, pues tras ocho años de crisis será bueno comprobar que no se necesitan más el apoyo de los bancos centrales”. Además, considera que el entorno seguirá con tipos bajos, y que pasará bastante tiempo antes de que esta situación pueda causar dolor en los mercados. Con respecto a los riesgos políticos, como las elecciones en Europa o Trump, asegura que se mantienen humildes y flexibles para adaptar la cartera si cambia el entorno.
Posicionamiento actual
Actualmente, el fondo tiene posiciones con sesgo largo en crédito, fundamentalmente en crédito estructurado de EE.UU. (aquí es neutral en crédito corporativo, debido al efecto que pueden suponer las políticas de Trump en las firmas más apalancadas y ve oportunidades más bien en el lado corto), y también crédito europeo en el espacio de high yield, grado de inversión y financiero (donde las dinámicas difieren mucho de las americanas). Y ve oportunidades de cara al futuro en el universo de crédito emergente, en el que invertirá próximamente.
El objetivo del fondo es proporcionar una apreciación del capital a largo plazo con un enfoque de generación de rentas, a la vez que reducir la volatilidad: el objetivo de retornos anualizados es del 4%-6%, con una volatilidad inferior al 4%-6%.