De cara a 2022 se presenta un panorama de recuperación económica en el que los bancos centrales irán retirando progresivamente sus estímulos, sobre todo en EE.UU. “La Fed dejará de comprar bonos en el mercado estadounidense y, en Europa, el BCE reducirá las compras, retirando el plan de emergencia ante la pandemia. Aquí los tipos se mantendrán pero subirán en EE.UU., con entre una y tres subidas previstas para 2022”. Para Miguel Artola, director general de Bankinter Gesitón de Activos, estos movimientos tendrán impacto en los mercados, sobre todo en los de renta fija, pero también los activos de riesgo tendrán que demostrar si seguirán siendo atractivos cuando los tipos empiecen a subir. “La bonanza en los mercados de riesgo ha sido en parte resultado de la actividad económica pero también del empuje de los bancos centrales, al hundir las rentabilidades de los bonos a términos negativos reales. La cuestión es si los activos de riesgo seguirán siendo atractivos cuando los tipos empiecen a subir, pues todo dependerá de la actividad empresarial”.
En este contexto constructivo -con inflación temporal, estímulos fiscales tendiendo a desparecer y nuevo entorno de política monetaria-, pero en el que habrá que cuidar las duraciones en las carteras de renta fija, y vigilar más de cerca el atractivo de la renta variable (activo por el que siguen apostando las gestoras), cobra sentido la inversión alternativa, que no solo se presenta como un tipo de activo capaz de descorrelacionar las carteras y aportar nuevas fuentes de rentabilidad y de rentas, sino que además será un activo al alcance del inversor minorista. Una democratización que está llegando con fuerza, según defendieron los expertos de varias gestoras en el marco del XII Encuentro del sector financiero organizado por KPMG en Madrid.
En Europa, la gestión alternativa solo supone un 12% de los activos totales gestionados en la industria, y en España aún menos. Pero esa cifra está abocada a subir, explican los expertos. Y en parte porque no solo el inversor institucional, ya presente, seguirá impulsando ese negocio, sino también el minorista. “El entorno fuerza a buscar inversiones alternativas: los institucionales siguen mucho en este terreno y seguirá creciendo su presencia, pero también a nivel retail y de banca privada vemos mucho más interés”, dice Artola. BBVA AM también ve claro el proceso de democratización de la inversión en gestión alternativa, hasta ahora concentrado en grandes clientes y en la que cada vez entran más carteras de menor importe y banca privada. Para BlackRock, “lo que era antes un vehículo presente de manera significativa en carteras institucionales lo será cada vez más también en las minoristas”.
Un entorno favorable
“Todo este entorno favorece la inversión alternativa, porque es una forma de añadir más rentabilidad a la cartera, diversificar y descorrelacionarse”, comentaba Javier Dorado, CEO de JP Morgan AM, España y Portugal. “En el entorno en que estamos cualquier tipo de inversión alternativa diversifica y reduce volatilidad, pero el tipo de inversión dependerá del nivel de apetencia por la iliquidez por parte del inversor”, advirtió. En JP Morgan AM son muy activos en activos reales, como infraestructura, transporte o real estate global: “Son activos generadores de rentas y cada vez más inversores particulares están empezando a tener acceso a estas inversiones. Esa generación y reparto de rentas en este tipo de inversiones -aunque se haga a costa de tener más apreciación de capital- es algo importante porque son activos muy core, estrategias muy conservadoras y tienen mucho sentido en las carteras”, explica.
Con todo, si damos un paso más adelante con la iliquidez, ahí entraríamos en el mundo del private equity, donde Dorado explica que lo relacionado con la transición energética y la digitalización son temáticas que en los próximos años pueden tener mucho sentido. “Ahí hablamos de horizontes de inversión mucho más largos donde, a cambio de mayor rentabilidad futura, tiene sentido perder liquidez”, añade.
“La iliquidez tiene sus inconvenientes pero también sus ventajas: el cliente que invierte en un ilíquido no mira el valor liquidativo todos los días. Sería saludable que los clientes vean las inversiones con un mayor horizonte temporal. La iliquidez es interesante para una parte de la cartera”, coincide Artola. En su opinión, las políticas fiscales marcan el terreno sobre en qué temas buscar esa iliquidez: “En Europa las políticas van por el lado de la digitalización y el medio ambiente, y en EE.UU. por las infraestructuras y eso nos da pistas de por dónde ir o desarrollar productos de inversión alternativa para nuestros clientes”.
Private equity, venture capital o deuda privada son buenas ideas para Luis Megías, consejero delegado de BBVA AM. “La gestión alternativa se está expandiendo. En la parte del private equity ponemos un ejemplo: cada vez hay fondos más grandes en volumen, y también se desarrollan los llamados search funds que buscan inversión en pymes a partir de un millón de euros. Como las valoraciones son exigentes, de aquí en adelante es clave dar con un buen gestor de private equity capaz de comprar una firma y hacerla mejor”, explica. Y también ve oportunidades en venture capital: “Cada vez hay más fondos y también nuevas oportunidades no solo en sectores como la tecnología sino también en otros ámbitos donde la palabra es la disrupción, con nuevas firmas jóvenes que tendrán un buen trozo de la tarta de su sector”.
En la parte de deuda, destaca el private debt o deuda privada, con un binomio de rentabilidad-riesgo mucho más atractivo que la alternativa de comprar directamentte renta fija pública -con riesgo de tipos al alza- o privada -con poco valor en los niveles actuales del crédito-. “La opción de deuda no cotizada en términos de rentabilidad-riesgo es muy buena para los próximos meses y años”, dice.
En BlackRock también tienen claro su crecimiento: Aitor Jáuregui, CEO de BlackRock España, explica que abogan por la diversificación entre gestión activa, indexada y con un rol creciente de los mercados privados. “Los ETFs pueden formar una parte central de la cartera de tal forma que los inversores puedan destinar su presupuesto de riesgo a estrategias de más valor añadido, entre las que están los mercados privados”, explica. En su opinión, ayudan a potenciar y diversificar los retornos, en un contexto de tipos bajos. “La CNMV hablaba de que esos mercados cada vez tienen un mayor papel en la financiación de proyectos: en EE.UU., el 20% de la financiación viene de los bancos y el 80% de los mercados y en Europa es al revés, pero la industria tenderá a converger”. Además, por ejemplo, en infraestructuras, históricamente las inversiones venían determinadas por los gobiernos, pero en un contexto de más deuda es el sector privado el que cobra protagonismo. Y en sostenibilidad o tecnología, vectores transversales en la industria, los mercados privados jugarán un papel fundamental para financiar proyectos.
Jáuregui adelantó sus planes futuros: “En BlackRock lanzaremos en 2022 dos estrategias ligadas con estas ideas: un fondo de la mano del fondo soberano de Singapur, para invertir en la descarbonización de la economía y la transición energética, que ayudará a financiar tecnologías que ayuden a esa transición; y estrategias de private equity de impacto, que financiarán temas como bienestar, salud o inclusión financiera”.
ESG y gestión alternativa
Y es que la ESG se implanta también en inversión alternativa… y la inversión alternativa «bebe» de ella. Para Miguel Ángel Sánchez Lozano, CEO de Santander AM, tiene todo el sentido, la inversión alternativa genera valor en este entorno. “Hay que ver el lado transversal y ver todo el mundo ESG y cómo aporta al lado alternativo, el proceso de transición energética, descarbonización… tenderá a más y generará oportunidades. También todo lo que es impacto social. La pandemia también ha afectado a muchos países y ahí se pueden generar nuevas ideas. Invertir en compañías, procesos o ideas con gobierno corporativo fuerte siempre aportará. Ahora el valora añadido será meter ESG de forma transversal”.
Con todo, hay retos, como el análisis y los datos, según Santander AM. “Se necesita un marco homogéneo, ir trabajando todos en un rating interno de todos productos es un paso para cuando llegue la regulación. SFDR es un primer paso pero hay que seguir trabajando”, decía el CEO. También explicó que en inversión alternativa trabajan en un proyecto de energía eólica que sería artículo 9 y en un modelo interno para dotar de rating a todos los productos alternativos de la gestora.
“En 2020 la industria de gestión de activos captó mucho en estrategias sostenibles dedicadas, que crecieron un 30% respecto a los activos sostenibles que había en 2019, y cuando la industria en general creció un 5%. Este año sucede igual: más de un 40% de todos los flujos en 2021 en nuestra gestora van a estrategias sostenibles, tanto activas como indexadas. El gran reto al que nos enfrentemos es la escasez de datos y la heterogeneidad que hay a día de hoy. SFDR como categorización de producto es un avance pero debemos seguir en misma dirección. Nos centramos mucho en el clima pero si abarcamos lo que denominamos como sostenibilidad en sentido amplio, queda avanzar en las componentes social y de gobernanza”, explica Jáuregui.
“Más allá de la normativa, la mayor parte de organizaciones financieras y de gestión de activos ha interiorizado la ESG como un compromiso corporativo a desarrollar”, dice Megías. Pero destaca tres retos: que no es solo lanzar un producto, sino que es una transformación interna de la compañía, de los procesos de principio al final –proceso inversor, reporting, producto…, que requiere mucho esfuerzo en recursos tanto en personas como en inversión y que lleva tiempo, aunque la decisión está tomada-; el reto de la regulación (“estamos abocados a cumplir las normas y nos movemos en la incertidumbre en ocasiones, y nos vemos obligados a tomar decisiones sin saber seguro cómo será la norma”); y el reto de la generación, captura y difusión de información. “Tenemos la sensación de que en esto, que es una maratón de largo plazo, estamos todos esprintando”, resumió.
“Nos falta la S y la G de la ESG”, coincidía también Artola. Pero señaló un reto especial: la aplicación de ESG en alternativos. “Cuando esto se quiera aplicar a las inversiones alternativas, el análisis ahí será especialmente difícil porque no podremos basarnos en proveedores externos, sino que tendremos que hacerlo dentro, más internamente”.
“En JP Morgan se respira sostenibilidad y está en todo lo que hacemos, toda la industria estará ya en unos años en la misma dirección”, dijo Dorado. Y dio dos ejemplos: sus fondos de transporte, la mayoría del artículo 8, ya desde hace mucho invierten en barcos con combustibles que generan menos azufre que los tradicionales: “Todo esto al final hay que llevarlo a la práctica y más en un fondo de inversión alternativa con inversiones más tangibles”. Otro ejemplo en gobernanza: en los fondos de infraestructuras, al hacer una inversión también tienen en cuenta o ponen énfasis en que los consejos que las gestionan sean independientes, aporten valor y traten de buscar inversiones buenas para la comunidad. En real estate, lo mismo: las inversiones están dirigidas a activos en los que quieren estar, no en los que tengan que estar por obligación, con edificios con zonas verdes, controlando la climatización… «La ESG está interiorizada y lo trasladamos a las inversiones”.
Digitalización en inversión alternativa
También la tecnología cuenta. En BlackRock cuentan con la tecnología Aladdin. En 2019 también incorporaron Efront para analizar riesgos en carteras de mercados privados ilíquidos y en temas de sostenibilidad han ido lanzando capacidades propietarias como Aladdin Climate, así como han buscado alianzas para mejorar la gestión de riesgos con firmas como Clarity o Refinitiv. “Para nosotros la tecnología está presente en todo lo que hacemos y para buscar sostenibiliad en mercados privados invertimos mucho en ella”, dijo Jáuregui.
“La tecnología es una realidad, no es nuevo: es interesante aplicada no solo a ayudarte a tomar decisiones de inversión, sino también en la parte del back. Y ahí vemos a futuro una revolución con el mundo blockchain”, aseguró Megías.