Los inversores privados institucionales están liderando un cambio hacia la obtención de capital más allá de los mercados cotizados. Una tendencia que puede conllevar profundas implicaciones para los inversores minoristas, según un nuevo estudio de CFA Institute, la principal asociación global de profesionales de la inversión. El estudio señala que no existe necesidad de ofrecer “atajos regulatorios” que hagan que los mercados cotizados sean más atractivos para las nuevas empresas en busca de financiación.
El estudio ‘Evolución del acceso al capital y su impacto en los inversores y los mercados cotizados y privados’, sugiere que la creciente capacidad de los empresarios para acceder a fuentes de capital privado ha posibilitado un significativo cambio en la obtención de capital lejos de los mercados cotizados, con menos cargas regulatorias y facilitando un mayor control sobre el negocio. La combinación de capital privado fácilmente disponible que busca obtener altos rendimientos en un entorno de tipos bajos, y los nuevos modelos de negocio con un menor uso intensivo de capital, sirve para brindar a las nuevas empresas más opciones de financiación que nunca.
El estudio de CFA Institute destaca que las empresas amplian el tiempo que permanecen fuera de los mercados cotizados y levantan más capital privado que en el pasado. Para ilustrar estas tendencias se estima que el tiempo medio de las salidas a bolsa (OPV) de las empresas estadounidenses ha aumentado de 3.1 años en 1996 a 7.7 años en 2016. Aún estando sin cotizar, pueden recaudar más capital: como media, en los Estados Unidos se recaudaron 12.2 millones de dólares antes de una OPV en 1996, en comparación con una media de 97.9 millones de dólares recaudados en 2016. Consecuencia de lo anterior es el fenómeno de la “recompra de acciones”; entre 1997 y 2015 se gastaron 3.6 billones de dólares más en recompra que el monto recaudado por salidas a bolsa. Si bien estas tendencias son más pronunciadas en los Estados Unidos, el Reino Unido y la zona Euro muestran tendencias similares.
Con las empresas retrasando sus salidas a bolsa, los pequeños inversores disponen de menos oportunidades de acceder a este tipo de operaciones, dejando así de obtener los posibles rendimientos que proporcionan los nuevos negocios que están surgiendo, y que se mantienen en manos privadas. Por otra parte, los negocios que finalmente salen a cotizar ven ya deducido mucho de su valor en la mayoria de los casos.
Como conclusión, se ha realizado las siguientes recomendaciones para garantizar una mayor transparencia del mercado y, de esta manera, equilibrar las oportunidades para los inversores individuales, dentro de lo posible.
En primer lugar, es menester mejorar los estándares de divulgación y transparencia en los mercados privados: los reguladores supranacionales deberían investigar las implicaciones sistémicas del actual ‘boom’ en los mercados privados. La cantidad de capital disponible en los fondos de capital privado ha aumentado en los últimos años, y aumenta la percepción de que las altas valoraciones sin descuento se producen por la falta de liquidez de las inversiones subyacentes.
También es necesario mantener de forma estricta las protecciones de los inversores: los reguladores no deben tratar de reducir los estándares regulatorios y de información financiera para los mercados cotizados a fin de atraer más OPV. Lo contrario no abordaría la preferencia de los empresarios por los mercados privados, y probablemente aumentarian el riesgo en los mercados cotizados y le restarian atractivo para los inversores.
Finalmente, el acceso a las inversiones en el mercado privado de los participes en planes de pensiones debe permitirse a través de intermediarios profesionales: los partícipes en planes de pensiones deben contar con medios para participar en mercados privados a través de un intermediario profesional, como un fondo de pensiones.
“Se les dice a las personas que ahorren para su jubilación invirtiendo en los mercados cotizados, en un momento en que las empresas prefieren cada vez más evitar o diferir sus salidas a bolsa. Este hecho puede privar a los ahorradores de la capacidad de participar en modelos de negocios de alto crecimiento, y promover aún más la sensación de que los mercados están siendo operados en beneficio de los «insiders». Creemos que la solución pasa por permitir que los ahorradores inviertan en mercados privados a través de sus fondos de pensiones o un intermediario professional. Todo ello sujeto al reconocimiento apropiado y explícito de la naturaleza relativamente ilíquida de las inversiones subyacentes, y la obligación de tener un horizonte de inversión a más largo plazo para este subsegmento de sus ahorros, que debe ser independiente de cualquier restricción diaria de liquidez”, ha declarado Sviatoslav Rosov, director de política de mercados de capitales de CFA Institute.