Según un nuevo informe publicado por JLL, compañía de servicios financieros y profesionales especializada en el sector inmobiliario, el envejecimiento de la población mundial impulsará el volumen de inversión inmobiliaria mundial por encima del billón de dólares de aquí a 2020, frente a los 700.000 millones de dólares registrados en 2015.
También se prevé que los inversores institucionales incrementen su cuota de mercado, que actualmente se encuentra en el 20%, debido a la necesidad de responder a los requisitos de inversión de una población mundial más envejecida.
Los principales actores de esta tendencia serán los inversores internacionales y se prevé que la actividad transfronteriza supere el 50% del conjunto de la actividad de inversión de cara a 2020, por encima de los 500.000 millones de dólares anuales. El principal incremento estará protagonizado por los flujos de capital entre regiones.
David Green-Morgan, director de análisis de mercados de capitales mundiales de JLL, afirmó: “De cara a 2050, el número de personas con más de 55 años superará a la población mundial total de 1950. Este acontecimiento demográfico tendrá un profundo efecto en las estrategias de inversión inmobiliaria y todo parece indicar que los volúmenes provenientes del capital riesgo destinada a inversiones inmobiliarias directas aumentará en más de un 500%. Gran parte de estos flujos estarán impulsados por el aumento de las asignaciones de inversores institucionales en busca de oportunidades de mayor rendimiento”.
Los mercados de inversión inmobiliaria han acogido diversas tendencias innovadoras en la última década al tratarse de un sector que se ha tornado verdaderamente internacional, que se han visto favorecidas por el flujo estable de rentas que genera esta clase de activos y al atractivo de unas carteras diversificadas, un riesgo inferior y una protección frente a la inflación.
La definición de inversión inmobiliaria tradicional se ha ampliado de manera notable y, a día de hoy, incluye activos vinculados a la salud, la atención a la tercera edad, las residencias de estudiantes, las promociones residenciales, la deuda inmobiliaria pública y privada y la constitución de un segmento multifamiliar más allá de Estados Unidos. “Prevemos que, en ausencia de oferta nueva y abundante, el capital tomará nuevas vías para lograr la exposición inmobiliaria directa que se persigue, a través de joint ventures, asociaciones, fusiones y adquisiciones u otros sectores alternativos como el de la salud, las residencias para la tercera edad y, cada vez más, el residencial”, añadió Green-Morgan.
El sector inmobiliario alternativo se perfila como una importante fuente de actividad y una oportunidad en un panorama inversor asediado por las bajas rentabilidades y la volatilidad de los rendimientos. Las asignaciones se han disparado y, en 2015, se registraron operaciones por un valor récord de 15.000 millones de libras sólo en el Reino Unido, lo que supone en torno a un 25% de todas las inversiones en inmuebles terciarios, frente a la cifra de hace cinco años, que no llegaba al 10%.