La guerra comercial entre las dos principales potencias mundiales mantiene en vilo a los mercados en un contexto en el que se han encendido las primeras alarmas que nos indican que podríamos estar yendo hacia una recesión global. ¿A qué debemos prepararnos y qué les espera a los inversores?
El espectro de una posible recesión no solo abarca la guerra comercial entre Estados Unidos y China, sino que también contempla otros aspectos como el impacto del brexit, las dudas sobre la transición política en el Gobierno español, la situación en Italia, entre otros.
Sin embargo, entre los puntos que más preocupan también está el rendimiento de la economía de Alemania, la principal del continente europeo, cuyo producto interior bruto (PIB) cayó en el segundo trimestre un 0,1 % en tanto que la producción industrial y las exportaciones no han tenido un buen desempeño.
Y aunque varios analistas se han aventurado sin éxito a predecir una recesión en el pasado, en la actualidad hay algunas señales de alarma que deberían seguir los inversores, gestores de fondos y otros actores de la industria para prepararse ante ese eventual momento.
Una pelea sin tregua
Una de las señales más claras frente a una posible recesión es la escalada de la tensión entre EE.UU. y China, que el pasado viernes 23 de agosto impuso al país norteamericano aranceles sobre 75.000 millones de dólares en productos como represalia a medidas similares aplicadas por el presidente Donald Trump.
Este conflicto ha escalado al punto de incidir en la devaluación de las divisas en países emergentes, golpear la productividad y mermar el crecimiento mundial, que según informó el Banco Mundial (BM) “se debilitará y llegará al 2,6 % en 2019”.
“El crecimiento de las economías emergentes y en desarrollo se ve limitado por el poco dinamismo de la inversión, y los riesgos se orientan a la desaceleración económica”, advierte el informe del BM titulado “Global Economic Prospects: Heightened Tensions, Subdued Investment” de junio de 2019.
Gigantes adormecidos
Después de haber impulsado el crecimiento de la economía global en los últimos años, los motores tanto de Latinoamérica como de Asia empiezan a enfriarse por cuenta de la coyuntura actual y dan señales un tanto preocupantes.
En la región de Asia oriental y el Pacífico, por ejemplo, el crecimiento será del 5,9 % en 2019 y 2020, siendo esta “la primera vez desde la crisis financiera asiática de 1997-98 que el crecimiento caerá por debajo del 6%”, según el Banco Mundial.
Y Latinoamérica, con Brasil y Argentina golpeadas por su mal desempeño, apenas crecerá “1,7 % en 2019, como reflejo de las difíciles condiciones en varias de las principales economías”, añade.
La curva invertida
Desde la crisis financiera de 2008, el mundo no había sentido tanto temor ante una recesión como está ocurriendo ahora ante lo que varios analistas han denominado una nueva guerra fría, siendo sus principales detonantes los aranceles y la carrera por la quinta generación de las telecomunicaciones (5G).
Particularmente los inversores se mantienen a la expectativa después de analizar el comportamiento de la curva de “yield” o curva de rendimiento invertida, que según lo ha reportado el medio británico BBC “ha anticipado las últimas siete recesiones en Estados Unidos”. Esta curva representa la rentabilidad de los bonos del Tesoro estadounidense y se ha convertido en sinónimo de preocupación en tanto que se invirtió, provocando que las tasas a dos años sean más rentables que a diez, lo que se traduce en desconfianza de los inversores por la economía a corto plazo.
“Las instituciones financieras, especialmente, son increíblemente sensibles a las señales de tasas de interés. Esta curva de rendimiento invertida, aunque no está garantizada, indica que pronto podríamos entrar en una recesión”, alertaba al respecto la columnista Mayra Rodríguez Valladares en el portal del medio estadounidense Forbes. (Gráfica extraída del diario El País, en su artículo Vuelve el fantasma de la recesión).
Turbulencia en Wall Street
Agosto ha sido un mes particularmente turbulento para la bolsa de Nueva York, que se agita con cada declaración de Trump en Twitter o las supuestas jugadas de China para devaluar su moneda, el yuan, a niveles de 2008 para compensar el efecto de los aranceles.
El pasado 5 de agosto los tres principales indicadores del parqué, el Dow Jones de Industriales (-2,90 %), el S&P 500 (–2,98 %) y el Nasdaq (–3,47 %), se apuntaron las más grandes pérdidas porcentuales en lo que iba de año hasta esa fecha.
No obstante, los números rojos se han repetido jornada a jornada en el mercado estadounidense, que en los últimos días ha estado atento a la disputa entre el presidente de la Reserva Federal (Fed), Jerome Powell, y Donald Trump ante las dudas del Banco Central sobre bajar las tasas de interés, algo que el mandatario estadounidense ha venido demandando.
- ¿Éxodo empresarial o aguantarán las consecuencias?
Otro de los reclamos de Estados Unidos podría tener un impacto significativo en la estabilidad de la economía: que las empresas estadounidenses produzcan en su país, algo a lo que no necesariamente están dispuestos algunos de los principales jugadores del sector tecnológico o automotriz como General Motors (GM), que tiene en China su principal mercado y centro de producción.
De otra parte, la imposición de aranceles del 25 % a los vehículos estadounidenses por parte de China podría golpear a otras firmas que focalizan su producción en el país norteamericano como Tesla. Pero más allá de ello, este ejemplo abre una interrogante sobre el posible impacto que esta batalla de tasas recíprocas tendrá en el desempeño de los principales sectores de la economía, liderados por algunos de los mayores referentes de Wall Street que se empiezan a resentir por esta batalla.
¿Para qué debemos prepararnos y qué estrategias se contemplan en el mercado?
- Frente al riesgo a una recesión, los gestores de fondos de inversión ajustan sus estrategias en un panorama de «contención de precios» en el que apuestan por «una cartera de renta variable centrada en los nuevos negocios tecnológicos y la transición energética», resumió el diario español La Información tras realizar el foro «Perspectivas de mercado 2019” junto a varios ejecutivos de firmas como Ibercaja, BlackRock, entre otras.
- En el negocio de los «hedge funds», por su parte, se preparan ante una posible recesión y ahora centran su atención «en compañías financiadas en los mercados de deuda apalancados de Europa», según lo reseñó la agencia británica Reuters. Los «hedge funds” están «comprando pequeñas porciones de la deuda para obtener acceso a información sobre las empresas privadas (…) también se están posicionando para beneficiarse de la primera recesión de los prestamistas directos (que surgió como respuesta a la crisis financiera), que han otorgado préstamos a empresas de alto riesgo y altamente apalancados», añadió.
- En este mismo sentido, Rodríguez Valladares aboga en su columna para que los administradores de riesgos hagan «más para medir sus riesgos crediticios, de mercado, operativos y de liquidez para recalibrar sus modelos de riesgo».
- Ante este panorama de incertidumbre, el mercado precisa de vehículos de inversión más efectivos para desarrollar estrategias personalizadas y alcanzar distribución global, capitalizando oportunidades en medio de las dudas que siembra la guerra comercial. La firma estadounidense FlexFunds se presenta como un aliado en esta situación. A través de su programa de securitización de activos, FlexFunds facilita a los gestores de fondos opciones para poder construir en tiempo récord, y distribuir globalmente, cualquier estrategia de inversión. “Crear portafolios de activos listados o estructurar un fondo alimentador para hedge funds, son algunas de las opciones que seleccionan nuestros clientes a la hora de ejecutar sus estrategias de inversión ante las expectativas presentes en el mercado actual”, declara Mario Rivero, CEO de FlexFunds.
*Para conocer más sobre cómo FlexFunds ayuda a los gestores de activos a lanzar sus productos en mercados de capital globales, contáctalos en info@flexfunds.com o visita su web.