De acuerdo al Índice Mei Moses, uno de los principales índices de referencia de la industria del arte, en los últimos 50 años el arte ha mostrado un rendimiento anual del 9,23% comparado con el 9,73% de los mercados accionarios. Ello, sumado a que hablamos de un mercado global, no regulado, de baja volatilidad, bajo costo de mantenimiento y de fácil transporte, por citar algunas características, hacen que el efecto del arte en un portafolio de inversión se traduzca en un mismo rendimiento, pero con un menor nivel de riesgo, de acuerdo a Javier Lumbreras, fundador y CEO de Artemundi Group.
Lumbreras ofreció esta semana en Miami la charla “Arte, un atractivo activo de inversión”, celebrada en la sede de Santander International Bank. A la conferencia, organizada por Isead Business School y la Cámara de Comercio de España en Miami, acudieron más de medio centenar de personas, entre las que se encontraban la cónsul de España en Miami, Cristina Barrios; el CEO de Santander International en Miami, Álvaro Morales, y el director de Isead, Luis I Fontes.
Lumbreras, que dirige el fondo Artemundi Global Fund (AGF), un fondo de inversión en arte estratégicamente diversificado, repasó algunas de las estrategias que deben primar a la hora de invertir en arte y dio algunas pinceladas a tener en cuenta para adentrarse en el mundo del coleccionismo sin olvidar tampoco el lado emocional del arte.
En este sentido, el experto dijo que el arte se ha vuelto mucho más subjetivo porque con la fotografía el artista ya no tiene una necesidad tan narrativa. Internet también ha supuesto una revolución gracias a que contamos con miles de datos que hacen más fácil, por ejemplo, valorar las obras.
Para Lumbreras, que en los últimos 25 años ha invertido 300 millones de dólares en obras de arte, el track record del artista y su obra es uno de los aspectos más importantes que debe guiar cualquier inversión en arte. Poco amigo del arte contemporáneo, sobre todo desde el punto de vista de la inversión porque se trata de «un coleccionismo muy emocional y relativo», subraya que entre los clásicos suelen encontrarse obras a precios más asequibles que a los que estamos acostumbrados a leer en grandes titulares, cuando alguna obra fetiche alcanza cifras de vértigo, algo que solo ocurre en el 1% de las transacciones que se realizan en el mundo del arte.
El 63,1% de las obras de grandes maestros pueden adquirirse por menos de 50.000 dólares y en arte latinoamericano, el 47% de las obras se encuentran en una horquilla entre los 10.000 y 50.000 dólares.
El experto no se lanzó a montar un fondo de este tipo por casualidad. Su pasión por el arte, que lleva en la sangre pues pertenece a una familia de varias generaciones de coleccionistas, y su carrera en el sector financiero, se unieron de una forma casi lógica, dando como fruto el fondo Artemundi Global Fund.
Este vehículo vio la luz en 2009 y se fraguó con la crisis, de la que tampoco escapó el arte. Gracias a ello, Lumbreras y su equipo pudieron adquirir obras con grandes descuentos debido a la necesidad de liquidez por parte de muchos particulares, la vía principal de la que se nutre el fondo cuando sale de compras. Fue en 2009 cuando hicieron gran parte de la colección de la cartera. Anualmente pueden llegar a rotar un 15% del portafolio y muchas de las obras se encuentran consignadas en galerías.
Actualmente el fondo cuenta con unas 100 obras y la posición mínima para entrar es de 250.000 dólares. Para Lumbreras, el fondo de arte tiene que estar diversificado. La cartera de AGF está compuesta aproximadamente por un 36% de arte impresionista moderno; un 25% de grandes maestros; un 32% de arte moderno latinoamericano y un 2% de arte de postguerra y contemporáneo. A este último lo considera “muy emocional y muy relativo” y prefiere que tenga poco peso en su cartera por su elevada volatilidad, aunque reconoce que es también donde se pueden obtener grandes retornos.
Desde Artemundi prefieren no comprar en subastas por las altas comisiones y “porque una obra que no se vende en subasta va a tardar seis años en recuperar su valor”, por lo que se asume un riesgo. Lumbreras subrayó también que lejos de que la autenticidad de la obra sea uno de los problemas más graves a los que puede enfrentarse un coleccionista de arte, el derecho de posesión resulta aún más complicado.
A las puertas de liquidar su fondo (finales de 2015), Lumbreras piensa ya en un fondo de arte perpetuo con mecanismos de salida que pasen, por ejemplo, por la distribución anual o la colocación de acciones en el mercado secundario. Desde Artemundi cuentan con capacidad de captar importantes obras de arte, aunque la colocación resulta más difícil y es más escalonada, ya que, entre otras cosas, «no todas las obras tienen el mismo proceso de madurez».
Lumbreras, nacido en España, pasó sus primeros años de formación en Inglaterra y Estados Unidos y en su carrera se ha desempeñado como asesor de colecciones privadas, museos y otras instituciones internacionales, desempeñando un papel central en el mercado del arte. Es experto en asuntos relacionados con temas de coleccionismo de arte entendiéndolo como un activo único, e incluyéndolo en la gestión de carteras de inversión y en la planificación patrimonial.