El Impact Taskforce, grupo de trabajo creado en el marco de la presidencia británica del G7 en 2021 que reúne a 120 personalidades influyentes del sector privado y público, ha presentado un informe de recomendaciones con el que pretende proponer soluciones para un futuro y una recuperación económica y social sostenible e inclusiva para todos.
La hoja de ruta exige, entre otros la creación de un reglamento sobre transparencia de la información en materia de impacto para garantizar que el capital contribuya de manera significativa a un impacto positivo, el fomento de vehículos financieros alternativos de impacto, en particular en los países en desarrollo con la financiación combinada, una mejor cooperación entre el sector publico y el privado para impulsar los flujos de inversión y la integración de los movimientos medioambientales y sociales.
Según el informe, los mercados financieros son una poderosa fuerza para el bien, pero advierte que para movilizar capital privado para el bien público requiere de la cooperación de los sectores públicos y privados, y no debe dejarse sólo en manos de los mercados financieros. Además de la política y la regulación como factores clave para el crecimiento de la inversión de impacto, el papel de los organismos gubernamentales es de vital importancia y debe centrarse más en catalizar la inversión privada para multiplicar el impacto del dinero.
A ocho años de la fecha límite para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de Naciones Unidas, los representantes del grupo de trabajo abogan por el cambio con ‘pruebas de un compromiso real’ y señalan que la pelota está ahora en el tejado de políticos y empresarios para impulsar una mayor transparencia y aumentar la contribución de inversores institucionales.
Casos de éxito españoles
Desde España, el Consejo Asesor para la inversión de impacto SpainNAB ha participado en la elaboración del informe incluyendo dos casos de éxito españoles en inversión de impacto: el bono social de CaixaBank y el fondo de Mapfre AM y Global Social Impact Investments dedicado a otorgar financiación a empresas de alto impacto social.
En el caso de CaixaBank, destaca la emisión de su primer bono social en 2019, que le convirtió en el primer banco español en emitir un bono social en apoyo a los ODS de las Naciones Unidas, y cuyos fondos fueron destinados a financiar préstamos para luchar contra la pobreza, y por el empleo digno y la creación de puestos de trabajo en zonas desfavorecidas de España. En el segundo caso de éxito, se resalta la co-creación de un fondo entre Mapfre AM y Global Social Impact Investments para otorgar financiación a empresas de alto impacto social tanto en mercados frontera como emergentes.