El Reglamento sobre Mercados de Criptoactivos (MiCA) entró en vigor el 30 de diciembre de 2024, estableciendo unas reglas claras para la normalización del ecosistema cripto en Europa y para garantizar la protección de los inversores. Según destacan desde BBVA, uno de los aspectos más relevantes que ha supuesto es la regulación de las stablecins, diferenciando entre aquellas referenciadas a una única moneda, como el euro o el dólar, y las que están vinculadas a varias divisas o activos como instrumentos financieros o materias primas. Desde el pasado 30 de junio, las normas para este tipo de criptoactivos, así como para los tokens ‘de utilidad’, usados por ejemplo para acceder a plataformas, ya están en vigor.
Por otro lado, MiCA también cubre servicios de custodia, negociación, intercambio o gestión de carteras relacionados con criptoactivos, incluyendo los descentralizados como Bitcoin o Ether. Esta parte del marco ha entrado en vigor el 30 de diciembre, con un periodo transitorio para los proveedores ya operativos. Además, para los expertos de BBVA es relevante recordar que quedan fuera del alcance de MiCA los instrumentos financieros, los depósitos, seguros y pensiones, así como los NFTs y las finanzas descentralizadas (DeFi).
Según Pablo Urbiola, responsable de Regulación Digital en BBVA, la implementación de MiCA promete transformar el mercado cripto en Europa al ofrecer una mayor protección a los inversores y mejorar la transparencia. Por ejemplo, asegurará que las stablecoins sean realmente estables y que los criptoactivos custodiados por empresas estén adecuadamente protegidos. En su opinión, este marco regulatorio también facilitará la eliminación de proyectos que no cumplan con los estándares establecidos, permitiendo la entrada de actores más confiables y regulados, como los bancos, lo que impulsará la confianza en el ecosistema.
Desde BBVA añaden que, aunque los procesos legislativos en Europa suelen ser largos, MiCA posiciona la región como pionera en la regulación de criptoactivos. «Desde la propuesta inicial de la Comisión Europea en 2020 hasta su implementación, han pasado más de cuatro años. Sin embargo, la exhaustividad de MiCA contrasta con la falta de un marco regulatorio claro en Estados Unidos, donde las agencias supervisoras aplican normas caso por caso”, destacan. En el caso de la banca europea, MiCA permite a los bancos actuar como emisores de stablecoins y proveedores de servicios relacionados con criptoactivos sin necesidad de licencias adicionales. Pablo Urbiola considera que este rol de la banca brinda certidumbre regulatoria y fomenta la participación de las entidades financieras, contribuyendo a un ecosistema más maduro y seguro.
Por su parte, el Banco Central Europeo (BCE) trabaja en nuevas soluciones tecnológicas para la liquidación mayorista en dinero del banco central, explorando conceptos como las monedas digitales de banco central (CBDC) de ámbito mayorista. En el ámbito minorista, el proyecto del euro digital enfrenta retos técnicos e institucionales. “Aunque el BCE avanza relativamente rápido en su diseño, el marco legal necesario aún está en una fase muy incipiente de discusión. En cualquier caso, este nuevo sistema podría ser más parecido a servicios de pago ya existentes como Bizum, más que una alternativa a los stablecoins”, explica.
A corto plazo, DORA, que regula la resiliencia operativa digital, entrará en vigor a lo largo de este mes de enero y afectará también a los proveedores de servicios cripto autorizados bajo MiCA. Esto implica cumplir con exigentes requisitos de gestión del riesgo tecnológico, incluidas las relaciones con proveedores de servicios externos. “Con MiCA y DORA, Europa da pasos significativos hacia un ecosistema financiero más seguro, confiable y transparente, sentando las bases para un mercado cripto maduro y regulado”, concluye el responsable de Regulación Digital de BBVA.