En 2022, los inversores tuvieron un primer semestre para el olvido, señala la firma argentina Criteria en un informe. Se configuró un escenario de notable adversidad para los activos de riesgo: una guerra en Europa, la dificultosa salida de la pandemia con efectos inflacionarios todavía no resueltos, y por último, un entorno mucho más restrictivo en lo monetario – con la Reserva Federal a la cabeza – subiendo tasas de interés de un modo no visto en décadas.
En este contexto, no es de sorprender que casi la totalidad de los activos financieros registraron en la primera mitad del año un desempeño negativo. Con una sola excepción: los commodities. El índice que agrupa las materias primas se vio fortalecido a partir del conflicto en Ucrania, y la revalorización de las materias primas que ya venía en curso con la reapertura de las economías en el 2021 y una demanda mayor por parte de China.
Pero para el resto de los activos, el escenario fue notablemente negativo. Con una caída cercana al 20%, el S&P 500 tuvo el peor desempeño en la primera mitad de un calendario en más de 50 años. El índice que agrupa las principales compañías de EE.UU. ya perforó el piso de los 4.000 puntos. Los mercados emergentes, a su vez, registraron también un rendimiento negativo. La caída en los bonos de los países en vías de desarrollo fue del 21%, un desempeño similar al de la renta variable de ese grupo de países.
Sin llegar a convertirse en un refugio para los inversores, la renta fija de EE.UU. y países desarrollados tuvo una caída mucho más acotada, del orden del 10% para los bonos del Tesoro y del 15% para papeles de alto rendimiento. Aún en un entorno inflacionario desfavorable, los instrumentos que ajustan por nivel de precios –TIPS– tuvieron un desempeño negativo, azotados por la suba de tasas reales.
¿A dónde refugiarse? Sólo los commodities registran retorno positivo en 2022
El oro, que había sido un instrumento defensivo en el estallido de la guerra, terminó cediendo terreno a medida que las tasas de interés iban en ascenso: cerró la primera mitad con una ligera caída de 1%.
El entorno se profundizó en el último mes, con una nueva suba de tasa de interés en EE.UU. por parte del banco central para combatir una inflación persistente, consolidando de algún modo el escenario adverso para los activos de riesgo.
Para las criptomonedas, incluso se acuño un nuevo término: el “criptoinvierno”. La valorización de mercado se derritió a lo largo del espectro, con el Bitcoin, la primera y más reconocida de las criptomonedas, cediendo más de la mitad del valor en lo que va del año y ajustándose en torno a niveles de 20.000 dólares desde superar largamente los 60.000 dólares.
¿Oportunidad de recuperación hacia adelante?
Una caída de importante magnitud en los mercados en general y en la renta variable de EE.UU. en lo particular, invita a reconsiderar escenarios de recuperación en el horizonte.
Hacia adelante, el derrotero de los activos financieros en el mercado global estará signado por la política monetaria de la Reserva Federal en la primera economía del mundo, y si la autoridad responsable por velar el nivel de precios logra evitar el costo de una recesión económica profunda en su esfuerzo para enfriar la actividad y aminorar la marcha de los precios.
La inversión de la curva de rendimientos de bonos del tesoro en ese país ya “olfatea” una probable recesión en el horizonte. Pero si esta fuera leve y acotada, en un contexto de inflación en descenso, el escenario podría reconfigurarse favorablemente para los activos de riesgo.
En síntesis, si el banco central de ese país logra evitar una recesión profunda en su lucha contra el salto de la inflación, la oportunidad en acciones luce atractiva. En caso de persistir las presiones de precios, la autoridad monetaria de EE.UU. se enfrentará a un escenario donde la recesión sea el precio a pagar por mantener su credibilidad intacta, y las acciones, como hasta aquí, tienen camino por recorrer en su tendencia negativa.