Ian Haet, CEO y cofundador de Startup Stock Exchange (SSX), una plataforma regulada para la inversión y la financiación de startups, subrayó en declaraciones a Funds Society la oportunidad que supone para startups e inversores de todo el mundo contar con un mercado que ofrece un vehículo de financiación a empresas en etapas tempranas, en alusión a SSX.
En este sentido, explicó que a través de SSX los inversores compran y venden acciones públicas de startups y las empresas recaudan fondos provenientes de inversionistas globales calificados. SSX tiene su sede en Curacau, “un país con fuertes servicios bancarios y regulación financiera, con muchas conexiones a Europa y Estados Unidos”, explica Haet, que añade que es además un buen lugar por reglamento y por costos.
En cuanto a la entrada en SSX, las compañías eligen que porcentaje de su negocio deciden poner a la venta, con lo que pueden recaudar dinero para poder crecer sin perder el control de la empresa. A diferencia del crowdfunding, SSX ofrece liquidez y transparencia. Los inversores que entran en SSX compran acciones que cotizan con la capacidad de venderlas en cualquier momento, mientras que en crowdfunding «no ocurre lo mismo, puesto que el inversor no tiene derechos, ni acciones sobre la compañía. Nosotros somos como un crowfunding pero con seguridad y liquidez», puntualizó.
SSX cuenta con empresas de 57 países e inversores procedentes de 83 países. De las startups que llaman a la puerta de SSX solo pasan el corte entre el 2% y el 3%. Por cada compañía que sale al mercado, SSX hace un memorándum de oferta de 100 páginas de due diligence con el objetivo de garantizar que la inversión a través de la plataforma sigua manteniéndose libre de riesgos. Desde la plataforma siguen también un exhaustivo proceso de aplicación para dar el visto bueno a la empresa que se postula.
Haet explicó también que SSX es una plataforma ideal para todos los emprendedores que no pueden acceder a los mercados tradicionales. Su misión no pasa por competir con las bolsas al uso sino por ofrecer una vía de financiación alternativa a aquellas compañías que de otra manera no podrían conseguir capital para seguir creciendo.
A través de SSX, el inversor puede acceder a una bolsa con compañías de todo el mundo y de diferentes sectores. Las compañías que solicitan su ingreso no tienen que contar con un tamaño mínimo, pueden acceder a SSX en cualquier etapa, aunque el modelo encaja mejor “para aquellas que están buscando entre 100.000 y tres millones de dólares”.
Desde la plataforma lanzaron hace unos meses Latam Incubated One BV, un vehículo para invertir en compañías latinoamericanas. Latam Incubated busca invertir en hasta 10 compañías que ya han superado las primeras etapas.
Coincidiendo con su lanzamiento, Haet subrayaba entonces que las startups ofrecen algunos de los retornos más prometedores a la hora de invertir hoy día. “Mientras que siempre hay un riesgo considerable a la hora de invertir en empresas en sus primeras etapas, creemos que al centrarse en empresas nacidas de las mejores incubadoras latinoamericanas, el vehículo puede aprovechar la experiencia colectiva de estos inversores profesionales para desarrollar una cartera con las empresas más prometedoras y jóvenes de la región”.