El primer mes del nuevo año toca a su fin y deja los mismo interrogantes con que comenzó: ¿Se mantendrá la evolución económica? ¿Cuándo durará el impulso en los mercados de capitales? ¿Cuál será efecto de la retirada de estímulos por parte de los bancos centrales? Pocas son las incógnitas que se han ido despejando en un entorno en el que la renta variable sigue siendo el activo favorito de los gestores.
“En el último año nos instalamos en la idea de que vivíamos en un mundo de bajas rentabilidades, pero resulta que las rentabilidades han sido espectaculares para el contexto. La renta variable estadounidense y el high yiel europeo aumentaron un 40%, por ejemplo”, señala Paras Anand, director de inversión del área de renta variable en Europa de Fidelity Internacional.
En su opinión, este mercado se ha caracterizado por ser muy alcista y poco usual porque el objetivo de los inversiones no ha sido aumentar el capital sino más preservar su capital en un entorno de tipos y retornos bajos. “Este sentimiento de los inversores ha servido para entender el comportamiento de ciertos activos, como títulos de preservación de capital o crédito de empresas, pese a que supone un mayor riesgo”, apunta Anand.
Ahora bien, Anand, advierte que entramos en una nueva fase: la normalización de la política monetaria. “La mayoría de la gente considera que con la normalización monetaria podría llevar a amortiguar el crecimiento económico de los últimos años. Pero no va a ser así, podría ocurrir lo contrario. A medida que se endurece la política monetaria, la economía se va a acelerar. Podría haber una relación sorprendente entre la normalización de la política monetaria, la confianza y el crecimiento”, argumenta. Con este contexto de fondo, Anand considera que se producirá una fuerte inversión en renta variable, que vendrá de una mayor volatilidad que los inversores querrán aprovechar.
Una opinión que coincide con la de Hans-Jörg Naumer, jefe global de mercados de capitales e inversión temática de Allianz Global Investors. A grandes rasgos, la gestora considera que la política monetaria seguirá siendo flexible, aunque en el nuevo año es probable que quede superado el pico de liquidez de los bancos centrales, interpretado como las bases monetarias de los bancos centrales de los países del G4 en relación con el producto interior bruto global.
“Pese a las expectativas de una mayor volatilidad, conviene seguir sobrependerando acciones. Tanto la situación económica como la política monetaria son factores positivos. Al mismo tiempo, los inversores siguen buscando rentabilidad. Por lo que respecta a las acciones, debe darse una ligera preferencia a títulos de la zona euro, pero también podrían incorporarse acciones de Estados Unidos y de los mercados emergentes. En cuanto a las acciones japonesas, hay que tener presente el riesgo del tipo de cambio”, apunta Naumer sobre cuáles cree que son las mejores asignaciones de activos que se pueden hacer en renta variable para este año.
Contexto de crecimiento
Desde M&G insiste que la proyección positiva del crecimiento será el otro factor que avive el interés y las oportunidades en el mercado de renta variable, en especial en Europa. Según el análisis que hace la gestora, hasta ahora, el crecimiento positivo y los sólidos fundamentales no están totalmente descontados en la renta variable europea –las perspectivas de crecimiento de los beneficios son demasiado reducidas–, y los inversores siguen aplicando una prima de riesgo en las acciones históricamente elevada en Europa, en especial en comparación con Estados Unidos.
“En un contexto caracterizado por una continua recuperación económica y la mejora de los resultados corporativos, creemos que las oportunidades más interesantes en Europa se encuentran en los segmentos de valor más baratos del mercado, que han pasado desapercibidos para los inversores”, señala Richard Halle, gestor del fondo M&G European Strategic Value.
Findentiis Gestión también considera que Europa será una gran plaza para la renta variable. La firma considera que estamos en un momento de cambio respecto a los tipos de interés en Europa que “veremos a partir del segundo trimestre de 2019 porque es muy probable que Draghi se quiera ir dejando hecha una primera subida”, explican sus gestores.
“Creemos que será necesario una estrategia que se fije en las oportunidades macro y siga un estilo de inversión bottomp-up, además será necesario ser flexibles para poder sortear los repuntes de volatilidad que esperamos este año”, afirma Jorge Nuño, gestor de estrategia global de Fidentiis Gestión.
En opinión de esta gestora, el sector financiero europeo tendrá un especial interés. Según su compañero Luis Peña, gestor financiero de Fidentiis Gestión, “la industria financiera está terminando su proceso de reestructuración y la implementación de tecnología, ambas cosas ayudarán a reducir las pérdidas. Además, tras todos los cambios regulatorios, entremos una fase de estabilidad regulatoria que durará otros 10 años. Eso deja un escenario en el que los bancos empezarán a tomar decisiones sobre su política de remuneración al accionista”, concluye Peña.