Los fondos temáticos están ganando mucha popularidad entre los inversores, sobre todo aquellos que respetan los criterios ESG. Cada vez más, los inversores se dan cuenta de que a través de sus inversiones también pueden reflejar sus valores morales, identificarse y apoyar determinadas prácticas, en definitiva, aportar un valor a la sociedad.
En este contexto ha surgido una nueva temática: los fondos que apoyan la diversidad de género. Se trata de fondos de inversión que solo invierten en empresas que promuevan la diversidad de género entre sus empleados, que incluyan a la mujer en los puestos de dirección y que éstas tengan capacidad de toma de decisión.
AXA IM, Nordea AM, Santander AM o Mirova son algunas de las entidades que han lanzado estos fondos con el objetivo de demostrar que la rentabilidad no está reñida con el feminismo. De hecho, según indican los responsables del AXA WF Framlington Women Empowerment, el fondo de AXA IM que invierte en empresas que defienden la diversidad de género, este factor puede ayudar a los inversores a obtener mayores rentabilidades y más sostenibles en comparación con los enfoques de inversión tradicionales.
«La diversidad de género impulsa la rentabilidad»
“Distintas investigaciones muestran que aquellas compañías con mayor diversidad de género a nivel de la alta dirección están mejor gestionadas, es menos probable que asuman riesgos excesivos, son menos propensas al “pensamiento de grupo” y presentan una mayor predisposición a la innovación, en comparación con aquellas otras compañías con equipos directivos formados exclusivamente por hombres”, explican desde AXA IM. Esto se traduce en que obtienen mayores rendimientos sobre el capital invertido y que generan una mayor rentabilidad ajustada al riesgo. “Cuanto más comprometidas están las compañías con la diversidad de género, mejor lo hacen”, apuntan.
Por su parte, Julie Bech, cogestora del fondo Nordea 1 – Global Gender Diversity, también comparte la opinión de que la diversidad de género impulsa la rentabilidad de las empresas. «Aquellas que aboguen por esta práctica deberían verse beneficiadas. Si bien se trata de una cuestión social, también está correlacionada con el éxito empresarial», añade.
Otro ejemplo de estos fondos es el Santander Equality Acciones, pionero en España y lanzado el año pasado por Santander AM. El fondo está gestionado por Lola Solana, que según explica: “Nos pareció una buena idea crear este fondo para demostrar a la sociedad y a otras empresas que si apoyas la diversidad los inversores se van a fijar en ti. Queríamos dejar de hablar y empezar a actuar”.
Según detalla, uno de sus principales objetivos es que sirva como reclamo a otras empresas y como vía para reivindicar que la diversidad sí aporta rentabilidad. Un aspecto que comparten con AXA IM. Según explica Anne Tolmunen, gestora del fondo: “Nuestro enfoque de la diversidad de género, centrado en el impacto, permite a los inversores indicar a las compañías y a las generaciones futuras aquellos comportamientos y valores que nosotros, como sociedad, deberíamos recompensar y fomentar – y todo ello sin comprometer los resultados financieros”.
Para Solana, cuanto más variado sea el código genético de una empresa, mejor. “Siempre habrá más puntos de vista que se complementarán, algo que crea valor y da alfa”, asegura. Sin embargo, además de este aspecto puramente económico, Solana considera que la diversidad también genera empleados más motivados, más empatía y mejor comunicación dentro de las empresas, aspectos estrechamente ligados con la buena marcha de una empresa.
“Hemos sembrado una semilla y el fruto lo recogeremos en unos años”
Para Solana, esto es una tendencia que no va a ir marcha atrás, ya que los jóvenes buscan inversiones que reflejen su forma de pensar y generen impactos positivos. “Creo que irá a más, hemos sembrado una semilla y el fruto lo recogeremos en unos años. Los gestores tenemos la obligación y el deber de premiar a las empresas que lo hacen bien desde un punto de vista económico y ESG, para que sirvan de ejemplo y se contagien unas a otras”, añade.
Para seleccionar las empresas del fondo, desde Santander AM, ponen el punto de mira en que cumplan los criterios medioambientales, sociales y, sobre todo, de gobierno corporativo. “Nos fijamos en las brechas salariales, en que contribuyan a políticas de diversidad en las contrataciones, que haya mujeres en puestos directivos, comités de dirección o directoras generales, financieras o presidentas, que la mujer tenga un papel en la toma de decisiones donde se les escuche”, apunta.
Según señala, en el fondo hay más partícipes que sean mujeres que hombres. “A ellas les entusiasma, mientras que los hombres todavía no están concienciados”. Pero cree que, sin duda, que este es el camino para empujar el cambio.
Invertir en diversidad de género: una prioridad social y económica
Mirova, filial de Natixis IM, también tiene un fondo que persigue estos objetivos, el Women Leaders Equity Fund. Según valoran desde la entidad, contar con un fondo de estas características es “una prioridad social y económica”. Para la entidad, en este contexto donde los inversores, tanto institucionales como particulares, están buscando soluciones de inversión claras con un impacto demostrable que estén basadas en una lógica económica sólida, las estrategias que abordan la diversidad y la igualdad entre sexos encajan perfectamente en esta categoría.
Mirova, al igual que Santander AM, cuenta con programas de becas o mentoring que tienen el objetivo de generar conciencia entre las niñas y mujeres más jóvenes tratando de visibilizar que sí es posible formar una familia y tener una carrera exitosa. Por ello, desde el fondo de Santander AM parte de la comisión de gestión se destina a crear becas para chicas de entornos desfavorecidos. Sin embargo, según Solana, está siendo un año convulso y todo apunta a una desaceleración de la economía, lo que ha generado más reembolsos que suscripciones. “Todavía la sociedad no está concienciada de que esto es otra forma de invertir y hemos captado pocos activos por lo que solo nos ha dado para dos becas. Pero por algún sitio hay que empezar”, comenta.
La estrategia de Mirova parte de una alianza con ONU Mujeres. A través de este acuerdo una parte de las comisiones de gestión del fondo se destinará al Comité Nacional de Francia de ONU Mujeres para financiar proyectos que fomenten el empoderamiento de la mujer. Esta alianza tiene el objetivo de contribuir de forma más directa a la consecución del Objetivo de Desarrollo Sostenible número cinco de la ONU: “Conseguir la igualdad de género y empoderar a todas las mujeres y niñas”.
“Esta ambiciosa e innovadora alianza con Mirova es una herramienta eficaz para conseguir nuestro objetivo común: mejorar la situación de las mujeres en todo el mundo”, afirma Pascale Bracq, vicepresidenta del Comité Nacional de Francia de ONU Mujeres. “El sector financiero puede desempeñar un papel crucial para apoyar el empoderamiento de las mujeres y propiciar la igualdad de oportunidades”, concluye.