Europa sigue siendo el motor clave detrás de las finanzas sostenibles, ya que posee el 83% de los activos netos de los fondos sostenibles a nivel mundial, según el segundo Estudio Anual de Fondos de Inversión Sostenibles Europeos realizado por Morningstar y zeb, impulsado por la Asociación de la Industria de Fondos de Luxemburgo (Alfi, por sus siglas en inglés).
El estudio revela que los activos netos en productos de fondos sostenibles basados en la estricta definición de sostenibilidad de Morningstar han alcanzado casi 2 billones de euros a finales de 2021, un 71% más que en 2020. Según Marc-André Bechet, director general Adjunto de ALFI, «las finanzas sostenibles se encuentran en una encrucijada y en 2022 llegará el momento de la verdad. Aunque existe una auténtica voluntad del sector de la gestión de activos de afrontar los retos de las finanzas sostenibles y una fuerte demanda por parte de los inversores minoristas e institucionales, la realidad es que, hasta ahora, los fondos que persiguen uno o varios objetivos medioambientales no han podido mostrar sus verdaderas credenciales».
Sin embargo, Bechet advierte: «Las empresas están comenzando a informar sobre la alineación de sus actividades en línea con el Reglamento de Taxonomía, y para las que aún no lo hacen, la información será obligatoria a partir de 2023 y 2024. Lo que creo que es un paso adelante crucial».
Por su parte, Hortense Bioy, directora global de Sostenibilidad de Morningstar, ha añadido: «Desde su introducción en marzo de 2021, el SFDR ha actuado como un catalizador para el desarrollo de productos y la innovación en el espacio europeo de fondos sostenibles. Será fascinante ver cómo la regulación continúa dando forma al paisaje. Los cambios en la MiFID II que entrarán en vigor en agosto y que obligan a los asesores financieros a tener en cuenta las preferencias de sus clientes en materia de sostenibilidad tienen el potencial de acelerar la adopción de inversiones sostenibles entre los inversores minoristas. A pesar de todas las preocupaciones sobre el lavado verde, nuestros datos muestran que el apetito de los inversores por las estrategias ESG y sostenibles sigue creciendo».
Por último, Carsten Wittrock, socio de zeb, considera que este estudio confirma sus previsiones: el cambio del sector hacia la sostenibilidad está avanzando a gran velocidad a pesar de un entorno geopolítico y normativo dinámico sin precedentes. «Aunque todavía queda un largo camino por recorrer antes de que se desate todo el potencial del sector de los fondos para apoyar el proceso de transformación de las economías hacia una mayor sostenibilidad, que se necesita con urgencia, se puede concluir que las tendencias destacadas continuarán, a pesar del debate crítico sobre el papel y el manejo de la sostenibilidad por parte de los gestores de activos individuales, la necesidad constante de aclarar los factores de sostenibilidad y su aplicación adecuada, y los recientes reveses en la lucha contra el cambio climático debido al trágico conflicto en Ucrania y sus drásticas consecuencias no sólo para la población sino también para la economía mundial», ha matizado.
Entre otras conclusiones, el informe revela que la renta variable sigue siendo la clase de activos dominante de los fondos sostenibles en todos los domicilios europeos, representando más del 60% de los activos sostenibles gestionados por los fondos. Le siguen la renta fija (20%) y los fondos de asignación (15%) a finales de 2021. Esto difiere significativamente en comparación con el ámbito de los fondos convencionales, en el que la cuota en los fondos de renta variable sólo representa el 48% del patrimonio. Esta disparidad en los fondos sostenibles se debe probablemente a la posibilidad más favorable de participar en la administración para influir en el comportamiento de las empresas hacia los objetivos de sostenibilidad.
Además, destaca que las estrategias pasivas sostenibles siguen siendo populares: a finales de 2021, representaban alrededor del 27% de los activos netos del universo de fondos sostenibles europeos, por encima del 21% observado en el ámbito convencional. «Esto se compara con los activos netos pasivos de alrededor de 139 mil millones de euros en 2019 – un aumento de casi el 280% en comparación con sólo alrededor del 25% en el sector de los fondos convencionales durante el período de 2019 a 2021. Parece que la gestión pasiva está pasando de los enfoques tradicionales y sencillos a la sostenibilidad», indica el documento en sus conclusiones.
El informe recoge que estamos ante un mercado dominado por los grandes actores con la alta concentración en la industria de gestión de activos aún más alta en el segmento de los fondos sostenibles. Los datos muestra que, de media, el 51% de los activos netos en fondos activos sostenibles en Europa se invirtió en fondos lanzados por los 20 principales proveedores, frente a sólo un 43% en el caso de los fondos convencionales.
En este sentido, en términos de centros de fondos individuales, Luxemburgo e Irlanda muestran un fuerte posicionamiento como los principales proveedores de fondos en ambos mercados. Además, los cinco principales gestores cubren aproximadamente el 32% de los activos netos de los fondos sostenibles domiciliados en Luxemburgo.
Por último, a pesar del considerable interés por la sostenibilidad en EE. UU., la decisión del anterior gobierno estadounidense de retirarse del Acuerdo Climático de París probablemente hizo que los inversores, los accionistas y el regulador desplazaran la sostenibilidad al final de la agenda. La firma del presidente Biden en 2021 para reincorporarse al Acuerdo sobre el Clima es un paso importante hacia un objetivo global común, aunque la desviación anterior podría haber hecho que EE.UU. perdiera un terreno importante en su carrera hacia el cero neto. Mientras tanto, en Asia falta un marco ESG basado en clasificaciones o divulgaciones que permita la estandarización y la evaluación comparativa en los mercados.
«El rápido crecimiento de la demanda de inversión sostenible por parte de la sociedad y del sector de la gestión de activos, con el apoyo de la normativa, significa que la cuota de mercado de los fondos sostenibles no hará más que aumentar. Con el tiempo, los fondos sostenibles se convertirán en la norma y no en la excepción», concluye el informe.