Por tercer año consecutivo, el Centro de Políticas Públicas de la Universidad Católica junto a Banco Santander llevaron adelante el programa Educación Financiera en la Escuela, que tiene por objetivo impactar de manera concreta la vida de personas para las cuales su relación con estos conocimientos es un problema.
La versión 2018 de esta iniciativa incluyó el informe “Experiencias de estudiantes con el mundo financiero”, con el propósito de analizar las percepciones y conocimientos de alumnos de tercero medio, de diversos contextos, en torno a esta materia. Un aspecto que toma mayor relevancia si se considera que a partir del próximo año, los establecimientos deberán implementar programas de educación financiera en la enseñanza media. La información, que comenzó a ser levantada a comienzos de agosto, se obtuvo gracias a la participación de 249 jóvenes de 23 de colegios a lo largo de todo Chile, quienes además realizaron un breve test para evaluar sus niveles de alfabetización financiera.
“Es urgente incorporar contenidos de educación financiera en las escuelas desde temprana edad, en tanto el género y origen socioeconómico son determinantes para explicar el nivel de alfabetización financiera de los estudiantes. Los alumnos evidencian numerosos miedos, mitos y brechas de conocimiento, y al mismo tiempo tienen una inserción importante como consumidores y tomadores de decisiones financieras”, señaló Nicolás Muñoz, subdirector de Investigación Aplicada del Centro de Políticas Públicas UC.
“En Santander creemos que la educación financiera es un factor clave, que entrega las herramientas mínimas para que todos tomen las mejores decisiones que les permitan alcanzar una adecuada salud financiera. El estudio de este año nos acerca a la realidad de los escolares chilenos, a la importancia que ellos le otorgan a la educación financiera, lo que permite perfilar políticas públicas que aborden la mejor manera de incorporar estos contenidos desde temprana edad y en todos los establecimientos educacionales. En la medida en que logremos darle la importancia que tienen estos contenidos para el progreso de las personas, los alumnos podrán desenvolverse en una cancha más pareja”, afirmó Consuelo Alvear, jefa de Sostenibilidad de Banco Santander.
Algunos de los principales hallazgos de este estudio son:
Percepción instalada en docentes y estudiantes de que los conocimientos y habilidades que entrega la educación financiera tienen solo una aplicabilidad futura, concretamente una vez que se egrese del colegio. Sin embargo, la evidencia da cuenta de que a temprana edad los alumnos son usuarios y tomadores de decisiones financieras, sobre todo considerando que el e-commerce es hoy una realidad instalada entre los estudiantes.
Los propios docentes declaran que no cuentan con conocimientos necesarios para impartir un programa de educación financiera que responda a las necesidades del siglo XXI, puesto que su formación inicial considera aprendizajes insuficientes en esta materia, lo que refuerza la importancia de capacitar a los docentes.
Los resultados del test de alfabetización financiera muestran que las mujeres tienen peor desempeño en relación a los hombres, al igual que estudiantes de contextos más vulnerables (colegios rurales, de dependencia municipal y/o de educación técnico profesional).
Tempranamente se evidencian brechas de género que se traducen en que las mujeres tengan menor grado de independencia económica y manejo financiero; las estudiantes tienen menor poder de decisión sobre el dinero que reciben; manejan un presupuesto inferior a los hombres; tienen menores oportunidades para generar sus propios ingresos; y en algunos estratos es común que los alumnos financien todos los gastos de sus parejas.
Este año, además del estudio, el proyecto incorporó el curso “Finanzas para la vida diaria”, destinado a 80 apoderados de la red de colegios de la Fundación Belén Educa e impartido por docentes de la UC.