El 11 de diciembre ha sido la fecha fijada para que el parlamento británico vote el acuerdo del Brexit, sin duda una auténtica prueba de fuego para Theresa May, primera ministra del Reino Unido. Sin embargo, la situación sigue sin ser fácil. A los ecos de una posible moción de censura a May se suma el aviso de ayer del Banco de Inglaterra sobre los efectos negativos del Brexit para la economía británica.
“El Banco está enviado dos mensajes claros. El primero es que un Brexit desordenado podría suponer un mazazo para la economía británica a corto plazo. El otro es que los bancos están en posición de resistir el shock. Esta situación podría suponer un frenazo en seco para su economía; tiene capacidad para ser un golpe tremendo. Sin embargo, la autoridad monetaria parece sugerir que en este escenario estaría abierta a elevar los tipos de interés para combatir el incremento de la inflación. Es cierto que la caída de la libra esterlina y el impacto negativo para el potencial productivo de la economía incrementará la inflación y proporcionará un intenso dolor de cabeza para el banco. Pero es extremadamente difícil ver cómo en este entorno podría actuar con respecto a los tipos de interés si no es con una rebaja”, explica Luke Bartholomew, estratega de inversiones de Aberdeen Standard Investments.
En este sentido, Theresa May parece estar esperando que el análisis del Banco de Inglaterra y el Tesoro refuercen su argumento de que el actual acuerdo es la mejor opción para el país. “Sin embargo, algunos parlamentarios, sin ninguna duda, tendrán reservas sobre el análisis del Banco, dado que la institución ya pronosticó un resultado económico del referéndum mucho más negativo del que finalmente se ha materializado”, matiza Bartholomew.
Los expertos apunta que es importante destacar que el Brexit ha dado un paso más tras el apoyo de los países miembro de la Unión Europea, durante la cumbre del fin de semana pasado. Ahora, la ratificación parlamentaria del acuerdo por parte del Reino Unido será muy difícil y probablemente traerá nuevos episodios de estrés en el mercado. Eso sí, pase lo que pase, las gestoras consideran que es probable que la incertidumbre persista hasta la fecha de Brexit de finales de marzo.
Pero, ¿qué pasará si May logra el apoyo del Parlamento? En opinión de los analistas de Amundi, aunque la incertidumbre relacionada con Brexit pesa sobre la confianza de los inversores, “asumimos que en el caso de un acuerdo sobre el Brexit, según nuestro escenario base, la economía del Reino Unido debería experimentar una ligera aceleración en 2019 y 2020. Además, el mercado laboral está en buena forma y los salarios reales, que vuelven a ser positivos, deberían apoyar el consumo”.
¿Y el mercado?
Inestabilidad y la caída de la libra son las dos principales consecuencias que todo este proceso está dejando en el mercado. De hecho, el acuerdo para las negociaciones del Brexit entre la UE y el Reino Unido, defendido por Theresa May, provocó una crisis en el gobierno inglés. “El rendimiento del Gilt a 10 años cayó por debajo del 1,40% y los principales mercados de bonos siguieron dicha caída. Los rendimientos del Bund alcanzaron un mínimo semanal de 0,35% y los rendimientos de la nota T rompieron la barrera por debajo del 3,10%”, apunta Axel Botte, estratega de Ostrum Asset Management (Natixis IM).
En el resto de los mercado, la curva de rendimiento de Estados Unidos aumentó más allá de los vencimientos de cinco años cuando Jerome Powell señaló los vientos en contra, mientras que las acciones europeas se mantuvieron estables la semana pasada, los diferenciales de crédito se dispararon al alza.