En opinión de José Miguel Maté, consejero delegado de Tressis, nos enfrentamos a otro año “trepidante”. La firma mantiene un enfoque optimista, pero selectivo respecto a los mercados, apostando principalmente por la renta variable americana y la deuda privada europea.
En su primera convocatoria del año, ha hecho un balance de 2024 para poner en contexto su visión sobre 2025 y sobre los activos. “El año pasado los factores geopolíticos y políticos dirigieron el mercado, así como las expectativas sobre qué iban a hacer los bancos centrales que, en nuestra opinión, eran demasiado optimistas en cuanto al número de rebajas de tipos de interés que iba haber. El año acabó con rentabilidades positivas para casi todas las clases de activos y con el oro y el dólar como invitados sorpresa. Para 2025, vemos que igualmente el entorno es positivo para los activos de riesgos”, apunta Maté.
Según su análisis, pasaremos el año hablando de Trump y sus políticas, pero hasta el momento considera que hay más oportunidades que riesgos, pese al tono usado por el nuevo presidente de EE.UU. “Seamos cautos. Ya conocemos las formas de Trump, así que estemos preparados. De su anterior etapa aprendimos que muchas cosas se anunciaban a través de las redes sociales, y eso movía el mercado. Yo creo que tenemos que acostumbrarnos a la volatilidad que genera esa forma de hacer”, añade el CEO de la firma sobre cómo afrontar esta segunda legislatura de Trump.
Esta visión sobre Trump, se complementa con su convicción de que EE.UU. se consolida como el motor principal del mundo desarrollado, una fortaleza que, en su opinión, contrasta frente al estancamiento prolongado de Europa y los desafíos estructurales de China. Sobre este punto indicó que, en el gigante asiático, los problemas en el sector inmobiliario y un consumo privado débil continúan afectando su desempeño económico, aunque las medidas de estímulo aplicadas ofrezcan algo de alivio.
“El entorno en 2025 estará marcado por la moderación de los tipos de interés y el crecimiento dispar entre regiones, lo que requerirá estrategias de inversión prudentes y bien diversificadas. La clave estará en identificar sectores y activos que ofrezcan valor en un contexto donde los riesgos geopolíticos y la persistente inflación siguen presentes”, destaca Maté.
Visión del economista jefe
Por su parte, Daniel Lacalle, economista jefe de Tressis, ha enfatizado: “La necesidad de reducir gastos y manejar niveles récord de deuda debe ser la prioridad de los gobiernos”. Sin embargo, considera que el sector privado continuará desempeñando un papel clave en la estabilización, mientras los bancos centrales mantienen políticas acomodaticias, ofreciendo liquidez al sistema y ajustando los tipos de interés con cautela. Su previsión es que aunque las bajadas de tipos continuarán, lo harán a un ritmo más lento de lo esperado debido a la persistencia inflacionaria.
“Es más probable que el BCE lleve políticas más laxas que la Fed. En la UE, ante el convencimiento de que los países no van a hacer reformas estructurales, no queda más remedio que seguir bajando tipos. No creemos que la zona euro vaya a entrar en rescesión, hay motivos para ser optimistas con Europa”, afirma Lacalle.
Sobre el triunfo de Donald Trump, considera que introduce un nuevo eje de incertidumbre y oportunidades, con políticas enfocadas en la desregulación y la reducción de impuestos que podrían favorecer a las empresas norteamericanas. Sin embargo, reconoce que el protagonismo de sus políticas arancelarias y su impacto en el comercio global deberán ser seguidos de cerca.
En definitiva, Lacalle sostiene que tendremos un escenario con suaves recortes de tipos, con un crecimiento global moderado, una inflación relativamente controlada y liquidez abundante, pero donde las tensiones internacionales y los riesgos de volatilidad hacen esencial que los inversores mantengan una visión estratégica y flexible, adaptándose a las cambiantes condiciones del mercado.
Visión sobre los activos
En renta fija, Tressis considera que continúa siendo un activo esencial para diversificar y estabilizar las carteras en 2025. Aunque advierte de que las valoraciones actuales requieren prudencia y selección, Tressis enfoca su estrategia en deuda pública y privada de alta calidad, con duraciones de tres a cinco años según el perfil de riesgo del inversor.
“Somos contrarios a mucho de lo que leemos en el mercado. Claro que hay que tener renta fija, como bonos porque tienen rentabilidad reales positivas. Pero somos prudentes y nos quedamos en la parte corta de la curva y seguimos prefiriendo investment grade. Hasta que no haya más claridad sobre las políticas monetarias, no nos atrevemos a tomar grandes riesgos y más duración”, señala Maté.
La gestora considera que el ciclo esperado de bajadas de tipos por parte de la Reserva Federal podría complicarse, limitando los recortes respecto a las proyecciones iniciales debido a las presiones inflacionarias persistentes, especialmente en el sector servicios. Desde Tressis consideran improbable que los bancos centrales intensifiquen las rebajas de tipos, lo que podría mantener la presión sobre los bonos por el reajuste en las expectativas. Por ello, recomiendan una gestión activa y flexible, adaptándose a las condiciones cambiantes del mercado para aprovechar las oportunidades que puedan surgir.
En el caso de la renta variable, la entidad destaca las exigentes valoraciones de la renta variable, sobre todo la estadounidense, pero también el estímulo que puede suponer la llegada de la Administración Trump en las perspectivas de crecimiento de muchos sectores. En este contexto, sobreponderan la región norteamericana, y vuelven a hacer hincapié en una mayor participación del resto de zonas geográficas y sectores. Entre las temáticas que destacan se encuentran aeroespacial y defensa, piedra angular de las exigencias de Trump al resto de países de la OTAN; ocio y viajes, con una demanda que sigue robusta; comunicaciones, con la importancia del efecto red en la sociedad; o salud, tras varios años negativos.
Por último, Tressis también señala la debilidad de los mercados emergentes ante la fortaleza del Treasury y el dólar, por lo que siguen favoreciendo en sus carteras los países desarrollados. Además, se muestran cautos con la inversión en energía y renovables en Estados Unidos, así como con automóviles y consumo en Europa.
Materias primas
Desde Tressis se subraya un entorno mixto para las materias primas en 2025. Los metales básicos, como el cobre y el aluminio, continuarán siendo piezas clave en la transición hacia energías renovables, gracias a su uso en baterías, turbinas eólicas y paneles solares. En paralelo, los metales preciosos como el oro mantendrán su atractivo, respaldados por la creciente demanda de los bancos centrales de mercados emergentes y su función como activo refugio frente a la volatilidad.
En el sector energético, el petróleo se enfrentará a volatilidad por el aumento de producción en Estados Unidos y un crecimiento global moderado. Además, la energía nuclear podría recibir un impulso significativo en Estados Unidos bajo la Administración Trump, consolidándose como una opción viable para complementar la transición hacia una matriz energética más sostenible.
En cuanto a las materias primas agrícolas, esperan que los precios agrícolas bajen cerca de un 5%, favorecidos por el fin del fenómeno El Niño, lo que mejorará las condiciones de crecimiento de los cultivos en mercados emergentes. Sin embargo, los eventos meteorológicos extremos siguen representando un riesgo latente para este sector.