Kevin Loome, responsable de deuda corporativa estadounidense y cogestor del Henderson Horizon Global High Yield Fund, relata su experiencia de 2014, donde los tipos de interés marcaron el paso del mercado, y desgrana las oportunidades para el próximo año. Préstamos bancarios y las empresas de minería, las energéticas y las de recursos naturales, son los sectores a los que el experto de Henderson ya tiene echados el ojo.
¿Qué lecciones ha extraído de 2014?
La lección más importante y que más he podido constatar durante 2014 es que cuando se gestiona un producto de deuda corporativa no se debe intentar predecir el comportamiento de los tipos de interés. Creo que seguimos siendo fieles a nuestras convicciones y mantuvimos nuestra estrategia de selección de títulos de deuda corporativa en vez de intentar prever los movimientos de los tipos de interés. Además, también llegué a la conclusión de que normalmente el sector del mercado que más préstamos recibe será, con el tiempo, el que peor se comporte, tal y como fue el caso del sector de la energía, que ahora representa casi el 15% del mercado de deuda de alto rendimiento estadounidense y fue, con creces, el sector que más bonos emitió durante 2014.
¿Dónde cree que estarán las oportunidades más interesantes en 2015 dentro de la clase de activo en la que usted opera y cuáles serán los mayores riesgos?
Dentro del mercado de deuda high yield estadounidense, en 2015 encontraremos las oportunidades más interesantes en los préstamos bancarios y las empresas de minería, las energéticas y las de recursos naturales. Los préstamos bancarios han aumentado su atractivo, ya que el volumen de inversión en fondos a cargo de inversores particulares ha revertido su tendencia en Estados Unidos y, aplicando una estrategia selectiva, es posible encontrar oportunidades en préstamos con buenas condiciones, activos garantizados y tipos de interés variables, lo que será favorable cuando los tipos de interés suban finalmente. Las empresas de minería, energéticas y de recursos naturales presentan oportunidades en términos de valoraciones. Estas compañías, cuyos títulos sufrieron ventas masivas durante 2014, ahora cotizan, en algunos casos, en niveles muy por debajo del valor de su activo. Si somos pacientes y selectivos, este año podremos encontrar algunas oportunidades de inversión interesantes dentro de estos sectores.
El mayor riesgo para el mercado de deuda high yield en 2015 se encuentra en el sector de la energía. Si el precio del petróleo se mantiene por debajo de los 65 dólares por barril durante un periodo de tiempo considerable, podríamos presenciar un marcado repunte de los impagos en la deuda de alto rendimiento del sector energético. El problema es que estas empresas presentan una gran necesidad de capital y dependen de un acceso fácil a los mercados de deuda para financiar sus planes de negocio. Si la liquidez de estas empresas se ve limitada durante un periodo de tiempo prolongado, podríamos asistir a un número considerable de impagos o restructuraciones. Aunque estas empresas conservan parte de su valor en reservas, ninguna energética con calificación investment grade ha intentado adquirir productoras de energía con calificación high yield, lo que viene a confirmar el reducido valor de los activos.
En comparación con hace un año, ¿tiene una visión más positiva o más negativa sobre las perspectivas económicas y de inversión? ¿Por qué?
Definitivamente, tengo una visión más negativa ahora que hace 12 meses, por la sencilla razón de que hemos avanzado un año en un ciclo crediticio positivo ya dilatado. Por lo que podemos ver en el calendario de nuevas emisiones, el miedo se ha tornado avaricia y los emisores son cada vez más agresivos en lo referente a condiciones, precios, apalancamiento y asignación de los beneficios a favor de los accionistas. En general, las empresas en las que invertimos han agotado su capacidad de recortar costes y aumentar ingresos. Si bien la mayoría de las empresas han refinanciado su deuda con cupones reducidos y ampliando los vencimientos, su excedente de flujo de caja se está desviando hacia los accionistas en detrimento de los bonistas. Desafortunadamente, las empresas que seguimos seguirán mostrándose menos interesadas en la mejora de sus condiciones crediticias hasta que lleguemos a la siguiente fase bajista del ciclo de crédito.