Ante un entorno en el que los mercados seguirán siendo volátiles, Mark Heslop, gestor de renta variable europea de Jupiter AM, considera que las mejores oportunidades de inversión a largo plazo seguirán siendo aquellas compañías con productos diferenciados, que tienen poder de fijación de precios y están bien expuestas a megatendencias. Además, el gestor británico espera que «el sector tecnológico esté bien apoyado por dinámicas de demanda fuerte junto con un impulso político para relocalizar infraestructuras críticas».
Según su análisis de cara al segundo semestre del año, con las elecciones en EE.UU. en el horizonte y las tensiones geopolíticas en niveles elevados, es probable que los mercados sigan siendo volátiles. “Los patrones de demanda más suave en algunas industrias, a medida que los individuos y las empresas se adaptan a costes financieros más altos, probablemente resulten en presión sobre los ingresos y márgenes para muchas empresas, especialmente donde las recientes restricciones de suministro se han normalizado. En un entorno así, es probable que las empresas con poder de fijación de precios fundamental y motores de demanda estructural se desempeñen mejor”, argumenta Heslop.
Si su escenario base se cumple -tasas de interés y tasas descuento cayendo en EE.UU. y Europa- ve probable que “imprima impulso a las valoraciones de renta variable, sobre todo para activos de crecimiento de alta calidad”. Esto supondría que algunos sectores, especialmente la industria de semiconductores, contarían con algunos vientos favorables significativos que probablemente les permitan alcanzar un crecimiento sólido incluso cuando el entorno macroeconómico sigue siendo desafiante.
“Aquellas compañías con productos diferenciados, que tienen poder de fijación de precios y están bien expuestas a megatendencias seguirán siendo las mejores oportunidades de inversión a largo plazo. Estas tendencias incluyen: digitalización y la necesidad de poder de computación; relocalización de la cadena de suministro global debido a tensiones geopolíticas; transición hacia una economía verde; y envejecimiento de la población y la innovación en salud. En general, esperamos que el sector tecnológico esté bien apoyado por dinámicas de demanda fuerte junto con un impulso político para relocalizar infraestructuras críticas”, argumenta Heslop.
Dicho esto, apunta que el sector tecnológico tiene una amplia gama de componentes y la selección de acciones será importante. “El poder de procesamiento más rápido, facilitado por la mejora continua en la fabricación y diseño de chips, está permitiendo el desarrollo de nuevas soluciones de software que entregan mayor valor al usuario final. Hoy el enfoque está en la IA, pero esto es solo una continuación de una tendencia a largo plazo. Esperamos que las empresas que suministran la infraestructura de computación del mundo vean un fuerte aumento en la actividad a medida que se construyen más centros de datos y servidores más rápidos para apoyar este desarrollo. Las empresas que ahora pueden utilizar la IA para entregar soluciones aún más poderosas a sus clientes también deberían ver una aceleración en la demanda. Pero también esperamos que las presiones competitivas se intensifiquen a medida que el aumento del poder de computación ayuda a reducir las barreras de entrada para nuevos competidores”, concluye.