2023 puede ser una oportunidad para optimizar, diversificar o mantener las carteras. Desde el equipo de las gestoras del ecosistema de Generali consideran que venimos de un 2022 muy convulso y que este año no presenta menos retos, pero sí oportunidades y deseos por cumplir, siempre en función de cuál sea el perfil, los intereses y la temática del inversor. Con ese espíritu y desde la óptica del inversor han elaborado su particular carta a los Reyes Magos.
Entre esas oportunidad, señalan aquellas firmas que buscan ofrecer rentabilidades atractivas con un modelo de alta convicción, como Aperture Investors, que ponen en sus quinielas de este año que comienza a los mercados emergentes (deuda, acciones y divisas), que se posicionan para experimentar un rally tras meses a la sombra de un dólar fuerte y subidas de tipos, sin olvidar que existen oportunidades en la dispersión e ineficiencias del mercado de crédito. “Por último, las acciones europeas con una fuerte impronta de innovación en su filosofía empresarial también serán atractivas para construir carteras en el próximo año”, indican.
Para aquellos que prefieren la inversión basada en el pasivo y una gestión de carteras multiactivos, como es el caso de Generali Insurance Management, apuntan que es preciso no perder de vista la «reapertura» de China y la esperanzadora relajación de su política de covid cero. “Una noticia positiva para todos los valores con exposición significativa en la zona: lujo, automóvil, tecnología… y la energía y las materias primas, ya que China es el mayor consumidor mundial de energía y materias primas, y cualquier apertura aumentaría significativamente la demanda y supondría una oportunidad”, afirman.
Y añaden: “Hay firmas que ven en la diversificación por clases de activos y geografías una pauta para un nuevo año y así dejar atrás las dificultades de los mercados en 2022. En este grupo de incluye Generali Investments, que identifican oportunidades en distintos activos, como la renta fija, y un entorno favorable para las estrategias multiactivo”
En la «nueva normalidad», explican que la inflación dejará de ser un fenómeno temporal ligado a la fuerte demanda postpandemia o a una cadena de suministro más difícil; y consideran que, probablemente, será una cuestión más estructural del panorama macroeconómico y más relevante en el proceso de decisiones de inversión, con los bancos centrales recobrando su papel de garantes de la estabilidad de precios.
Por otro lado, y desde la óptica de Generali Real Estate, la inversión inmobiliaria parece que será uno de los mercados más apetecibles. “El 2023 supondrá un regreso a las oficinas, pero no en cualquier formato… Los tiempos han cambiado y las necesidades laborales también. Se necesitan espacios energéticamente eficientes, cómodos, seguros y bien comunicados.
Del sector inmobiliario damos el salto al de las infraestructuras, especialidad de Infranity. Según los especialistas de esta gestora, los grandes protagonistas de este sector, visto su enorme potencial son la revolución energética y la digitalización de la sociedad. Ambas ideas de inversión salen reforzadas tras los riesgos geopolíticos más recientes”, argumentan.
En este sentido apunta que para el inversor que opte por alternativas de gran liquidez está Lumyna. Según esta óptica, una de las lecciones más destacadas de 2022 es la importancia de descorrelacionar las carteras con activos alternativos cuando la deuda y la renta variable se alían a la baja. “El crédito y la transición energética se perfilan como motores de rentabilidad para los inversores más diversificados”, matizan.
Para aquellos que busquen una rentabilidad absoluta con una estrategia sólida basada en inversiones multiactivos, Plenisfer Investments recomienda ser conscientes del entorno macro. “Nos encontramos en un momento de transición económica, energética y quizá política que ofrece diferentes oportunidades a los inversores, incluidas las relacionadas con la escasez de materias primas necesarias para la transición (cobre, níquel, zinc, etc.). Por otra parte, en lo que respecta al sector energético tradicional, creemos que las fuertes inversiones en extracción y refinado de petróleo realizadas en la última década han producido un aumento estructural de la rentabilidad que, a falta de nuevos planes de inversión, puede traducirse en buenos resultados”, afirman desde la gestora.
Por último, el equipo de las gestoras del ecosistema de Generali coincide en destacar que las inversiones ESG e ISR son valores indiscutibles para un número creciente de inversores, y por ello el foco debe ser la energía, no solo las renovables, sino también la eficiencia energética, la movilidad verde, la renovación, la construcción, y la economía circular, elementos que permitirán la transición a una economía con menos carbono, según los expertos de Sycomore AM.
“Además, aunque con cautela, existen alternativas en el sector energético, como el hidrógeno o la captura, uso y almacenamiento de carbono (CCUS), que representan una pequeña parte de la economía y solo tienen un impacto marginal en las emisiones totales. Otros sectores que se beneficiarán en 2023 son la gestión sostenible de los recursos naturales (bosques, agua…) y los servicios medioambientales”, concluyen.