Una de las preocupaciones que quita el sueño a los gestores, en particular a los de renta fija, es la posibilidad de que los bancos centrales se estén quedando cortos y no estén mostrando la suficiente determinación en su lucha contra la inflación. Según reconocen las firmas de inversión, la evolución de los tipos de interés en EE.UU. y Europa es relevante para las perspectivas de tipos de interés a medio y largo plazo en otras regiones del mundo, pero no se puede dar la espalda al trabajo que muchos otros bancos centrales ya están realizando.
«Las intervenciones monetarias se han hecho más frecuentes en los dos últimos años. Hemos visto al Ministerio de Finanzas de Japón intervenir en los mercados, y las autoridades chinas parecen estar permitiendo que el renminbi flote algo más libremente en los mercados mundiales en un intento de devaluar la moneda y ganar competitividad. Incluso se ha especulado con que algunos asesores de Trump están a favor de incluir las intervenciones monetarias en la caja de herramientas económicas del gobierno estadounidense, en caso de que el partido republicano recupere el control de la administración. Una vez que una masa crítica de países se involucra en la intervención monetaria, hay pocas ventajas en no participar», afirma Marco Giordano, director de inversiones de renta fija en Wellington Management.
México y Brasil
Habitualmente seguimos con lupa cada uno de los pasos y comentarios que provienen de la Reserva Federal de EE.UU. (Fed) y el Banco Central Europeo (BCE), pero la comprensión y impacto de la política monetaria en los mercados exige también estar atentos a qué hacen otros bancos relevantes. Por ejemplo, Nenad Dinic, analista de renta fija en Julius Baer, considera que los responsables de política monetaria en Brasil y México adoptaron un enfoque más cauteloso en los recortes de tasas, reflejando la tendencia hawkish más amplia entre los bancos centrales de los mercados emergentes. Aunque la inflación persistente y las presiones políticas siguen siendo claves para el sentimiento doméstico, apunta que el rendimiento de los activos locales ha sido recientemente dominado por las perspectivas de las tasas de interés en EE.UU.
«Las reuniones de los bancos centrales en Brasil y México fueron hawkish, con un enfoque cauteloso hacia más recortes de tasas mientras aumentaban sus previsiones de inflación y enfatizaban una orientación futura dependiente de los datos. En Brasil, el banco central (BCB) redujo su tasa de política en 25 puntos básicos a 10,50%, un ritmo de relajación más lento en comparación con los recortes anteriores de 50 puntos básicos. La decisión fue dividida, con cinco miembros a favor de una reducción de 25 puntos básicos y cuatro (todos nombrados por el presidente Lula) presionando por una reducción más grande de 50 puntos básicos. Esto expuso las grietas políticas, con analistas señalando una posible influencia del gobierno. El consenso espera otro recorte de tasas de 25 puntos básicos en junio y una tasa de política de fin de año de alrededor del 9.75%–10.00%. En México, el banco central (Banxico) optó por mantener las tasas estables en EL 11% después de que la inflación se volviera a acelerar en abril. La decisión unánime fue en gran medida esperada por el mercado. A pesar del fuerte consumo doméstico, impulsado por las remesas y transferencias en efectivo, las persistentes presiones inflacionarias y un mercado laboral ajustado obligaron a Ban», explica Dinic.
El cambio de Japón
En el caso de Japón, quien ha dado un vuelvo a su política monetaria al salir de las tasas negativas, se ha observado que los rendimientos de los bonos gubernamentales (JGB) han aumentado tras el pobre desempeño en la reciente subasta y los comentarios del gobernador del Banco de Japón. Según resume Magdalene Teo, analista de renta fija asiática de Julius Baer, el Banco de Japón está trabajando en reducir las compras de bonos, es una acción natural después de su salida de una política monetaria ultraflexible. «También es mucho más fácil que subir las tasas de interés, ya que los rendimientos actuales siguen siendo demasiado bajos y están muy por debajo de la inflación básica del 3.2%. El Banco de Japón declaró que observará los datos para confirmar el ciclo virtuoso de precios y salarios antes de realizar una subida de tasas. Esperamos que los rendimientos y la pendiente de la curva de rendimientos continúen aumentando, con más pérdidas en el extremo más largo», apunta.
Mientras el Banco de Japón (BoJ) se mantienen atento a la evolución de su divisa, y listo para intervenir, los bonos gubernamentales japoneses a 10 años han visto aumentar sus rendimientos (12 puntos básicos en un mes y 30 puntos básicos en lo que va del año) en medio de especulaciones de que la institución monetaria podría reducir sus compras mensuales de bonos de JPY6 billones y subir las tasas más pronto que tarde. «El presidente del BoJ confirmó que es apropiado reducir la cantidad de compras de JGB a medida que salen de la flexibilización. Los analistas están prediciendo un movimiento para reducir las compras de bonos que podría comenzar tan pronto como en junio, mientras que los swaps de índices nocturnos muestran un 93% de probabilidad de una subida en julio», apunta Teo.
De vuelta a Europa
Por último, volviendo a Europa, el Banco de Suecia redujo sus tasas del 4% al 3,75%, convirtiéndose en el segundo banco central del G10 en recortar tipos, adelantándose al Banco Central Europeo. Según los expertos de Julius Baer, se esperan dos recortes más este año, con los riesgos ahora más inclinados hacia más recortes. «Esto era esperado por los mercados, después de que la inflación sueca, con indicadores de inflación subyacente en 2.9% anual en marzo, haya retrocedido lo suficiente para acercarse al objetivo de inflación del Riksbank. El entorno de crecimiento doméstico sigue siendo desinflacionario en Suecia, con un crecimiento del producto interno bruto del primer trimestre que se contrajo un 0.1% trimestral, marcando el cuarto trimestre consecutivo de contracción económica. La miseria económica sueca es en parte resultado de la reacción tardía del Riksbank a la inflación creciente tras la reapertura después de la pandemia, lo que llevó a un exceso de inflación por encima del 12% anual hacia fines de 2022″, señala David A. Meier, quien es economista en Julius Baer.
En su opinión, mirando hacia adelante, se pueden esperar otras dos bajadas de tipos de aquí a final de año, hasta situar los tipos al 3,25%, pero reconocemos que los riesgos probablemente están sesgados hacia más alzas y destaca que el Riksbank probablemente bajará su tasa de política más que todos los bancos centrales del G10 este año. «Por lo tanto, la corona sueca, que ya muestra una desventaja de tasa contra la mayoría de las monedas pares, enfrenta fuertes vientos en contra. Su pequeña ventaja de tasa sobre el BCE también parece haberse evaporado. En consecuencia, la corona ha sido la moneda del G10 con peor desempeño además del yen japonés en lo que va del año y sus perspectivas de recuperación parecen limitadas en adelante, a pesar de su amplia infravaloración», añade Meier.
En opinión de Svein Aage Aanes, jefe de Renta Fija de DNB Asset Management, la evolución de los tipos de interés en Europa y EE.UU. no solo será importante para la futura trayectoria de los tipos de interés en Suecia, también lo será para Noruega, «sobre todo por su impacto en los tipos de cambio». Según explica, en el caso de Suecia, donde el crecimiento y la inflación han sido bastante débiles recientemente, esto apunta a recortes relativamente tempranos de los tipos. «En Noruega, donde el crecimiento y la inflación han sido mayores, es probable que esto ocurra más lentamente. El mercado sueco espera recortes acumulados de los tipos de interés de alrededor de un punto porcentual en los próximos 12 meses. Dada la evolución de la economía sueca y las señales del banco central, esto nos parece razonable e indica que los bonos suecos están razonablemente valorados», comenta Aanes.
Por último, es previsible que el Banco de Inglaterra baje los tipos en su reunión de finales del mayo o en junio. «Los últimos comentarios del Banco de Inglaterra apuntan a un comité altamente dividido. Algunos miembros expresan una gran confianza en que la tendencia desinflacionista general sigue intacta, mientras que otros se muestran más preocupados. Tras una reunión de mayo con un relativo consenso, es probable que esta división se aclare en junio. Seguimos pensando que una mayoría (relativamente escasa) votará a favor de un primer recorte en junio, vinculado a la constatación de que incluso un tipo de interés bancario algo más bajo sigue siendo restrictivo. Pero los riesgos se inclinan hacia un inicio más tardío, por lo que la dependencia de los datos sigue siendo elevada», señala Katrin Loehken, economista para Gran Bretaña de DWS.