El informe Megatrending – Opportunities Ahead, elaborado por Pictet Group, destaca la importancia de transformar las megatendencias en ideas de inversión. Éstas, a su vez, proporcionan capital a las actividades empresariales con potencial a largo plazo, lo que beneficia al inversor. La firma cuenta desde hace una década con un marco de megatendencias en colaboración con el Instituto de Estudios de Futuros de Copenhague, diseñado para ser aplicable a las carteras de renta variable temática y que permite el seguimiento sistemático y empírico de su evolución.
Actualmente, este marco consta de 21 megatendencias en seis grupos, con sub-tendencias adicionales. Este estudio de Pictet y el Instituto de Estudios de Futuros de Copenhague expone las causas, el estado y las oportunidades de inversión en tres de ellas: la escasez de recursos, la (des)globalización y la economía de servicios. Sus conclusiones principales son tres:
1.- Escasez de recursos
La población mundial y la economía global continúan creciendo, pero la diferencia entre la oferta y la demanda de materias primas disponibles provoca escasez en muchos lugares. El estudio de Pictet recoge que las tecnologías para un uso más eficiente del agua, como el mantenimiento de infraestructuras hidráulicas o tratamiento y gestión de agua, «ofrecen interesantes oportunidades de inversión». También las innovaciones en el ámbito de la economía circular en la industria de la construcción, donde se puede identificar la reutilización de los materiales usados en caso de demolición.
La aplicación de tecnologías de precisión e inteligencia artificial puede optimizar procesos de producción y evitar desperdicios, además de permitir un uso más eficaz y eficiente de los recursos existentes. Además, las innovaciones en la industria alimentaria incluyen nuevos enfoques para el reciclaje de productos de desecho, así como alternativas alimentarias para animales de granja, por ejemplo, a base de insectos. En la industria forestal se desarrollan soluciones a base de madera para sustituir materiales fósiles.
2.- (Des)globalización
Hay dos fuerzas impulsoras en la (des)globalización, según el informe. Por un lado, una disminución general del comercio. Por otro, los intereses de China y sus aliados, y los de los Estados Unidos, Europa y sus estados amigos, están cada vez menos alineados. Las empresas se están dando cuenta de que es arriesgado depender de suministros de países cuya relación con su país de origen se está desmoronando cada vez más. El hecho es que el comercio mundial -suma de las exportaciones e importaciones en relación con el PIB- ha ido perdiendo impulso desde 2008.
El alejamiento de China beneficia a vecinos del sudeste asiático. Un buen ejemplo es Apple, que trasladó su producción de iPad a Vietnam. La industria armamentística es una de las beneficiarias de las tensiones geopolíticas con Rusia y China. Las empresas involucradas en ciberseguridad aprovechan que Internet se convierte cada vez más en teatro de guerra.
En particular, las empresas activas en soluciones de banca móvil, especialmente en países en desarrollo, ofrecen excelentes oportunidades de inversión, al igual que las de finanzas descentralizadas. Algunas empresas industriales suizas ya han demostrado, como dice el estudio, que el problema de los elevados costes laborales se puede superar, incluso en Europa, a través de la automatización. «En consecuencia, está aumentando la demanda de soluciones colaborativas como cobots, que permiten que humanos y robots colaboren».
3.- Economía de servicios
La economía de servicios, es decir, la proporción en que los servicios contribuyen a la producción económica mundial en comparación con la industria o la agricultura seguirá ganando importancia. Esto aplica especialmente a países en desarrollo. Si logran subirse a este tren y conectarse con la economía global, es posible que se ahorren la fase de industrialización que es intensiva en capital y recursos.
Aquí, las oportunidades surgen en todo lo relacionado con los servicios de información, ya que los servicios digitales sustituyen cada vez más a las alternativas presenciales, desde la banca online a los recursos humanos. También en la denominada «hospitalidad«. Por ejemplo, las empresas hoteleras abandonan los engorrosos programas de recompensas para tentar a sus clientes con servicios de suscripción.
Detrás subyace la idea de que aunque el bienestar físico sigue siendo importante, «los consumidores han empezado a preocuparse más por su bienestar mental. La gente se da cuenta de que necesita un propósito en su vida y un trabajo que esté en consonancia con sus valores morales. Consumen más servicios como forma disfrutar de la vida y aprovechar al máximo más valioso: el tiempo», según puntualiza Steve Freedman, Head of Research and Sustainability, Thematic Equities de Pictet Asset Management en el estudio.
Sin olvidar la educación, donde los desarrolladores de software son pioneros en nuevas formas de educación accesible, incentivada gratuita y a escala mundial.