En opinión de Daniela Savoia, gestora de deuda emergente de Edmond de Rothschild AM, ahora es el momento de fijarse en la renta fija de los mercados emergentes, ya que el actual entorno macroeconómico es especialmente favorable para esta clase de activos. “Si echamos la vista atrás a las tres últimas décadas, los mercados emergentes han sido los más rentables tras los recortes de tipos de la Reserva Federal”, señala.
Según explica, de media, desde 1995 los bonos soberanos de los mercados emergentes rindieron un 7,7% en los 6 meses siguientes a la primera bajada de tipos de la Fed del ciclo de relajación, mientras que el investment grade y high yield estadounidense rindieron un 4,9% y un 2,3%, respectivamente. “Ya hemos empezado a ver una dinámica similar desde el recorte de 50 pb de mediados de septiembre de este año. En particular, África y Europa del Este han tendido a obtener mejores resultados en ciclos anteriores, por lo que son regiones a tener en cuenta”, argumenta.
En su opinión, la primera bajada de tipos del ciclo de relajación suele servir de catalizador para un ciclo de refuerzo positivo en los mercados emergentes y esta bajada de tipos abarata la emisión y refinanciación de la deuda soberana y de las empresas de los mercados emergentes. “Esto, a su vez, contribuye a reforzar su carga de intereses y sus balances. Los tipos más bajos también mejoran el acceso al mercado de algunos de los créditos de menor calificación, reduciendo aún más la probabilidad de impago”, añade.
En su opinión, esperan entradas en los mercados emergentes, como suele ocurrir tras la primera bajada de tipos. “A medida que disminuyen las yields de los tipos en los mercados desarrollados, la búsqueda de un mayor rendimiento impulsa las entradas en los mercados emergentes. Esto también mejora la situación fundamental de los emisores, lo que puede generar aún más flujos de entrada, y así sucesivamente. Los bonos soberanos de los mercados emergentes ofrecen actualmente una rentabilidad del 7,5%, superior al 10% en el segmento de high yield. Se trata de niveles que no se observan en otros segmentos de renta fija y que ofrecen una atractiva oportunidad a los inversores”, comenta Savoia.
La gestora sostiene que esto ya está ocurriendo en un momento en el que los fundamentales tanto de los soberanos como de las empresas son sólidos. “En general, las reservas de divisas de los soberanos de los mercados emergentes son hoy más sólidas que hace una década. Los dos últimos años han sido especialmente difíciles, ya que la subida de los tipos ha reducido el acceso al mercado de los países con menor calificación. En realidad, esto les obligó a mejorar sus fundamentales, ya que tuvieron que reevaluar sus presupuestos fiscales. Hoy en día, con la reanudación del acceso al mercado y la reanudación de los flujos de entrada, estos países se encuentran en una excelente situación para beneficiarse”, añade Savoia.
Por lo que respecta a las empresas, comenta que sus fundamentales siguen siendo muy sólidos, con un apalancamiento neto medio de 0,9 veces para el investment grade y de 2,4 veces para el high yield, más conservador que el de sus homólogas estadounidenses o europeas. En este sentido también esperan que los impagos sigan siendo moderados, con los niveles actuales más bajos desde antes de la crisis.
“Otro factor clave es el elemento de diversificación; esto es especialmente cierto dada la preocupación por el crecimiento en Europa y en los mercados desarrollados en general. El FMI prevé que las economías desarrolladas crezcan un 1,8% en 2025, mientras que las economías de mercado emergentes y en desarrollo registrarán un crecimiento del 4,3%”, añade la gestora de Edmond de Rothschild AM.
Según su análisis, en muchos países de mercados emergentes se registran tipos reales elevados. México, por ejemplo, registra un tipo real del 5,75%, frente a una media histórica cercana al 2%. “Esto deja mucho espacio para el estímulo económico y una mayor aceleración del crecimiento. En un mundo cada vez menos globalizado, pero cada vez más centrado en las regiones, los distintos países de los mercados emergentes pueden ofrecer oportunidades interesantes y una diversificación clave para los asignadores de activos globales”, concluye.