“Pensar en un descarrilamiento de la actividad europea por un atentado, siendo desde luego un hecho terrible, no parece lo más lógico”, dice Álvaro Sanmartín, economista jefe y asesor del Alinea Global en MCH IS. Para el experto, pesan más vientos de cola como “la debilidad del euro, la caída del crudo, los bajísimos tipos de interés y de políticas fiscales cada vez más favorables al crecimiento”, que invitan al optimismo.
Tras el atentado del pasado viernes, algunos expertos han querido dar su opinión. Para Sanmartín, “en la medida es que se quede en un hecho aislado, como todos esperamos, el impacto macro de este tipo de acontecimientos es muy limitado. Creemos que en esta ocasión ocurrirá lo mismo”.
Explica que los mercados de hecho parecen haber reaccionado con calma y eso es muy buena noticia. “La única manera que un atentado como el de Francia pueda tener efectos duraderos sobre la economía es por la vía de generar incertidumbte y desconfianza. Si esto se mantiene bajo control, repetimos, el efecto será poco perceptible”, dice.
Y pone ejemplos del pasado: “Tailandia es un buen ejemplo reciente de lo comentado hasta aquí: hace no mucho vivió un atentado que en su momento generó preocupación pero que a posteriori no tuvo casi ningún efecto económico duradero. Para muestra un botón: las cifras de crecimiento de turismo en ese país han vuelto a ser muy favorables de una forma relativamente rápida”.
Otros expertos también explican que lo ocurrido no les hace cambiar su visión positiva sobre la renta variable europea, ni siquiera la francesa. “Seguimos sobreponderando acciones francesas pues los fundamentales no han cambiado”, dice Christoph Riniker, responsable de Análisis y Estrategia en Renta Variable Julius Baer, que explica que los ataques tendrán una marca de corto plazo en los mercados, añadiendo incertidumbre y volatilidad en las próximas semanas, pero poco más.
“Ataques comparables en la historia muestran que el impacto en los mercados es de corta duración. Hemos mirado el desarrollo de los mercados tras las bombas de Madrid en marzo de 2004 y Londres en julio de 2005, similares en impacto. Las yields de la deuda pública de EE.UU. y Europa cayeron después de que aumentara la aversión al riesgo, aunque muy ligeramente”. Y recuerda que ahora el EONIA está por debajo de cero para duraciones superiores a los cinco años, lo que implica más recortes por el BCE.
“Los últimos ataques impulsarán el apoyo político del BCE para extender su balance en la reunión del 3 de diciembre. Sin embargo, advertimos en contra de invertir en deuda pública en los mercados core europeos, ante sus bajas rentabilidades”. En renta variable, sobreponderan las acciones francesas por sus fundamentales, que no han cambiado, y porque a medio plazo el mercado lo hará bien, dice.