Los inversores esperaban hoy mucho de la reunión del Banco Central Europeo y, a pesar de las nuevas medidas anunciadas por su presidente, algunos se han sentido decepcionados a tenor de la reacción bajista de los mercados. La autoridad monetaria siguió tirando de su artillería, elevando el castigo a la facilidad de depósito al 0,3% (es decir, situando el tipo de depósitos en el -0,3% para impulsar a los bancos a prestar), decidiendo la reinversión del dinero de los vencimientos (de forma que se mantenga la liquidez en el sistema) y prolongando el QE hasta marzo de 2017, que incluirá además deuda local y autonómica. Eso sí, Draghi optó por no tocar los tipos, que siguen en el 0,05%, el mínimo histórico en el que están desde septiembre de 2014.
Entonces, ¿qué han echado en falta los inversores? En primer lugar, la ampliación de la cantidad mensual de compras, actualmente limitada a 60.000 millones de euros: “Algunos inversores se muestran muy decepcionados por el hecho de que Mario Draghi no haya aumentado la cantidad asignada a las compras mensuales en el marco de su programa de compra de activos”, comenta Didier Saint-Georges, miembro del Comité de Inversión de Carmignac. Esperaban un aumento de entre 10.000 y 15.000 millones.
Y, en segundo lugar, la inclusión de bonos corporativos no financieros o bank loans en las compras, según Cosimo Marasciulo, responsable de Renta Fija Pública en Pioneer Investments. Según el experto, los anuncios de hoy “están en línea con nuestras expectativas, pero decepcionarán al mercado. Lo que no está claro es el grado de oposición para una mayor política acomodaticia en el Consejo General del BCE, y esperamos que se aclare en las próximas semanas. Los mercados se han posicionado para un BCE acomodaticio y el anuncio de hoy sugiere que hay división en el seno de la autoridad para tomar más medidas. Por lo tanto, creemos que las rentabilidades de los bonos experimentarán una presión alcista a principios de 2016”, añade.
“Los mercados financieros esperaban más en ambos aspectos, es decir, un mayor recorte de las tasas de depósito y una aceleración de las compras mensuales. Como resultado, los activos europeos vendieron agresivamente después de la reunión, mientras se producía una apreciación del euro significativa”, dice Maxime Alimi, del equipo de Research e Inversión de AXA IM.
“Draghi ha prometido demasiado y no ha hecho tanto. Los mercados no estarán especialmente impresionados. Todo el mundo estaba esperando que una vez más Draghi fuese el caballero blanco de Europa y realmente no lo ha demostrado. Las medidas de hoy equivalen a un remiendo superficial. Pueden ayudar un poco a la economía europea, sobre todo lo que se refiere al exceso de liquidez y por tanto a una política monetaria acomodaticia durante más tiempo. Pero si el BCE no va a adoptar más medidas preventivas, entonces es todavía más importante que los políticos europeos sigan adelante con las reformas en sus economías”, dice Patrick O´Donnell, gestor de Aberdeen Asset Management.
Azad Zangana, economista europeo de Schroders, cree que, en general, el BCE ha decepcionado a los mercados. “El estímulo adicional anunciado hoy puede tener un impacto ligeramente positivo sobre las perspectivas para la unión monetaria. Los inversores desprevenidos tendrán que aprender a mirar más atentamente los datos y no esperar a que el BCE vele siempre por tranquilizarles. Ahora estamos a la espera de la decisión que tomará la Reserva Federal este mes. Suponiendo que Janet Yellen siga el plan previsto y suba los tipos de interés tal y como se espera, podríamos asistir a la reanudación de la reciente tendencia bajista del euro”, dice.
Menor margen de maniobra
Desde Carmignac apoyan que el BCE “debe seguir aplicando políticas de estímulo, ya que sus objetivos de inflación ni tan siquiera se atisban y el aumento de la concesión de créditos se encuentra en niveles extremadamente débiles en la zona del euro”. Pero advierte: su margen de maniobra empieza a reducirse. “Con los bajísimos niveles en los que ya se encuentran los tipos, acelerar la expansión del balance del BCE tendría sin duda alguna un efecto adicional ínfimo sobre el crecimiento del crédito y la economía real. En otras palabras, el BCE está empezando a ver que los beneficios de sus políticas se apagan. En un contexto de creciente incertidumbre sobre el ciclo económico mundial, este hecho confirma nuestra preocupación acerca de las valoraciones en los mercados de renta variable”.
A pesar de estas opiniones, Draghi pide tiempo: “Estamos haciendo más porque funciona», dijo, pero «es necesario tiempo para apreciar realmente estas medidas«, que pretenden reforzar el momento de recuperación económica que está experimentando la eurozona y poner una muralla ante posibles ‘shocks’ que lleguen del exterior.
¿Habrá más medidas futuras?
Y con respecto al futuro hay dudas. Algunos expertos apuntan a que la autoridad tendrá que hacer más de cara al futuro, algo que ha reconocido Draghi al apuntar que «se confirma la necesidad de más estímulos monetarios para que la inflación se acerque a su objetivo del 2%». “Habrá nuevas medidas en el futuro”, comenta José Luis Martínez Campuzano, estratega de Citi en España, que explica que las medidas aprobadas suponen una condiciones financieras favorables, aunque los mercados esperaban más. “En 2016, la política monetaria seguirá muy expansiva y también la política fiscal apoyará por primera vez desde 2010. Las reformas estructurales anunciadas en los últimos meses en algunos países deberían también dar frutos y Draghi no ha fallado al dejar abierta la puerta a más medidas si es necesario, dice Olivier Arpin, economista de UBP.
“Lo importante es que se han tomado nuevas medidas de expansión cuantitativa y que hay recorrido y ha dejado la puerta abierta para tomar nuevas medidas adicionales si fuera necesario. Pero lo prudente y lo lógico en el contexto actual es evaluar en los próximos meses qué efectos van teniendo estas actuaciones en los niveles de precios, en la actividad económica, en la normalización de los flujos de crédito,… y en función de eso (y del entorno macro internacional), valorar la necesidad de continuar ampliando o no el programa”, dice Raquel Blázquez, gestora de Ibercaja Gestión.
Pero no opinan lo mismo en Ethenea, que descartan más medidas a medio plazo: “Tras esta decisión y un crecimiento constructivo y la previsión de inflación para Europa –una visión que compartimos con el BCE- esperamos que la política monetaria en Europa se mantenga sin cambios en los próximos seis meses”, dice Yves Longchamp, responsible de Análisis en Ethenea Independent Investors (Schweiz) AG.
O en Henderson, que creen que ya no hay más margen: «El BCE no ha gestionado adecuadamente su estrategia de comunicación de cara a la reunión de hoy: Mario Draghi ha realizado diversas declaraciones y se ha filtrado que se estaban estudiando 20 tipos de medidas de estímulo, lo que ha hecho que los mercados anticiparan una decisión mucho más rotunda. Se sospecha que Draghi se extralimitó en sus insinuaciones y se ha topado con una férrea oposición liderada por Alemania. Con la inflación general orientada al alza, unas encuestas que apuntan a un sólido crecimiento del PIB y un agregado monetario M3 por encima del “valor de referencia” del BCE, los mercados podrían llegar a la conclusión de que ya no hay más margen para ampliar las políticas de relajación monetaria, lo que sentaría un límite mínimo para el euro, especialmente en vista de que la presidenta de la Fed, Janet Yellen, sigue decidida a no adoptar compromiso alguno sobre una segunda subida de tipos en Estados Unidos”, comenta Simon Ward, economista jefe de Henderson Global Investors.
También dudan de la capacidad de Draghi de llevar a cabo más medidas en Columbia Threadneedle: «El BCE sabía que estaba decepcionando las expectativas del mercado. La falta de unanimidad en la decisión es importante, y la decepción del mercado también lo es, sobre todo de cara al futuro. Esto limita la capacidad del presidente Draghi para guiar a los mercados que, naturalmente, albergarán dudas sobre su poder de influencia en el Consejo de Gobierno del BCE. Desde Columbia Threadneedle Investments seguimos enfocándonos en la economía real a la hora de posicionar las carteras de nuestros clientes”, comenta Toby Nangle, corresponsable global de Multiactivos y responsable de Asignación de Activos para EMEA.
¿Lecturas positivas?
“Al mercado le han sabido a poco los cambios en política monetaria anunciados por el BCE”, afirma Felipe López-Gálvez, analista del Departamento de Marketing de Selfbank, por haber dejado en 60.000 millones el ritmo de compras mensuales cuando el mercado había venido descontando que esta cuantía se ampliase hasta 70.000 o 75.000 millones. “Podemos sacar una lectura positiva de todo esto, y es que el BCE no lo ve tan crudo como para haber tenido que anunciar medidas más contundentes. No olvidemos que las políticas expansivas estimulan la economía de manera artificial y llevan consigo un riesgo importante de provocar burbujas en determinados activos”, añade.
También en clave positiva, David Zahn, responsable de Renta Fija Europea de Franklin Templeton Investments, dice que “las medidas anunciadas hoy por el BCE son lo que el mercado necesita y están en línea con lo que esperábamos. En nuestra opinión, la ampliación del QE es la herramienta más adecuada para ayudar a la recuperación de toda la zona euro, un hecho evidente teniendo en cuenta el progreso experimentado desde el inicio del programa a principios de año. Como resultado, las rentabilidades de los bonos europeos deberían afianzarse y es probable que veamos cómo los bonos europeos superan los bonos americanos a medida que las políticas monetarias sigan caminos opuestos”.
A pesar de la decepción generalizada, para algunos la medida de extender en el tiempo el QE ha sido una sorpresa: así lo cree Valentijn van Nieuwenhuijzen, responsable de Multiactivos en NN IP, convencido, eso sí, de que el BCE tenía que tomar medidas adicionales. “La inflación sigue demasiado baja y no se podrán cumplir los objetivos de acercarla al 2% en al menos cinco años. Draghi necesita dar impulsos para acercarse a esa cifra porque cree que el riesgo de sobre reaccionar es menor que el círculo vicioso que podría abrirse si la inflación sigue cayendo e incluso se roza la deflación, algo contra lo que es mucho más difícil luchar. Ése es el ejercicio de gestión que está haciendo el BCE”, explica.