La semana pasada el foco estuvo puesto en las decisiones de los bancos de las principales economías desarrolladas, EE.UU., Japón y Reino Unido, dejando como principal conclusión que la Fed podría anunciar un primer recorte de tipos en septiembre. Sin embargo, no fueron las únicas reuniones de política monetaria relevantes. Si posamos la vista en Latinoamérica, las celebradas por las instituciones monetarias de Brasil, Chile y Colombia concluyeron con un mensaje muy diferente a las de la Fed, el BoJ y el BoE.
Según Nenad Dinic, estratega de Renta Variable de Julius Baer, los bancos centrales de estos países latinoamericanos mantienen una posición cauta. “Los responsables de la política en Brasil, Chile y Colombia expresaron preocupaciones sobre la inflación, lo que llevó a decisiones cautelosas sobre las tasas de interés”, explica Dinic.
En concreto, Brasil mantuvo su tasa de política sin cambios por segundo mes consecutivo, “destacando preocupaciones emergentes sobre la tendencia de los precios al consumidor, riesgos inflacionarios derivados de la depreciación de la moneda y la percepción del mercado sobre las perspectivas fiscales”, matiza el estratega de Julius Baer.
En contraste, señala, “Chile pausó inesperadamente su ciclo de relajación después del recorte de tasas de 25 puntos básicos en junio, enfatizando el aumento de los costos de energía y el hecho de que la mayoría de los recortes de tasas planificados ya se han implementado”.
Por último, Dinic destaca que Colombia continuó con un recorte de tasas de 50 puntos básicos como en las tres reuniones anteriores, pero la votación dividida 5-2 entre los miembros de la junta sugirió resistencia a acelerar el ritmo de futuros recortes.
Ahora bien, ¿qué implicaciones tiene esto para el inversor? “Aunque los recientes desafíos políticos y fiscales han pesado mucho sobre los activos latinoamericanos, esperamos que el panorama mejore, impulsado por condiciones externas favorables, como datos económicos positivos de EE.UU. y el inicio del ciclo de relajación en EE.UU. El miércoles, el presidente de la Fed, Jerome Powell, insinuó un posible recorte de tasas tan pronto como en septiembre, lo que a su vez debería aliviar la presión de depreciación sobre las monedas latinoamericanas y allanar el camino para una mayor flexibilización”, argumenta Dinic.
Además, según su análisis, los primeros recortes de tasas en EE.UU. pueden desencadenar un movimiento crucial para los activos de riesgo en la región. “Dado que creemos que el desafiante panorama fiscal y político ya se ha reflejado plenamente en el mercado tras la importante desvalorización de las acciones, mantenemos nuestra calificación de sobreponderar para las acciones brasileñas y chilenas”, afirma.
También se muestra segura en que su calificación de sobreponderar para la deuda latinoamericana en moneda fuerte debido al crecimiento aún resiliente, la menor inflación y el esperado apoyo del ciclo de relajación de la Fed en septiembre. “Los riesgos para nuestra calificación incluyen un deterioro en el panorama de la inflación que llevaría a los bancos centrales a aumentar las tasas, preocupaciones fiscales y un debilitamiento de los sistemas de controles y equilibrios de los países”, concluye Dinic.