En un mercado en el que cualquier atisbo de presión inflacionista es sinónimo de estrés, gestionar un fondo multiactivo significa dos cosas: mantener una liquidez elevada a la espera de que aparezcan oportunidades y aprovechar al máximo el potencial de la renta variable. Es la conclusión a la que podemos llegar tras escuchar a Lewis Aubrey-Johnson, director de productos de renta fija de Invesco. «Cualquier inversor en renta fija debe estar en un fondo que invierta en renta variable», afirma Aubrey-Johnson durante un encuentro informativo.
Es el caso del Invesco Pan European High Income Fund con una asignación superior al 30% en renta variable y del Invesco Global Income Fund, en el que el peso de la renta variable supera el 65%. Mientras el primero ha obtenido un retorno del 5,82% con una exposición a bolsa del 20%, el segundo ha superado el 9% de rentabilidad invirtiendo cerca del 40% en renta variable en el último año.
Con todo, este experto explica que prefieren mantener baja su exposición a bolsa, sin superar el 40%, respecto a otros fondos mixtos, porque creen que «no es el mejor momento para tomar demasiado riesgo en la cartera». De hecho, el experto destaca que la reducción del riesgo ha sido constante desde hace un año.
En renta variable…
La exposición al mercado de acciones le lleva a tomar posiciones en sectores cíclicos como el energético, financiero, industrial y telecomunicaciones, infraponderando el consumo y la tecnología por sus elevadas valoraciones. Novartis, Roche, Orange, Total, BNP, Allianz o Sanofi figuran en el top ten del Invesco Pan European High Income Fund. En el caso del Invesco Global Income Fund encontramos un mayor peso de petroleras como Chevron, Shell o Statoil o de bancos como JP Morgan, Intesa o ING.
En cuanto a la liquidez, también se ha ido incrementando en ambos productos hasta situarse entre el 23,5% y el 26,8% (a enero de 2018) a la espera de encontrar oportunidades. «Nos preparamos para contar con suficiente cash para cuando aparezcan mejores oportunidades», señala Aubrey-Johnson.
En renta fija…
En renta fija, la estrategia es constructiva sobre el crédito corporativo ya que, en su opinión, «los fundamentales lo apoyan con buenos balances, tasas de default bajas y tendencias seculares», aunque no hay que olvidar, matiza, que «el BCE continúa todavía con su programa de compras». «Los inversores están recibiendo un cupón muy bajo y más deuda, lo cual es un indicador cíclico», añade. Las mejores oportunidades las encuentran en high yield, deuda subordinada financiera (tanto bancos como aseguradoras) y mercados emergentes.
De hecho, las tasas de default en high yield siguen mostrando fortaleza una vez superada la crisis del sector petrolero en EE.UU. y la tasa global ha caído al 2,9% a finales de 2017 frente al nivel del 4,4% de un año antes. Según Moody’s en EE.UU. todavía la veremso descender hasta el 2,4% mientras que en Europa alcanzará el 1,2%.
Momento de transición
Nos encontramos, afirma Aubrey-Johnson, en un momento de transición desde una economía dominada por los bancos centrales a una economía en el que los datos tengan un mayor peso. «Es importante ver cómo se hará esa transición», destaca, en un escenario de crecimiento como el actual. «El 70% de los países desarrollados están creciendo por encima de la media, pero sin embargo no tiene impacto en la inflación. Deberíamos ver un repunte y eso percibimos cuando hablamos con empresas en Europa», argumenta.
Sin embargo, esto es a su vez un motivo de tensión porque «el mercado está muy centrado en cualquier signo de aumento de la inflación». Es decir, los inversores deben dedicir si las fuerzas estructurales actuales como la tecnología o la globalización van a mantener la inflación baja durante décadas. «Hay una recuperación cíclica de la inflación, pero no un cambio de escenario», concluye este experto.