Reforzar los mercados europeos de capitales requiere una revisión de la legislación para poder garantizar el abaratamiento del capital y liquidez. Las grandes reformas que se están proponiendo actualmente pueden significar una oportunidad para aumentar el atractivo y resistencia de los mercados de capitales, que son fundamentales para fomentar el crecimiento económico en un entorno macroeconómico cada vez más volátil e incierto.
Los líderes políticos de la Unión Europea (UE) han puesto el foco recientemente en el proyecto de Unión de Mercados de Capitales (UMC) para proporcionar una financiación eficaz y canalizar el ahorro e inversiones extranjeras de Europa, en pro del crecimiento económico. La intención de sacar adelante esta propuesta se anunció días antes de las recientes turbulencias que ha sufrido la banca, lo que ha vuelto a repercutir en la confianza de los inversores.
Con la subida de los tipos de interés, la menor capacidad de los bancos para financiar la economía y unos presupuestos públicos más restringidos, los mercados de capitales importan más que nunca. Unos mercados de capitales fuertes desempeñan un papel económico clave como motores del crecimiento y la creación de riqueza, pero también suponen una resistencia frente a choques exógenos.
Hasta ahora, la UMC no ha logrado reducir la excesiva dependencia existente de la financiación bancaria ni ha conseguido movilizar el capital de los ciudadanos europeos. Una estructura de mercado sólida es fundamental para atraer la participación sostenible, tanto de emisores como de inversores, dentro del ecosistema de los mercados de capitales. El llamamiento constante de la UE en favor de unos mercados de capitales fuertes exige un ecosistema de cotización y negociación sólido, en el que la equidad y la transparencia se mantengan al más alto nivel.
La propuesta de Ley de Cotización ha sido un paso bien recibido en este sentido, ya que las propuestas actuales mantienen un equilibrio eficaz, que permiten proporcionar a los inversores la información que necesitan y haciendo que las cotizaciones sean más eficientes y eficaces, permitiendo a las empresas cotizar en Europa. «Esto debe ser una llamada de atención para que la cotización vuelva a ser atractiva, con requisitos menos onerosos», afirmó Petr Koblic, presidente de la FESE.
La tan esperada Estrategia de Inversión Minorista también será crucial para movilizar los ahorros de los ciudadanos de la UE y aumentar la liquidez de los mercados de capitales de la UE. Además, desde la FESE aseguran que será necesario movilizar la base minorista para tener niveles de participación como los de los países anglosajones, reduciendo el coste del capital para los emisores y mejorando la rentabilidad para los inversores.
Más abajo en la cadena de valor del mercado de capitales de la UE, la actual revisión de MiFID II/MiFIR es una oportunidad para crear los mercados de capitales fuertes y líquidos que Europa necesita para financiar la innovación y la transición sostenible. Abordar las principales deficiencias de la estructura del mercado de la UE, mejorando la transparencia del mercado, la equidad para todos los inversores, especialmente los minoristas, y lograr un equilibrio entre los modelos de negociación y los efectos secundarios negativos de la fragmentación debería ser la prioridad fundamental de la actual revisión, que enmarcará el funcionamiento de los mercados de capitales de la UE durante la próxima década.
La cinta consolidada debe diseñarse cuidadosamente. Tiene el potencial de apoyar todos los casos de uso no comerciales de los participantes en el mercado (desde la gestión de la emisión hasta la valoración de la cartera, la supervisión de la mejor ejecución y la gestión post-negociación), a través de una alimentación en tiempo real de información y la inclusión de información pre-negociación en el momento de la ejecución de la transacción (de acuerdo con la propuesta del Consejo). Sin embargo, como demuestran las cintas estadounidenses, esta cinta consolidada no debe percibirse como una solución mágica a los problemas actuales de desigualdad de condiciones para los inversores, negociación en la oscuridad y fragmentación en la UE. La inclusión de datos pre-negociación en tiempo real, según la propuesta del Parlamento Europeo, en estas condiciones solo distorsionaría aún más la estructura del mercado de la UE.
Para abordar los problemas de transparencia y equidad de la negociación será necesario reforzar el marco de protección de los inversores, con una prohibición formal del pago por flujo de órdenes y una cuidadosa formulación del régimen de internalizadores sistemáticos, a fin de garantizar que se limite la negociación alejada de los precios indicados, según la propuesta del Parlamento.
«Los responsables políticos tienen una última oportunidad, en el marco del mandato actual, de mejorar el entorno normativo de los mercados de capitales con coherencia, de modo que Europa aumente su competitividad y resistencia. Las normas sobre la estructura del mercado y la cinta consolidada deben ir de la mano; tienen que estar bien sincronizadas y calibradas, un aspecto que hasta ahora no han debatido los responsables políticos», afirmó Rainer Riess, director general de la FESE.