En la tercera jornada del foro virtual “Invested in Connecting” de Janus Henderson, la renta fija fue la protagonista. Durante su intervención en el evento, Jenna Barnard y John Pattullo, directores del equipo de renta fija estratégica y gestores de la estrategia Janus Henderson Horizon Strategic Bond, explicaron cómo han gestionado la incertidumbre que se ha generado en los mercados tras la pandemia, así como la importancia de la inclusión de los factores ESG en su cartera.
¿Cómo gestionar la incertidumbre de una pandemia?
A principios de marzo, una vez comenzó la crisis del coronavirus, el equipo gestor de la estrategia Strategic Bond diseñó un plan para abordarla. Según explicó Jenna, la estrategia entró en ese periodo con un enfoque muy defensivo en términos de su exposición al crédito. En aquel momento la cartera tenía alrededor del 60% de la beta de un índice de renta fija de grado de inversión. A lo largo del mes de marzo, el equipo gestor fue incrementando la exposición al crédito día tras día y semana tras semana.
“Para dar una idea de la escala del movimiento que se realizó en la cartera, comenzamos el año con un 60% de la beta de un índice de deuda de grado de inversión y en la segunda semana de abril, teníamos en la cartera una exposición a un 150% de la beta. Como resultado, las rentas percibidas por el fondo subieron de forma significativa y en la actualidad, la rentabilidad de distribución del fondo es aproximadamente del 3,5%”, dijo Jenna.
La principal razón que explica este movimiento es la creencia por parte del equipo gestor de que la crisis del coronavirus sería un catalizador para la “japonización” del mercado de crédito en Estados Unidos. En la opinión de los expertos de Janus Henderson, la respuesta política a la pandemia fue crítica.
“Aquellos bancos centrales que no tenían unos tipos de interés a cero o en nivel negativo, recortaron sus tipos y anunciaron nuevos programas de relajamiento cuantitativo. En concreto, pensamos que la Reserva Federal entraría a comprar deuda corporativa con grado de inversión, algo que hasta ahora no había hecho. Dado que la actuación era la respuesta a una crisis sanitaria no había riesgo moral del que preocuparse por parte de los bancos centrales. Por ese motivo, pensamos que inyectarían una enorme cantidad de liquidez en el sistema”, añadió.
La “japonización” de Estados Unidos
Según indicó Jenna, entre 2015 y 2018, se ha vivido una extraña situación en los mercados de deuda, donde la mayoría de los países en el mundo desarrollado habían recortado tipos de interés. Sin embargo, al margen del resto de economías, Estados Unidos y Canadá comenzaron un ciclo de subida de tipos. Tanto la Reserva Federal como el Banco de Canadá creían en que se materializaría la teoría de la curva de Phillips, ambos bancos centrales pensaban que en algún momento la inflación salarial repuntaría y trasladaría esta inflación a los precios del consumidor. En respuesta, se anticiparon a una posible subida de la inflación con un ciclo de subida de tipos.
Sin embargo, se ha demostrado que la curva de Phillips ha quedado obsoleta y que la actuación de Estados Unidos y Canadá era anecdótica. En un entorno en el que el resto de los bancos centrales han mantenido los tipos de interés en mínimos históricos, los bancos centrales de Estados Unidos y Canadá se han visto forzados a cambiar su estrategia. Este cambio de postura comenzó antes de la pandemia y ésta no ha hecho más que acelerar el proceso. Tanto la Reserva Federal como el Banco de Canadá han adoptado ahora la visión japonesa, es decir, que los tipos permanecerán en los niveles actuales por al menos 5 años.
En ese sentido, el equipo gestor de Janus Henderson desarrolló un enfoque no convencional en renta fija. En los últimos diez años, los expertos han estado en desacuerdo con la visión sobre la duración que sostenía la narrativa del mercado, que implicaba que la deuda soberana estaba experimentando una burbuja y que los tipos de interés subirían.
“Durante una década nos hemos mantenido firmes en nuestra postura defendiendo los bonos soberanos y la duración, con la idea de que los tipos de interés se mantendrían más bajos por más tiempo”, defendió Jenna.
Un enfoque en la calidad
El equipo gestor percibió la crisis del COVID-19 como una oportunidad única de compra de bonos corporativos de calidad, dentro del universo de grado de inversión. Así, comentaron que invirtieron en empresas relativamente aburridas en sectores defensivos que pueden ser consideradas titanes a nivel global.
“En estas compras hemos excluido deuda de empresas altamente cíclicas. En la actualidad, muchas de las empresas que pertenecen a estas industrias cíclicas tienen un rendimiento sobre el capital por debajo de su coste -por ejemplo, aerolíneas, transporte de mercancías, automovilística, energéticas y de “shale” gas-. Estas empresas han destruido valor tanto para los accionistas como para los bonistas, pues no tienen un nivel de apalancamiento adecuado y ofrecen un nivel muy pobre de rendimiento sobre el capital”, comentó John.
“Tratamos de asignar capital en empresas de calidad, de gran capitalización y no cíclicas porque no decepcionan. La estrategia ha tenido un buen resultado pese a la pandemia porque no tenía exposición a estas empresas altamente cíclicas. La evidencia histórica muestra que debes ser cauteloso con los negocios de naturaleza cíclica en un mundo de menor inflación y menor crecimiento”, explicó.
Los gestores de Janus Henderson expresaron que sienten que tienen un estilo muy definido y que se sienten muy cómodos dentro del espacio de calidad. En los últimos años, mientras muchos gestores de renta fija estaban posicionados en deuda high yield y bastante cortos en duración, el equipo gestor de Janus Henderson movió su asignación al crédito de calidad y su sensibilidad a la duración.
“Creemos en una gestión muy activa. No estamos condicionados por un índice de referencia que pueda contaminar la toma de decisiones y las posiciones en la cartera. Tenemos un enfoque muy radical en los títulos en los que invertimos y eso hace una diferencia muy significativa porque una gran parte del índice en nuestra opinión no es invertible. Además, como equipo gestor, Jenna y yo tratamos de ser muy transparentes, así como de ser accesibles y comunicar, compartiendo nuestras opiniones cuando interactuamos con los clientes”, agregó.
La importancia de los factores ESG
La crisis provocada por la pandemia ha cimentado el papel de los factores ESG y de la importancia de seleccionar títulos en base a la sostenibilidad de las empresas. Según afirmó Jenna, los factores ESG representan una exposición a factores de calidad y estos factores de calidad han tenido un muy buen desempeño durante la crisis del coronavirus.
“Hemos continuado con el mismo proceso de selección que teníamos hasta ahora. Los criterios ESG siguen siendo aplicados rigurosamente en nuestro fondo y creemos que la crisis del COVID puede servir de caso de estudio para determinar por qué se necesita integrar los factores ESG en el proceso de selección y por qué funcionan en tiempos de crisis”, completó.