ING ha rebajado las perspectivas de crecimiento para España al 2% en 2019 debido no solo al contexto de inestabilidad en Europa sino también a la propia situación política del país con un gobierno en minoría y las leyes proteccionistas que limitan las exportaciones. En opinión de James Knightley, economista jefe internacional de ING y Steven Trypsteen, economista de la entidad para España y Portugal, «aún estamos creciendo, pero podríamos decir que estamos ante el final del juego”.
Para Trypsteen, «en Europa se ven claros factores que debilitarán la economía de la eurozona, como el brexit, las políticas proteccionistas, los presupuestos italianos y la incertidumbre política, que crean dudas e inestabilidad y afectan a la confianza de consumidores e inversores.
En España a estos problemas se suman otros tres que, según el economista, también contribuyen a ralentizar el crecimiento: “Las leyes proteccionistas que limitan la exportación, aspecto clave para un país como España, la incertidumbre política causada por Cataluña, un gobierno minoritario y unas posibles elecciones hacen que la confianza de inversores y consumidores se desplome y vemos que el optimismo disminuye”, afirma.
A esto el experto añade otros aspectos como la deuda pública española, que se sitúa en un 98% del PIB, el elevado empleo temporal y la escasa inversión de las empresas en formación de los trabajadores. Con todo, Trypsteen cree en que un escenario de recesión es todavía bastante improbable.
EE.UU., divergencia entre salarios, crecimiento y déficit
En opinión de James Knightley, especializado en brexit y EE.UU. la situación de país norteamericano supera a las demás, tanto en términos económicos como políticos. “El contraste entre Europa y Estados Unidos es fuerte, ambos han tomado direcciones muy distintas y lo que más sorprende es que mientras EE.UU. fue la cuna de la crisis mundial, el país salió mucho más ileso de ella que Europa”.
«Estados Unidos va a tener muchos vientos en contra, como el sector inmobiliario o la inversión de las empresas, que debilitarán su economía. Sin embargo, todavía es una incógnita, hasta qué punto arrastrará al resto de economías.
Según Knightley hay un factor que hay que tener en cuenta a medio y largo plazo y es la divergencia entre salarios, crecimiento y déficit. «Normalmente cuando la economía va bien el déficit baja, pero en el caso de EE.UU. está sucediendo lo contrario. Mientras se baten records mínimos en las tasas de desempleo, el déficit va a alcanzar un 5% y éste es uno de los riesgos en los que hay que poner atención”, afirma.
Guerra comercial y brexit
Los economistas de ING afirman que China está adoptando medidas para impulsar y proteger su economía y se está preparando para una batalla de larga duración. «Esto me hace creer que no se hará lo que Trump quiera y las cosas primero se pondrán peor, para luego, mejorar”, afirma Knightley, que se muestra convencido de que este conflicto tendrá un impacto negativo en el crecimiento mundial y también afectará a Europa.
En cuanto al brexit, Knightley opina que hay claras señales de que no se va a resolver rápido, pese a que solo este año ha restado a Reino Unido un 1,5% de crecimiento. Además, el experto advierte de que el escenario de un «hard brexit» es, en su opinión, totalmente inviable. “Si no hay un mercado unido, los barcos de mercancias que llegasen a Reino Unido tendrían que detenerse durante 50 minutos para hacer papeleo antes de desembarcar. Un hard brexit es físicamente imposible para Gran Bretaña” ha aclarado Knightley.
Y España sería, en este sentido, un país vulnerable en materia de turismo. «Los ingleses quieren y seguirán queriendo veranear en España, pero si su economía no va bien, el turismo, vital para la economía española, se resentirá», concluye Knightley.