Los portfolio managers de ING Investment Management (ING IM), administradora de activos que cuenta con 1.500 millones de euros en estrategias de renta variable sostenible, consideran al capital humano como un motor de valor importante para lograr un mejor binomio rentabilidad-riesgo en el largo plazo. El capital humano, que abarca factores tales como el talento, la formación, la satisfacción de los empleados, las condiciones de trabajo, las relaciones laborales y la diversidad, es probablemente el activo intangible más valioso de una organización, dice Nina Hodzic, especialista senior en ESG (Environmental, Social and Governance) de ING IM.
Las investigaciones indican que los activos materiales y financieros que se contabilizan en el balance de una empresa tradicionalmente comprenden menos del 20% del valor real promedio de la misma. El 80% restante se compone de recursos intangibles como el capital humano, las aportaciones de los accionistas, las prácticas de gobierno o dirección estratégica y los factores medioambientales. El enfoque de ING IM combina el análisis financiero con un análisis riguroso de los riesgos ocultos de la inversión y así como los motores de generación de valor que determinan qué empresas serán ganadoras a largo plazo.
Nina Hodzic comenta: “El capital humano, sobre todo la satisfacción del empleado, es uno de los principales motores de generación de valor en muchos sectores. Los empleados felices están más comprometidos y son más fieles a la empresa. Una rotación de personal baja significa que los empleados buenos se quedan y son más productivos. Generalmente, esto tiene un impacto positivo en el rendimiento de la empresa a largo plazo, ya que conduce a una generación mayor de los flujos de caja futuros y a un riesgo menor. Esto está respaldado por un número creciente de estudios académicos. Por ejemplo, Edmans [2011] muestra que las empresas que fueron clasificadas como las mejores para trabajar en América producen un alfa anual del 3,5% por encima de la tasa libre de riesgo. Las mejores empresas para trabajar exhiben también más sorpresas positivas de beneficios, y un mayor número de reacciones al alza en su precio que otras empresas del sector.
Hodzic continúa: “A medida que las economías occidentales progresan desde la empresa intensiva en capital, a menudo combinadas con trabajadores no cualificados, hacia el modelo de empresa intensiva en capital humano, que emplea a personal altamente cualificado e innovador, el inversor necesitará nuevas metodologías para evaluar los puntos fuertes intelectuales y creativos de la empresa y del capital humano que la constituye.
Con el fin de mantener las ventajas del capital humano, ING IM está convencida de que las empresas deben dedicarse a incrementar la capacitación y el desarrollo y a fomentar pasión y propósito, ya que, cada vez más, los jóvenes buscan “un trabajo más significativo” en beneficio de la sociedad en general. La diversidad también es vista como una fuerza cada vez más importante para que las empresas lleguen a comprender las necesidades de aquellos a quienes pretenden proveer de servicios, subrayó la administradora de activos.
Hodzic puntualizó: “El número de jóvenes clasificados como NI-NIs (NI estudian NI trabajan) es un gran problema para los gobiernos y para las empresas del sector privado. Las universidades, los gobiernos y las empresas tendrán que trabajar juntos para asegurar que los jóvenes tengan acceso a la formación y a las habilidades necesarias para tener éxito en un ambiente cada vez más centrado en el capital humano, y en un mercado de trabajo cada vez más competitivo”.
ING IM puso en marcha su primera estrategia de renta variable sostenible en abril de 2000, lo que la convierte en una de las primeras estrategias globales de ISR (inversión socialmente responsable) disponibles en Europa.