En su reunión de mayo, el Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) decidía mantener su política de tipos de interés sin cambios en base a que los datos de crecimiento económicos y de creación de empleo en Estados Unidos habían permanecido en línea con las expectativas de la Reserva Federal. A pesar de que los datos de inflación habían sido un poco más débiles, esta debilidad fue atribuida a factores transitorios, por lo que el Comité consideró apropiado mantener el rango de tipos actual, descartando movimientos en cualquier dirección, ignorando las especulaciones del mercado.
En su reunión de junio, se dará a conocer un nuevo resumen de las proyecciones económicas. Entre tanto, ¿pondrán fin los grandes bancos centrales al endurecimiento cuantitativo? La amenaza de aranceles comerciales ha vuelto, en un momento en que el crecimiento global ya está bajo estricta vigilancia. Si esta amenaza persiste, los bancos centrales podrían mostrarse incluso más prudentes este año. Durante las últimas reuniones de T. Rowe Price sobre política monetaria, el equipo de inversión analizó estos acontecimientos y sus repercusiones.
En 2019, varios bancos centrales, incluida la Reserva Federal, se han tomado una pausa en sus subidas de los tipos de interés. Otros, como los de Malasia y Nueva Zelanda, han llegado incluso a anunciar nuevas medidas de estímulo, incluidas bajadas de los tipos de préstamo oficiales. “Había indicios de que el endurecimiento cuantitativo estaba llegando a su fin, incluso antes de que las negociaciones comerciales se frustraran”, afirmó Arif Husain, gestor de carteras y director de renta fija internacional. “Pero las negociaciones arancelarias generan incertidumbre y contribuirán a la moderación de los grandes bancos centrales”.
En un entorno de crecimiento débil, los aranceles pueden seguir frenando el impulso, ya que tienen a actuar como mecanismo de endurecimiento financiero. Para contrarrestar estos posibles efectos negativos, la mayoría de los bancos centrales de los países desarrollados tendrían que optar por la prudencia. Según Husain, “las tensiones arancelarias actuales reafirman la perspectiva de que los bancos centrales de los países de los mercados desarrollados podrían tener que moderar su política”.
Además, el fin del endurecimiento cuantitativo supondría un cambio de régimen importante en los mercados financieros. En renta fija, esto mejoraría considerablemente las posibilidades de que la deuda pública core genere rentabilidades positivas y vuelva a funcionar como “refugio seguro”.
“La pausa de la Fed ha provocado nuevos mínimos en los rendimientos de los bonos del Tesoro de EE. UU., por lo que los tipos tienen mayor margen de repunte durante las fases de tensión en los mercados”, señaló Husain.
Por lo que respecta a la construcción de la cartera, esto significa que las posiciones en duración pueden volver a ser una buena forma de diversificar la asignación de activos de los inversores. “Hemos vuelto a un contexto en el que la duración puede ayudar a los inversores a diversificar sus inversiones, reduciendo el riesgo de la renta variable”, señaló Husain. “Esto es importante para la construcción de la cartera, pues significa que ya no tenemos que depender tanto de un posicionamiento defensivo en los mercados de crédito para lograr la diversificación con respecto a la renta variable de nuestras estrategias de renta fija”.
El equipo de T. Rowe Price comentó que una opción atractiva en el entorno actual podría ser añadir riesgo de duración en países que podían subir los tipos a principios de año. Suecia y Corea del Sur serían los principales ejemplos, pues sus bancos centrales han cambiado el rumbo rápidamente. También hay que tener en cuenta los bancos centrales que no variaron los tipos, pero que ahora esperan bajarlos. Por ejemplo, Australia, aunque no es seguro que una rebaja de los tipos de interés vaya a ayudar a su economía sin un repunte económico de su principal socio comercial, China.
Sin embargo, no todos los bancos centrales van a desechar sus planes de endurecimiento monetario y la asignación geográfica selectiva seguirá siendo un aspecto fundamental de la gestión de la duración. “Es más probable que países como Noruega y el Reino Unido suban los tipos en el futuro, debido a las presiones inflacionistas locales”, comentó Husain.
La idea de que el endurecimiento cuantitativo esté llegando a su fin también podría tener un gran efecto en los mercados de divisas, aunque cabe destacar que el dólar estadounidense se ha mantenido bien en lo que va de año, a pesar de la pausa de la Fed en su ciclo de endurecimiento. “Al contrario de lo esperado, la pausa de la Fed no ha provocado un fuerte repunte de las otras divisas con respecto al dólar estadounidense”.
A pesar de su ralentización, el crecimiento de EE. UU. sigue siendo superior al de la mayoría de los otros países desarrollados. Esto ha resultado favorable para el dólar por ahora. “Curiosamente, la pausa del ciclo de endurecimiento de la Fed ha aumentado el atractivo de la renta fija estadounidense”, señaló Husain, añadiendo que, además, el coste de la cobertura de activos estadounidenses en otras divisas se ha reducido, ya que los mercados han descontado las subidas de los tipos de interés.
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