Una de las últimas encuestas elaborada por BofA Merrill Lynch Global Research apunta que el mercado de bonos corporativo se encuentra en un “viaje de ida y vuelta”. De hecho esperan unos rendimientos del 1,5% para la deuda investment grade y un 2% para el high yield. Esto no quiere decir que el contexto de mercado vaya a ser sencillo.
“Seguimos opinando que los primeros meses de 2019 serán el período más vulnerable para los diferenciales, dada la combinación del crecimiento superficial de la zona euro, la falta de compradores de bonos marginales y la carga frontal de la oferta. Además nos vamos a ir encontrando con numerosos cambios que van a pesar en el mercado. El mundo se encamina a un contexto menos líquido dado la reducción de los balances de los bancos centrales y la caída en la oferta monetaria global sugiere que las sorpresas en los datos económicos seguirán siendo sesgados a la baja”, señalan desde BofA Merrill Lynch Global Research.
Esto generará cierto “dolor de cabeza” a los inversores y para las empresas emisoras de deuda. Ahora más que nunca, los problemas políticas y la normalización de la política monetaria están más con los sectores de automoción, industria, energía y telecomunicaciones. En estos sectores, los emisores tienen una mayor proporción de deuda inicial y, por lo tanto, pueden verse tentados a optar por una nueva emisión para asegurar la refinanciación, lo que afecta a los precios de las emisiones secundarias. También vemos un mensaje claro para el mercado de renta variable en la actualidad: los costes de la deuda son más altos de lo que se cree y es posible que las expectativas de EPS deban reducirse para reflejar esto”, añade la firma.
En opinión de BofA Merrill Lynch Global Research, el mercado de crédito europeo no va a ser el único que tenga que buscar nuevos compradores, los mercados de deuda soberana están en la misma tesitura. “Los mercados soberanos también necesitarán compradores de deuda, más aún cuando estamos viendo un pequeño impulso fiscal no coordinado en la zona euro. El desplazamiento a través de los mercados de bonos será evidente en 2019. Pero si las expectativas de inflación disminuyen, los mercados corren el riesgo de volver a preocuparse por los niveles de deuda global. Desde la crisis de Lehman, el mundo se ha convertido en un lugar con 62 billones de dólares más de deuda y con nuevas vulnerabilidades para Europa”, concluye la firma.