Si queríamos algo con lo que medir el nivel de salud de la economía global en la última década, el consumo de petróleo es un buen candidato. El consumo aumentó en más de un 14% desde 2009 hasta los 97,2 millones de barriles diarios el año pasado, en línea con el crecimiento económico global. Y de cara al próximo año, la Agencia Internacional de la Energía prevé que la demanda alcance los 100 millones de barriles por día en 2019.
En opinión de Stéphane Monier, jefe de inversiones de Lombard Odier, esta tendencia remarca la solidez de la recuperación desde la crisis financiera, y sugiere que el desafío para el petróleo es la oferta. “Comparando las cifras de almacenamiento de petróleo con los niveles más bajos de demanda desde enero de 2015 y por debajo del promedio a cinco años, Estados Unidos, China e India han pedido un aumento del suministro para evitar una escasez peligrosa desde el punto de vista económico”, destaca Monier. ¿Podríamos en un escenario de desequilibrios entre oferta y demanda de petróleo?
Según el jefe de inversión de Lombard Odier, las decisiones políticas de la OPEP sí podrían conducirnos hacia un desequilibrio de este mercado. Según explica, a principios de julio, “la OPEP y Rusia llegaron a un acuerdo hace para aumentar el suministro por un millón de barriles por día como máximo a partir del 1 de julio. El acuerdo superó la resistencia de Irán, el tercer productor más grande de la OPEP, que se enfrenta a una caída de la producción a medida que se avecina la reimposición de sanciones por parte de Estados Unidos”.
Esta decisión llegó después de que desde enero de 2017 el precio del petróleo haya ido subiendo, en parte por falta de oferta. De hecho, la fuerte demanda, los recortes de producción durante el año pasado y las tensiones geopolíticas han contribuido a impulsar los precios a unos niveles cercanos a los máximos de tres años y medio.
En cambio, de cara a 2019, la gestora espera un equilibrio entre oferta y demanda , suponiendo que no haya disrupciones. “Las reservas, en términos absolutos, pueden crecer modestamente mientras se mantienen por debajo del promedio a cinco años. En un contexto de capacidad más limitada y una falta de inversión apreciada en el sector estos últimos años, el petróleo podría volverse más sensible a ciertas alteraciones y cuestiones geopolíticas”, apunta en sus previsiones.
Según Monier, esta perspectiva sobre el mercado del petróleo y el alza de su precio no desincentiva su interés por el mercado de materias primas. “Nos siguen gustando como un activo que puede ofrecer a los inversores una cobertura frente a riesgos geopolíticos y de inflación dentro de una cartera multiactivos. Nuestra
perspectiva sobre el petróleo se mantiene neutral, con un precio objetivo de 70 dólares. La OPEP se mantiene claramente comprometida con este nivel de precios, lo que transmite tranquilidad tanto a productores como a consumidores.
También creemos que los fuertes retrocesos de la curva de rentabilidad de los futuros, donde los precios de los futuros son más bajos que los precios esperados al contado, ofrece una oportunidad interesante para los inversores en el mercado del petróleo”, sostiene Monier.