La evolución de los fundamentales del Reino Unido y la negociación en torno al Brexit son dos de los aspectos que más vigilan los inversores en Europa. Aunque el último dato macro hecho público, correspondiente al nivel de desempleo, arroja buenas impresiones, no por ello logró estimular la recuperación del valor de la libra esterlina.
“Los bajos niveles de crecimiento de la productividad en conjunto con la reducción de los trabajadores contratados han contribuido a la caída en el crecimiento de los salarios al 2,4% en junio. La moderación del promedio de las ganancias semanales no es un buen augurio para la libra antes de la lectura de inflación de julio. Actualmente, los salarios están creciendo al mismo ritmo que los bienes de consumo, y con la inflación que se espera que aumente”, explica Simon Harvey, analista de Monex Europe.
Según los analistas de la firma, el nivel bajo de desempleo durante las última décadas, está en línea con las proyecciones del Banco de Inglaterra de cara al tercer trimestre. En julio, la tasa de inflación de referencia se ubicó en el 1,8%, en línea con lo registrado en la zona euro, que se situó en el 1,1%. Una senda de crecimiento que se ha producido en respuesta al aumento de los precios del petróleo.
De cara a lo queda de año, desde Monex Europe siguen apuntando que el Brexit es y será el principal evento al que se enfrentará el Reino Unido, más allá de afrontar el reto de mantener sus fundamentales. En este sentido, señala varios escenarios a los que el país se podría enfrentar. Por ejemplo, considera que el peor escenario podría ser un Brexit duro que incluso conllevara unas nuevas elecciones. “Los riesgos para el crecimiento y la inflación impediría que el Banco de Inglaterra endureciese su política monetaria. Además, la debilidad de la demanda causaría que la institución tome posiciones más laxas”, describe como posible consecuencia de un escenario de este tipo.
En cambio, ante un Brexit blando, la firma considera que la volatilidad a corto plazo será el principal elemento que el Banco de Inglaterra tendrá que gestionar. Considerar un escenario blanco supondría una forma de “despejar la incertidumbre” y poner el foco de atención en las respuestas de la Unión Europea a las demandas que el gobierno de May.
Por último, el escenario más favorable sería aquel en el que Reino Unido permanecería de alguna forma miembro del área económica europea. En opinión de la firma, una situación de este tipo permitiría al Banco de Inglaterra iniciar un ciclo de ajuste duro de su política monetaria. “La economía del Reino Unido se beneficia de una mayor inversión a medida que mejora el sentimiento de crecimiento”, concluye su análisis.
A la espera de que avancen las negociaciones, el último moviemto del Banco de Iglaterra ha sido subir los tipos de interés, decisión que tomó de forma unánime en su última reunión celebrada a principios de agosto. La institución bancaria decisió subir un cuarto de punto porcentual, situando el tipo de interés de renferencia de la libra en el 0,75%; lo que supone el precio del dinero más elevado en el Reino Unido desde febrero de 2009.