Desde las elecciones, la rentabilidad de los bonos a 10 años del Tesoro estadounidense ha aumentado más de 100 puntos básicos desde el mínimo de 2016, y hemos visto el movimiento más violento en los bonos desde el ‘Taper Tantrum’ de 2013. El índice MOVE, que mide la volatilidad de los bonos, ha vuelto al extremo superior de su reciente rango. Con estos datos en la mano, para Eaton Vance es evidente que la volatilidad está volviendo a los mercados de renta fija.
“Pero con las expectativas de inflación subiendo y un creciente foco en las futuras políticas fiscales y la reforma tributaria, está claro que los inversionistas de bonos deben estar preparados para mucha más volatilidad”, explica Kathleen C. Gaffney, co-directora de renta fija diversificada de la firma con sede en Boston.
A los mercados, por supuesto, no les gusta la incertidumbre. Así que mientras el presidente electo Donald Trump y su nueva administración empiezan a poner en marcha los cambios que el electorado estadounidense quería, apunta Gaffney, en realidad este cambio es poco ortodoxo y hace que sea difícil determinar las primas de riesgo, sobre todo porque la expansión cuantitativa y las consecuencias que éste ha tenido para los rendimientos han socavado casi todo el valor del mercado. Todavía no conocemos los detalles de ningún programa político.
Pero este fenómeno no está ocurriendo solo en Estados Unidos. Es realmente un cambio global, tal y como demuestra por ejemplo el resultado del referéndum de Italia. La falta de crecimiento ha llevado a un aumento del populismo en todo el mundo, y estas dos tendencias van a perdurar en los mercados desarrollados.
Entonces, ¿cómo pueden los inversores prepararse ahora para una mayor volatilidad?, se pregunta la gestora. «El sentido común haría que los inversores movieran su dinero a sectores y valores que históricamente mostraron una baja volatilidad, como la deuda de Estados Unidos y los bonos corporativos de alta calidad. Desde la victoria de Trump (una tiempo corto, por cierto), este tipo de activos han caído casi un 3%. Ocultarse en las clases de activos de renta fija tradicionalmente «seguras» o «de baja volatilidad» ha provocado dolor en los portafolios», recuerda la gestora en el blog de Eaton Vance.
“En Eaton Vance hemos estado esperando y estamos posicionados para una transición desde la política monetaria hacia la política fiscal. Creo que se requiere un enfoque flexible, que pueda evitar áreas potencialmente volátiles de los mercados de bonos. Eso significa permanecer diversificado y selectivo a medida que surgen oportunidades de valor”, afirma Gaffney.
“Creo que nos dirigimos hacia un ambiente de mayor crecimiento de la inflación. Pero la incertidumbre debida a un entorno político cambiante continuará fomentando la volatilidad. Los inversores harían bien en usar esta volatilidad a su favor, manteniendo un foco en el largo plazo y siendo pacientes, mientras esperan que lleguen las oportunidades. Creo que nunca ha habido un mejor momento para centrarse en estrategias activas en renta fija”, concluye.